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De La Alamedilla a Los Jesuitas: algunos patitos nacidos esta primavera en Salamanca se independizan
Tras una temporada inusual de cría en La Alamedilla, tres patitos han sido trasladados al parque de Los Jesuitas en Salamanca para equilibrar las poblaciones y asegurar su bienestar
Hace apenas unos meses rompían el cascarón en La Alamedilla y conquistaban a los salmantinos cubiertos con su suave plumón amarillo, con pequeñas manchas oscuras en la cola. Se movían con curiosidad por el estanque, correteando con sus primeros pasos torpes tras su madre y despertando sonrisas entre los visitantes.
Hoy ya son jóvenes adultos y tres de ellos han estrenado vida en el parque de Los Jesuítas, en una decisión destinada a mantener el equilibrio entre ambos estanques y garantizar que todos los ejemplares vivan en las mejores condiciones posibles.
Una temporada de nacimientos histórica
La primavera de 2025 ha sido especialmente fértil en La Alamedilla. Como ya contamos desde este periódico, una joven hembra de pato cairina sorprendió a todos con una puesta de la que nacieron nueve patitos. Se trataba de un hecho poco habitual, ya que hacía años que los patos domésticos no se reproducían en este céntrico parque.
De aquellos nueve nacidos en mayo, sobrevivieron siete, que hoy ya se han convertido en jóvenes adultos. La madre, lejos de conformarse, volvió a poner huevos a principios de agosto, dando lugar a una segunda camada de la que, a día de hoy, sobreviven nueve polluelos más.
Estas puestas han devuelto la ilusión a los visitantes del parque, que durante semanas han disfrutado de ver crecer a los pequeños y seguir sus primeros pasos hacia la independencia, observando cómo exploraban el agua y mejoraban sus habilidades para nadar y chapotear con entusiasmo.
El estanque, cada vez más concurrido
Con tantos polluelos y supervivientes, el estanque comenzó a quedarse pequeño. A diferencia de los azulones silvestres que pasan solo de forma temporal y marchan cuando sus crías son capaces de volar, los patos domésticos permanecen todo el año en La Alamedilla.
Esto hace necesario tomar medidas para garantizar que todos los ejemplares dispongan de espacio suficiente, buena alimentación y una convivencia armónica. Por ello, los responsables del cuidado de estos animales decidieron que había llegado el momento de que los nacidos en mayo se independizaran.
Tres de ellos han sido trasladados al parque de Los Jesuítas, donde se incorporan a su estanque, que este año solo contaba con el nacimiento y supervivencia de unos pocos patitos silvestres que, como es habitual, no permanecen a largo plazo.
Bienestar animal y equilibrio poblacional
El traslado no supone ningún riesgo para los patitos; al contrario, es una práctica destinada a su bienestar. Distribuir las poblaciones entre ambos parques evita la saturación y permite que todos tengan espacio y recursos suficientes para desarrollarse de la manera más saludable.
En su nuevo hogar los nuevos inquilinos tendrán que adaptarse a su ritmo y en poco tiempo se espera que se integren plenamente con los patos que ya habitan allí.
Aunque los visitantes suelen sentirse tentados a acercarles comida, es necesario recordar que resulta fundamental no darles pan, gusanitos u otros «snacks» que pueden perjudicar su salud. Los patos reciben diariamente una dieta equilibrada y adaptada a sus necesidades, diseñada para garantizar que crezcan sanos y fuertes. Mantener la distancia y no ofrecerles alimentos ajenos a esta dieta es la mejor manera de ayudarlos.
Una historia que sigue viva
Los patos de La Alamedilla continúan siendo un atractivo para salmantinos y visitantes. Generaciones de familias han recorrido este parque para observarlos, y cada primavera, con la llegada de nuevas camadas, se repite la misma estampa tierna que despierta sonrisas y curiosidad.
Dar un paseo por La Alamedilla se ha convertido en un momento de sorpresa y ternura, sobre todo cuando niños y mayores intentan adivinar qué harán los patitos a continuación.
Este año, con dos puestas exitosas y el traslado de tres de los nuevos ejemplares al parque de Los Jesuítas, la temporada se convierte en un ejemplo de cómo la gestión cuidadosa de los animales y la atención al equilibrio poblacional permiten que todos los ejemplares puedan desarrollarse plenamente.
Los próximos meses serán clave para ver cómo crecen los polluelos de la segunda camada, mientras la madre sigue cuidando de ellos.
Convivencia entre naturaleza y ciudad
Más allá de la ternura que despiertan los patitos, su presencia recuerda la importancia de mantener espacios verdes donde la fauna urbana pueda desarrollarse. La Alamedilla y Los Jesuitas, especialmente el segundo, no son solo lugares de paseo, sino auténticos refugios para la vida silvestre en el corazón de Salamanca.
El traslado de los jóvenes patos pone de relieve la armonía posible entre la naturaleza y la ciudad, y permite a los salmantinos seguir disfrutando de estas simpáticas criaturas sin comprometer su bienestar ni el equilibrio del ecosistema urbano.
La temporada de 2025 en La Alamedilla quedará en la memoria como la de la doble camada de patitos domésticos tras muchos años sin que criasen. Los nacidos en mayo ya son jóvenes adultos y tres de ellos han estrenado vida en Los Jesuitas, mientras que la madre continúa cuidando de la segunda puesta.
Una historia de independencia, equilibrio y nuevas etapas que confirma, una vez más, que los patitos de Salamanca son unos vecinos muy especiales y queridos del corazón de la ciudad.