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Mark Eydelshteyn y Mikey Madison bajo los neones de Las Vegas.
'Anora': Pretty Woman ya no vive aquí

'Anora': Pretty Woman ya no vive aquí

Sean Baker logró la Palma de Oro en Cannes con un divertidísimo cuento de hadas que muestra el lado amargo del sueño americano

Jueves, 31 de octubre 2024, 11:14

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A Sean Baker (Nueva Jersey, 53 años) le gusta retratar el lado oscuro del sueño americano. A menudo utiliza para ello a personajes que venden su cuerpo sin ningún tipo de conflicto moral, trabajadores del sexo como los de 'Starlet', 'Tangerine' (rodada con un iPhone), 'Red Rocket' y 'The Florida Project', una crónica de supervivencia en la era Trump sutil y demoledora al mismo tiempo, que transcurría en un motel de mala muerte de Orlando junto a Disney World.

Tráiler de 'Anora'.

Palma de Oro en el último Festival de Cannes, 'Anora' toma su título de su protagonista, una bailarina de striptease que realiza números privados en un club de Brooklyn. Una superviviente que cree vivir un cuento de hadas cuando el hijo de un oligarca ruso que solo vive para drogarse e irse de juerga pide a alguien en el club que hable ruso. Anora queda deslumbrada por la mansión del chaval, que acabará pidiéndole matrimonio en Las Vegas. Cuando en Moscú se enteran, los padres viajarán a Nueva York dispuestos a arreglar en entuerto, pero antes enviarán a unos matones que resultan ser bastantes torpes y divertidos.

Divertidos, sí, porque 'Anora' debe verse como una comedia que poco a poco se irá tiñendo de melancolía y que también logra conmovernos al final, aunque sin llegar a los niveles de emoción de la preciosa 'The Florida Project'. Mikey Madison, la exalumna de 'Better Things', recibirá sin duda una nominación al Oscar por un papel que salta del descaro a la inocencia, una suerte de 'Pretty Woman' que encuentra al príncipe azul equivocado.

Una imagen de 'Anora' ambientada en Coney Island.

«Cuando yo era un niño, el sueño americano era tener una hermosa casa con jardín, un Cadillac aparcado en la entrada y poder mandar a los niños a la universidad», recuerda Sean Baker. «Pero en algún momento el concepto se convirtió en mero sinónimo de riqueza y poder, del estilo de vida de las Kardashian, del materialismo en su versión más burda. Mis películas retratan a gente que creció creyendo que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades. Obviamente, los engañaron».

Tras el subidón de la primera parte, 'Anora' se convierte casi en otra película cuando aparecen los esbirros del oligarca ruso. La búsqueda del niñato por un Brooklyn nocturno y la zona de Coney Island en manos de las mafias rusas transcurre casi en tiempo real. Recuerda a la frenética pesadilla de 'Jo, qué noche', de Scorsese, y depara dos personajes memorables: el expeditivo 'consiglieri' armenio (Karren Karagulian), dispuesto a todo para deshacer el matrimonio, y el silencioso gángster que resulta ser un ángel de la guarda de Anora (Yuriy Borisov).

Una imagen de 'Anora'.

«Me siento cercano a estos personajes», explicaba Sean Baker en el pasado Festival de San Sebastián. «Por supuesto, no pretendo sugerir que mi experiencia es comparable a la de las trabajadoras sexuales, los desahuciados y los traficantes que aparecen en mis películas, pero llevo tres décadas rodando películas y hasta hace poco he vivido haciendo malabarismos para llegar a fin de mes. Además, en el pasado tuve problemas serios de adicciones que me mantuvieron en contacto con la marginalidad».

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