Batmóvil 1966, una historia de película
Nació en Italia como un prototipo de salón firmado por Ghia sobre la base de un Lincoln, sedujo en una película a un torero y, transformado en Hollywood, terminó por ser el compañero inseparable de un héroe de comic
Santiago Garnica Cortezo
Sábado, 30 de abril 2022, 01:08
Es una historia pareja. Las manivelas que empiezan a mover las máquinas de cine y las que ponen en marcha los motores de los automóviles, a finales del siglo XIX, se ponen a girar casi al tiempo. A partir de ahí, ambos, cine y automóvil, han vivido una larga historia de amor. Y sería bastante estúpido pensar que el papel del automóvil en el cine se reduce a un mero atrezo. En realidad, en muchas películas es un verdadero protagonista.
Los norteamericanos Bob Kane y Bill Finger, creadores de Batman en 1939, integraron a su personaje de comic en un universo mecánico de vehículos, desde aviones a helicópteros pasando por lanchas y, claro está, automóviles. Estos «bat-vehículos» han sido parte esencial de la vida del «Hombre Murciélago». Y han variado con los años, pero en nuestra historia nos ponemos al volante de uno muy especial, el Batmóvil, utilizado en la serie televisiva del año 1966.
Y es que, en realidad, el Batmóvil como tal no acompaña a Batman al principio de su existencia. Entonces utilizaba un coche rojo de marca desconocida. El nombre de Batmóvil (Batmobile en inglés) aparece más tarde, cuando utiliza un automóvil de color azul noche con decoraciones rojas y un frontal inspirado en la máscara del protagonista. En el año 1943, en una primera serie de quince cortometrajes producidos por la Columbia Pictures, que se proyectan en salas de cine, aparece un Cadillac Serie 75 descapotable negro conducido por Alfred Thadeus Crane Pennyworth, mayordomo y chofer de Bruce Wayne, el hombre que se oculta tras Batman.
En la continuación de esta serie, «Batman y Robin», otros quince episodios proyectados en 1949, se ponen al volante de un Mercury Eigth, un descapotable sin modificación alguna, totalmente de serie.
E incluso hay un curioso Batmóvil, en los años sesenta, tres años antes del estreno de Batman. Forrest Robinson de New Hampshire construyó una fantástica versión a partir de un Oldsmobile Rocket 88 de 1956. En realidad este coche nunca apareció en televisión ni en el cine pues sería utilizado por All Star Dairy Products únicamente para promocionar su línea de helados «Batman».
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En 1964 el personaje de Kane y Finger no vive su mejor momento, e incluso entre ellos, los padres de la criatura, las relaciones son pésimas. Sus comics no se venden bien y Batman está a punto de desaparecer. El editor Julius Schwarth se encarga de la resurrección del personaje, buscando un estilo diferente de historias, y para ello contrata al dibujante Carmine Infantino que le da otro aire, tanto al personaje como al Batmóvil.
Para el año 1966 la Twentieth Century Fox pone en marcha su proyecto de llevar a la pequeña pantalla al transformado hombre murciélago. La productora encarga a un famoso carrocero de Hollywood, Dean Jeffries, uno de los artífices del Cobra de Carroll Shelby (y de algunos vehículos para películas), la construcción de un Batmóvil para la nueva serie televisiva. Jeffries parte de un Cadillac del año 1959. Pero los productores quieren adelantar el rodaje y el coche no está preparado. Así que recurren a George Barris, un especialista en crear coches para películas, conocido como «El Rey del Kustom», con «K».
Barris 'Kustom'
Barris había nacido en Chicago, en el seno de una familia de inmigrantes griegos, y se mudó a California para vivir con su tío después de que su madre muriera cuando él era aún niño. Desde muy joven, su afición por los automóviles le lleva a realizar restauraciones y transformaciones. Luego se muda a Los Ángeles en 1944, con 18 años, y abre su primera tienda en la ciudad de Bell. Su hermano, Sam, después de regresar del servicio militar, se unió a él en 1945 y ambos hermanos se mudaron a una tienda más grande en Compton Avenue, en Los Ángeles un año después. Una ubicación aún más grande, en Bell, la mantuvieron abierta desde 1949 hasta 1950, seguida por la tienda en las cercanías de Lynwood. Sam dejó el negocio a finales de los años 50 y Barris hizo el último traslado en 1961. Su esposa, Shirley, encontró la ubicación de la tienda, ahora llamada Barris Kustom City, en 10811 Riverside Drive en el Valle de San Fernando.
Desde un principio los trabajos de Barris son reconocidos por sus diseños atrevidos y llamativos, y consigue trabajos de personalización de automóviles para películas de Hollywood y clientes de alto perfil, incluidos Frank Sinatra, o Elvis Presley, entre otros. Y además se hace un nombre importante en la cultura de los Hot Rods.
Cuando la la Twentieth Century Fox recurre a Barris, este acepta el encargo pues tiene in mente la solución al problema. Tiene en el garaje un prototipo Lincoln de 1955, un ejemplar único bautizado como «Futura», construido por el carrocero italiano Ghia.
Un militar, una bailarina, un torero...
Este coche ya había tenido un papel protagonista en una película, una comedia romántica de 1959 titulada «It Started with a kiss» («Empezó con un beso»), protagonizada por Glenn Ford y Debbie Reynolds. Debido a que el color blanco original no se filmaba bien, se pintó el automóvil de un rojo brillante. El automóvil era el punto clave de la trama: el personaje de Reynolds (Maggie, atractiva bailarina mujer de Joe, un militar veterano de la guerra de Corea, interpretado por Ford) lo gana en una rifa en Nueva York. Y se llevan el Lincoln Futura a España, nuevo destino del marido. El coche causa sensación, tanto en la base militar como fuera de ella, e incluso atrae a un torero famoso (interpretado por el uruguayo Gustavo Rojo), que intenta seducir a Maggie. Finalmente, tras una serie de problemas desde sentimentales a económicos, el matrimonio se reconcilia y será precisamente el torero quien compre (en la ficción) el espectacular prototipo. Tras el rodaje, el automóvil queda arrinconado en una nave.
La transformación de Barris
Barris desempolva el Lincoln Futura que ha comprado a Ford por un dólar. El prototipo de Ghia tenía un habitáculo con un doble parabrisas y una luneta trasera inspirados en los aviones, así como las típicas grandes aletas de los coches americanos de finales de los años cincuenta que, a mediados de los sesenta, ya estaban olvidadas por los fabricantes. Así que el aspecto del coche, a pesar de su nombre, resultaba ya algo anticuado.
Pero a Barris lo que le preocupaba era tener preparado su Batmobile en tres semanas, el plazo que le habían dado. Así que le quita la pintura roja, los cromados y el plexiglás que conforma el techo, pero conserva el característico doble parabrisas tipo cúpula. Luego ensancha los pasos de rueda, cambia las llantas y prolonga las aletas posteriores hasta las puertas al tiempo que adoptan en sus puntas las formas de las alas de un murciélago. El volante original de dos brazos es sustituido por uno de tres, procedente de un Ford Edsel de 1958, con la parte superior cortada pero el velocímetro del Futura permaneció en la parte central de este volante.
En la parte posterior aparece una gran tobera, como la del Chrysler Turbine Car de 1963, como para dar a entender que el Batmóvil se movía gracias a una turbina, cuando en realidad era un motor V8 de Lincoln, con 335 CV de potencia. Este motor dio problemas de calentamiento durante el rodaje y se sustituyó por uno proveniente de un Ford Galaxie.
A partir de ahí se le incorporaban una serie interminable e inimaginable de accesorios, para la época o incluso para hoy día. El «Emergency Bat-turn Lever, que desplegaba paracaídas; el Mobile Bat-computer, ordenador con reconocimiento de voz, en el maletero; un telemando para abrir las puertas a distancia; los faros Bat-ray; el Bat-photoscope, capaz de pasar por el tamiz las fichas de los malhechores de Gotham City, a través de un servidor instalado en el Bat-garaje secreto; un dispositivo de inflado automático de neumáticos; tres lanzacohetes situados sobre la tapa del maletero, un corta cables que salía del frontal o un gancho que permitía subir al Batmóvil por las paredes…
Una vez realizadas las reformas de la carrocería e instalados los accesorios, el equipo de Barris pintó el coche en negro y los extremos de partes de la carrocería en naranja. También el tapizado de los dos asientos utilizaba esta combinación de colores.
Por cierto, que el Batmóvil tiene matrícula o matrículas en plural. La placa más vista era la «2F-3567», en una placa negra «Gotham 1966». El número de registro no tiene ningún significado especial, aunque, algunos fanáticos han señalado que, como código de color hexadecimal, «2F3567», una especie de azul de Batman. Se vieron otras placas en el coche, como «TP-6597» y «BAT 1».
En octubre de 1966, Barris registró el diseño del Batmóvil con la patente número 205.998, en la Oficina de Patentes de EE. UU.
George Barris, que también concibió otros modelos famosos de la pantalla como el Monster Koach y el Drag-U-La de la serie televisiva The Munsters de los años sesenta, o KITT, el Coche fantástico de los años ochenta, mantuvo la propiedad del Batmóvil de 1966, hasta que sería subastado -por 4,2 millones de euros- tres años antes de su muerte acaecida en 2015. Sin duda ese Lincoln Futura tiene una historia de película.