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Los friquis de 'Todo a la vez en todas partes' humillan a Spielberg en los Oscar

La cinta de los Daniels gana los principales galardones a mejor película, dirección, actriz, actor y actriz de reparto, montaje y guion original

Domingo, 12 de marzo 2023

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El titular de la crónica de estos Oscar podría ser: 'Dos friquis humillan a Steven Spielberg'. Daniel Kwan y Daniel Scheinert, que firman sus obras como Daniels, triunfaron a lo grande como estaba previsto con su segunda película, 'Todo a la vez en todas partes'. A sus 35 años, estos directores que proceden del mundo del cortometraje y el videoclip consiguieron que el autor de 'Tiburón' se fuera de vacío a casa tras hacerse con siete de los once premios a los que aspiraban. Nada pudo hacer Spielberg con su conmovedor relato autobiográfico, 'Los Fabelman', frente a una comedia de ciencia-ficción en la que una inmigrante en EE UU que regenta una lavandería se ve proyectada a un universo paralelo, el multiverso, en el que acabará salvando a la humanidad. Hollywood desprecia el cine más clásico, el que debe verse en salas, y apuesta por las nuevas narrativas fragmentadas surgidas de internet.

Para colmo, Harrison Ford, el mismísimo Indiana Jones, fue el encargado de entregar el Oscar gordo de la noche a los Daniels, que en su anterior largometraje, 'Swiss Army Man', convertían a Daniel Radcliffe (Harry Potter) en un cadáver que se tiraba pedos durante todo el metraje. La loquísima, imaginativa pero agotadora 'Todo a la vez en todas partes' obtuvo estatuillas para sus directores, el mejor guion y premios de interpretación para Michelle Yeoh, Jamie Lee Curtis y Ke Huy Quan. Una producción independiente del estudio A24, que cuadruplicó su presupuesto en taquilla gracias entre otros al entusiasmo de los tik-tokers que la recomendaban. «El mundo en internet cambia cada segundo y hacen falta historias que lo reflejen», advirtió Daniel Kwan en uno de los agradecimientos. La reivindicación de la comunidad asiática y la aceptación de una hija lesbiana también pesan en la trama de una cinta que ha conectado con el público más joven, ese que no despega la vista del móvil y no tiene paciencia si algo dura más de cinco segundos.

Brendan Fraser recogió la estatuilla a mejor actor protagonista por su resurrección en 'La ballena', de Darren Aronofsky, un papel que le ha servido para recuperar el rumbo de su carrera tras superar una depresión. Era el favorito, con permiso de Austin Butler en 'Elvis', por encarnar a un obeso mórbido, sometiéndose cada día a cinco horas de maquillaje. La mejor actriz fue Michelle Yeoh, redondeando la noche de 'Todo a la vez en todas partes'. A sus 60 años, la actriz de Hong Kong posee una carrera que incluye el título de Miss Malasia, películas de artes marciales en los años 80 y su papel más destacado hasta ahora, 'Tigre y dragón', de Ang Lee, por la que no fue nominada hace casi 25 años. «Esta es la prueba de que los sueños se hacen realidad. Chicas, no dejéis que nadie os diga que se os ha pasado el arroz», aleccionó.

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La gala arrancó con Jimmy Kimmel descendiendo al escenario del teatro Dolby en paracaídas desde el avión de Tom Cruise en 'Top Gun: Maverick'. Lo primero que dijo es que la gente había salido de sus casas para ver las películas como tiene que hacerse: en el cine. El entusiasmo de los actores nominados parecía el de una convención de una empresa americana. Steven Spielberg, el único director nominado en seis décadas diferentes, fue objeto de sus bromas cariñosas, al igual que John Williams, que a sus 91 años es el nominado de más edad con 53 candidaturas; solo Walt Disney ha recibido más que el compositor. Además de chistes sangrantes a cuenta del desastre en taquilla de 'Babylon', Kimmel recordó la ausencia de James Cameron en la gala. «Cómo va a ser verdad tratándose de una persona tan humilde, ¿por qué no le nominan?, ¿qué piensan, que es una mujer», ironizó el presentador. «'Avatar 2' ha sido otra oportunidad para que James Cameron haga lo que más le gusta hacer: ahogar a Kate Winslet». La otra gran ausencia de la noche, la de Tom Cruise, también recibió una pulla de Kimmel, que concluyó su monólogo inicial, como no podía ser otra, con un recordatorio del puñetazo de Will Smith a Chris Rock el año pasado: «Si alguien en este teatro comete una agresión, automáticamente se le dará el Oscar a mejor actor y podrá hacer un discurso de 90 minutos», bromeó.

Mucha reivindicación del cine en salas, pero el primer Oscar de la noche fue para Netflix. «La animación es cine, no es un género, está lista para llegar al siguiente nivel», auguró Guillermo del Toro, que recogió la estatuilla por su maravilloso Pinocho animado, dejando sin premio a Antonio Banderas y 'El Gato con Botas'. El mexicano ya ganó dos estatuillas como director de 'La forma del agua' en 2017. La fiesta de 'Todo a la vez en todas partes' se inició temprano con Ke Huy Quan, mejor actor de reparto tal como estaba cantado. «Mamá, acabo de ganar un Oscar», dedicó el Tapón de 'Indiana Jones y el templo maldito', aquel chaval de 'Los Goonies' que comenzó su carrera a los 12 años con Steven Spielberg y después desapareció de delante de la cámara durante décadas, aunque siguió dedicándose al cine en otras labores. Ke Huy Quan recordó que pasó un año en un campamento para refugiados cuando llegó a Estados Unidos de niño procedente de Saigón y sostuvo que el sueño americano es posible.

La cinta de los Daniels también proporcionó la estatuilla en su primera nominación a la veterana Jamie Lee Curtis, otro premio anunciado que también debe mucho a la nostalgia y la simpatía, así como a la eficacia con la que los dos actores han afrontado su campaña de cara a los Oscar. A sus 64 años, la antigua 'reina del grito' en la primera etapa de su carrera se luce en un desmadrado papel de comedia como funcionaria de la oficina de recaudación de impuestos. Un personaje en el que aparece afeada, con grandes dosis de comedia física, y por el que recordó a sus padres, dos mitos eternos de Hollywood como Tony Curtis y Janet Leigh: «Mi padre y mi madre fueron nominados al Oscar, y acaban de ganar uno».

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No apareció Zelenski, tal y como le hubiera gustado al presidente de Ucrania, pero la guerra estuvo presente con el Oscar al mejor documental a 'Navalny', de Daniel Roher, dedicado al líder de la oposición rusa y pesadilla de Putin, que sigue detenido por su protesta a la invasión del país. Su mujer, Yulia Navalnaya, estuvo en el escenario del teatro Dolby: «Mi marido está en prisión por defender la democracia y decir la verdad, sueño con el día en que tú y nuestro país volváis a ser libres», expresó. Con todo, no fue una gala reivindicativa ni política y predominó el tono amable, quizá para prevenir excesos como el de Will Smith el año pasado. El ritmo fue pausado, sin sobresaltos. Serían los Oscar, pero la manera en la que desafinaron David Byrne y Stephanie Hsu y la coreografía de la canción de 'Todo a la vez en todas partes' fueron penosas. El número más vibrante fue el 'Naatu Naatu' de 'RRR', el delirio de Bollywood 'made in Netflix', un fenómeno global que hasta se baila en los cines y que obtuvo el Oscar. Lady Gaga sin apenas maquillaje, en primerísimo primer plano, cantó una balada de 'Top Gun: Maverick' vestida con una sencilla camiseta negra y unos vaqueros rotos. El homenaje al fallecido Tony Scott, director de la primera 'Top Gun' en 1986, puso al público en pie.

El mejor trabajo de fotografía fue con justicia para James Friend por 'Sin novedad en el frente', que logra sumergir al espectador en el horror de las trincheras durante la I Guerra Mundial. La producción alemana, enésima adaptación del clásico bélico de Erich Maria Remarque, aspiraba a nueve estatuillas. Como no podía ser de otra manera, Antonio Banderas y Salma Hayek entregaron el Oscar a mejor película internacional a la cinta de Edward Berger, acabando con el sueño de 'Argentina, 1985'. Un éxito para Netflix que ha sido tan visto que la plataforma hasta la va a editar en Blue-ray. El mejor maquillaje ocultaba bajo capas de látex y maquillaje a Brendan Fraser para transformarle en un obeso mórbido de 270 kilos en 'La ballena'.

'Sin novedad en el frente' iba sumando estatuillas -música para Volker Bertelmann, diseño de producción…- y de pronto surgía la duda de si podía arrebatar a 'Todo a la vez en todas partes' el premio gordo de la 95 edición de los Premios de la Academia. Los mejores efectos especiales fueron para 'Avatar: El sentido del agua' y los Daniels recogieron el Oscar al mejor guion por 'Todo a la vez en todas partes', una historia que en un principio escribieron para Jackie Chan y después recayó en Michelle Yeoh. El mejor guion adaptado fue para la actriz y directora Sarah Polley por 'Ellas hablan', basada en la novela de Miriam Toews por la historia de una comunidad religiosa de mujeres víctima de los hombres. La presencia de la activista y Premio Nobel de la Paz Malala puso el tono de compromiso social a una fiesta con profusión de actores negros, en la que hubo que buscar con lupa la nota políticamente incorrecta: Jimmy Kimmel animando a votar en el móvil si el actor Robert Blake, fallecido esta semana, era incluido en el 'In Memoriam' (fue absuelto del asesinato de su esposa). Lo que resultó imperdonable fue no incluir en la galería de personalidades fallecidas este último año a Carlos Saura, que estuvo tres veces nominado al Oscar a película extranjera.

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