Israel fracasa al intentar eliminar al cerebro del ataque a los niños de los Altos del Golán

Israel fracasó este martes en su intento de acabar con la vida del dirigente de Hezbolá Fuad Shukr, supuesto cerebro del ataque con un misil contra la localidad de Majdal Shams, en la meseta siria de los Altos del Golán anexionada en 1981, que el domingo mató a doce niños y adolescentes durante un partido de fútbol. El ejército hebreo llevó a cabo un bombardeo «selectivo» dirigido a un cuartel militar de la milicia libanesa situado en el barrio de Haret Hreik, un suburbio de Beirut cercano a un hospital.

Fuentes de los radicales respaldados por Irán señalaron que víctimas de esta operación murieron dos personas –una de ellas una mujer–, pero que no logró abatir al blanco que había puesto en su punto de mira del Gobierno de Benjamín Netanyahu, que siguió la operación desde el cuartel general de Kirya, en Tel Aviv, junto a la cúpula militar. Horas después, el Ministerio de Salud libanés elevó el número de fallecidos a tres y 74 heridos.

El primer ministro hebreo había prometido el lunes una dura respuesta a la agresión del grupo aliado del movimiento islamista palestino Hamás, una afirmación que atizó el temor de que la guerra de la Franja de Gaza se extendiera al País del Cedro y por la región.

Frente a las informaciones respaldadas por Irán, el ejército israelí emitió un nuevo comunicado insistiendo en que sí «eliminaron» al comandante Fuad Shukr.

Shukr es considerado un alto asesor del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, y principal responsable de las operaciones militares del grupo, según recogió en su edición digital el diario 'The Times of Israel'. También ocupa un puesto en el Consejo de la Yihad y jugó un papel central en el bombardeo de 1983 al cuartel del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en Beirut, que dejó 241 marines muertos. Su currículum asimismo incluye su participación en la guerra civil siria. Washington ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por su cabeza.

El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció de inmediato lo que consideró una «flagrante agresión», un «acto criminal», y urgió a la comunidad internacional a «hacer presión para obligar a Israel a detener su agresión y sus amenazas, y a aplicar las resoluciones internacionales». Irán, que respalda al Hezbolá, fustigó una «acción despiadada y criminal de la banda criminal sionista». E incluso Rusia consideró que la operación constituye «una grave violación del derecho internacional».

Desde que empezó la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, los enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbolá son casi diarios, cobrándose un número indeterminado de vidas y obligando a desalojar los municipios de la zona fronteriza entre ambos países.

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