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Ningún partido había pedido suspender el pleno del Congreso cuando, antes de las nueve de la mañana, el recuento de las víctimas mortales de la DANA en Valencia aún no superaba la decena. La sesión comenzó puntual con un minuto de silencio por los fallecidos y el único de «unidad» en la Cámara baja que tanto el Gobierno como la oposición demandaban. Apenas media hora después del transcurso de la sesión de control –y cuando el debate entre socialistas y populares empezaba a derivar ya en un cruce de reproches sobre las nuevas imputaciones a Begoña Gómez y el 'caso Errejón'–, los grupos parlamentarios decidieron suspender la sesión tras conocer que el número de víctimas superaba el medio centenar. Y en este punto, el Legislativo comenzó a añadir un nuevo cisma a la legislatura, esta vez en un asunto tan sensible como la reacción ante una tragedia como la que afronta el país.
Según fuentes del PP, su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, había pedido expresamente a los diputados de su grupo «rebajar la intensidad» de sus intervenciones por respeto a los afectados por la DANA. Pero eso no evitó la refriega. El diputado popular Jaime de Olano criticó a la vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder del grupo de Sumar en el Congreso, Yolanda Díaz, por haber «pactado más con Errejón para tapar sus agresiones que con los trabajadores».Olano justificó su ataque en que si no se había suspendido el pleno, la obligación del PP era ejercer su papel en la sesión de control al Gobierno. Por su parte, Díaz se revolvió denominando a sus rivales «los del caso Nevenka», en alusión al primer político, del PP, condenado por acoso sexual en España.
Una referencia que le valió el reproche posterior de la diputada Ester Muñoz por «manosear»el recuerdo de la exconcejala popular de ponferrada «en un día como hoy». Ella fue la primera en sugerir la suspensión del pleno, que fue planteada formalmente por Tellado a la Presidencia del Congreso y aceptada por el portavoz de los socialistas, Patxi López, y la portavoz adjunta de Sumar, Águeda Micó.
Francina Armengol hizo entonces un receso de tres minutos para reunir de forma urgente y extraordinaria a la Mesa y a la Junta de Portavoces para tomar una decisión que, a priori, parecía ser unánime. Sin embargo, el desencuentro continuó a puerta cerrada durante 45 minutos. Mientras el PP y Vox solicitaron cancelar toda la actividad parlamentaria, finalmente se impuso el criterio del Gobierno y sus socios: suspender la sesión de control al Ejecutivo y el debate de una ley sobre derechos de emisión de gases invernadero que coincidía con el dramático estallido de la DANA, pero manteniendo otro pleno extraordinario con un único punto en el orden del día, la convalidación del ya de por sí polémico real decreto ley que rebaja a absoluta la mayoría, hasta ahora cualificada, para elegir a los consejeros de RTVE y ampliar a 15 su número para dar asiento a los aliados del Ejecutivo.
Finalmente, Armengol aceptó el criterio hegemónico, que era, sin apenas fisuras, el del bloque de la investidura. Una decisión que desató un incendio y que la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, captada por una cámara de La Sexta desde el interior de la reunión, verbalizó así: «La gente de la calle no lo va a entender».
El pleno extraordinario se reanudó a las once de la mañana sin la participación de los diputados de PP, Vox y Compromís, que abandonaron el hemiciclo. A su término, el Gobierno decretó tres días de luto oficial por la tragedia. «Nuestro trabajo es legislar», quiso zanjar Patxi López. Populares y voxistas cargaron con mucha dureza contra la decisión de Armengol. Primero lo hizo Alberto Núñez Feijóo, quien calificó de «despreciable» y de «bajeza moral» que se suspendiera la sesión de control al Gobierno pero manteniendo la validación del proceso de renovación del Consejo de RTVE.
«He visto muchas cosas en política, he presenciado muchos momentos de bajeza moral, pero creo que ninguno como éste. Absolutamente toda cuestión política puede esperar y lo que no puede aplazarse es hacer todo lo que está en nuestras manos para combatir este desastre», aseguró el líder de la oposición, que anunció en ese momento su intención de desplazarse a lo largo del día a alguna de las zonas afectadas. Lo hizo por la tarde, en un gesto cargado de simbolismo, a la localidad castellanomanchega de Letur junto al presidente de la comunidad, el socialista Emiliano García-Page.
Feijóo no desaprovechó la oportunidad para denunciar el hecho de que «toda la información» recibida hasta el momento por su partido fuese a través de los presidentes autonómicos de las regiones afectadas y que el Gobierno, en cambio, «no les haya facilitado ningún dato». «No les oculto mi tristeza personal e institucional», aseguró el líder de los populares. A las horas, el PSOE anunció que no hará declaraciones en los tres días de luto decretados por las víctimas de la DANA.
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