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Efe
Movimientos de última hora complican el juicio para Laura Borràs

Movimientos de última hora complican el juicio para Laura Borràs

El amigo al que adjudicó los contratos negocia con la Fiscalía inculparla

Cristian Reino

Barcelona

Martes, 7 de febrero 2023

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La expresidenta del Parlament, Laura Borràs, se sienta este viernes en el banquillo, acusada de prevaricación y falsedad documental. Se enfrenta a seis años de cárcel, en un juicio que se celebrará entre este viernes y el 1 de marzo en el palacio de justicia del TSJC. Movimientos de última hora complican la situación a la presidenta de Junts. En el banquillo habrá tres acusados: Laura Borràs, Isaías Herrero y Andreu Pujol. Herrero, amigo de Borràs, era el beneficiario de los contratos que supuestamente fraccionó Laura Borràs durante su etapa como directora de la institución de las letras catalanas, una entidad de la Generalitat. El caso podría dar un vuelco y comprometer a la dirigente nacionalista si fructifica la negociación emprendida entre Herrero y la Fiscalía. El amigo de la expresidenta del Parlament se enfrenta también a seis años de cárcel y estaría dispuesto a inculpar a la líder de Junts a cambio de una rebaja de la pena por parte de la Fiscalía. Está por ver.

Herrero ya pactó en su día con la Fiscalía en otra causa por la que fue condenado a cinco años de prisión. En ese caso fue condenado por tráfico de drogas. De hecho, la causa penal contra Laura Borràs arrancó de rebote y de casualidad. El amigo de la expresidenta del Parlament, informático, tenía el teléfono pinchado por los Mossos, que le investigaban por asuntos relacionados con las drogas. Fue en una conversación con un amigo, cuando soltó la frase «facturo unos trapis» con la ahora presidenta de Junts, lo que puso a la Policía catalana sobre la pista de la líder nacionalista. A partir de ahí arrancó una investigación sobre ella, que concluye este viernes en el inicio del juicio. Herrero ya fue condenado y una segunda condena elevaría su riesgo de ir a prisión, por lo que la presión es máxima. El Ministerio Público le pide una confesión en la que diga que se limitó a seguir las instrucciones de Borràs en cómo fraccionar los contratos para que le adjudicara los contratos públicos.

Esta es la baza de la Fiscalía para inculpar a la presidenta de Junts. En cambio, la dirigente nacionalista aún confía en que los jueces tumben una de las principales pruebas que la incriminan. Se trata de los correos electrónicos que intercambiaron Borràs y Herrero y en los que se describe la mecánica de cómo fraccionar los contratos para burlar los controles administrativos. El abogado de Borràs, Gonzalo Boye, asegura que esos supuestos correos incriminatorios se obtuvieron por parte de los Mossos sin aval judicial y no se respetó la cadena de custodia. El juez tiene que decidir este viernes en las cuestiones previas si admite o no estos correos como pruebas.

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