Cine de acción con plantilla

Se han estrenado directamente en plataformas, coincidiendo en el tiempo, varios títulos inéditos que antaño hubieran visitado la cartelera sin problemas, con una buena campaña promocional y una taquilla golosa. El cine de acción desenfadado, con olfato comercial, otrora de usar y no siempre de tirar, no vive su mejor momento, aunque haya exitazos puntuales como 'Deadpool y Lobezno', un rentable amasijo de gags y cameos al servicio de fans recalcitrantes. 'El especialista' no arrasó como se pensaba, a pesar de su interés y el tirón de Ryan Gosling, por no hablar de sonados fiascos como 'Argylle', un sinsentido digno de estudio, o la reciente 'Borderlands', un escupitajo en el ojo de cualquier espectador con un mínimo de criterio artístico. 'Jackpot!', 'El sindicato' y 'Los instigadores', tres ejemplos con un reparto estelar llamativo, acaban de ver la luz en streaming con escasa publicidad, a pesar de contar con presupuestos poco ajustados.

Son películas realizadas con plantilla, que apelan a una manera de entender los blockbusters que ha dejado de funcionar como en pasadas décadas, sobre todo en los años 90. Las buddy movies se programan bajo demanda, sin pasar por el circuito de exhibición tradicional, independientemente de su calidad y derroche económico. Hace apenas unas semanas la esperada nueva entrega de 'Superdetective en Hollywood' cumplía con el expediente visitando el menú de Netflix sin haber vendido ni una entrada en papel. Eddie Murphy ha vuelto a ser Axel Foley tres décadas después… online y en pantalla chica.

La fórmula de este tipo de producciones, donde es habitual el intercambio de chistes e indirectas —con tensión sexual cuando toca—, implica a un dueto protagonista, un perro viejo y algún pobre incauto que acaba accidentalmente metido en el berenjenal, sumidos en un gran enredo donde sufren persecuciones y participan en alguna que otra pelea espectacular, entre la vida y la muerte, que supone, en algún momento del metraje, acabar colgado de una altura considerable, a punto de precipitarse al vacío. De lío en lío, y tiro porque la lío. Son más bien comedias de acción, un género que ha dado pingües beneficios al negocio hollywoodense, pero últimamente no levanta cabeza. 'Jackpot!', lanzada el pasado fin de semana en Prime Video, parte de una idea desopilante: en un mundo futuro, a la vuelta de la esquina, existe una lotería en la ciudad de Los Ángeles cuyo ganador se llevará el jugoso botín siempre y cuando no sea asesinado por una turba de ciudadanos ansiosos por hacerse ricos antes del anochecer. Quien acabe con su vida, sin el uso de armas de fuego, pasa directamente a quedarse con el suculento premio. Estamos ante un cruce entre 'La purga' y '¿Quién quiere ser millonario?' que comienza con buen pie, con algunos diálogos agudos y descacharrantes, pero va perdiendo fuelle descaradamente. Awkwafina, genial en 'The Farewell', es una de las cómicas del momento. Ya coqueteo con la ludopatía en 'La reina de los concursos' y aquí se empareja con un action man en toda regla, John Cena, tan hipervitaminado como gracioso cuando se lo propone (por cierto, se dio un trastazo hace nada con 'Freelance', otro título en el mismo saco).

'Jackpot!', dirigida por Paul Feig —a quien debemos la reivindicable 'Cazafantasmas' de 2016—, transcurre en 2030, en una distopía de andar por casa que alterna el humor con divertidas escenas de acción que remiten al slapstick. La propuesta naufraga rotundamente en su ecuador, cuando abandona el delirio de su premisa para poner orden en el entretenido caos, perdiendo su razón de ser e infantilizándose por momentos, a pesar de los chistes gruesos. Probablemente el filme funcionaría mejor dejándose llevar por el exceso, mostrando una violencia más hilarante y extrema, como 'Mayhem' o 'Noche de bodas'.

Con más medios, y una trama de espionaje como columna vertebral, 'El sindicato', ya en Netflix, atiende a un esquema reconocible que incluye la visita de varios escenarios internacionales para solucionar el desaguisado. La química que muestran Halle Berry y Mark Wahlberg, saltando de tejado en tejado, apretando el gatillo y el acelerador, no es suficiente para levantar una obra cinematográfica de derribo que, faltaría más, también se desinfla según avanza la acción. Atiende a un tipo de cine en desuso, que reinaba en la cartelera, de fácil digestión y poca sorpresa. Ideal para matar el rato sin que te explote el cerebro. El televisivo Julian Farino no aporta nada especial desde la dirección, apuntalando una personalidad que, equivocadamente, se da por hecha. Salva los muebles, sin despeinarse.

'Los instigadores', por su parte, es la mejor del lote, la más consistente, con sus evidentes imperfecciones. También pierde gas, como sus compañeras de viaje en streaming. Apple TV ha incluido entre sus estrenos del verano esta muestra de cine comercial de otro tiempo, con escenas de acción con muchos vehículos estrellándose, un reparto coral de campanillas y abundante figuración en algunas secuencias con movimiento de masas. Matt Damon y Casey Affleck, entre otros rostros conocidos, protagonizan el show, dirigido por Doug Liman, un nombre a tener en cuenta dentro del género que aquí se esfuerza lo justo, tras dejar su impronta en pepinazos como 'El caso Bourne' o 'Al filo del mañana'. Sorprende que una apuesta con un presupuesto holgado y un casting tan popular no encuentre una mayor rentabilidad vendiendo entradas. La plataforma no confía en el producto o, sencillamente, es una inversión a fondo perdido para posicionarse en el mercado. La película, el enésimo atraco que sale mal, con una pareja ejemplar, se pierde en un mar de tópicos en su tramo final. Otra buddy movie, película de colegas, del montón, que no aprovecha su hábil tono desenfadado inicial pero cuenta con algunas ocurrentes conversaciones a la vieja usanza.

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