Los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera intensa en Salamanca

Con la llegada de la primavera, Salamanca se prepara para enfrentar una nueva ola de alergia más intensa que las anteriores. Según las últimas predicciones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC), este año el polen tendrá una incidencia aún más alta, poniendo a prueba a quienes sufren de alergias estacionales, rinitis alérgica, asma o conjuntivitis.

Como se observa en la tabla, la acumulación de polen en marzo de 2024 fue significativamente menor en comparación con marzo de este año, lo que evidencia un aumento considerable en la incidencia del polen. Esto implica un mayor riesgo de alergias, cuyo pico máximo probablemente se alcanzará en este mes de abril.

En cuanto a los tipos de polen, considerando como pólenes alergénicos globalmente en España a las gramíneas de crecimiento espontáneo tal como el Trisetum, Dactylis y otras malas hierbas que crecen en los bordes de las carreteras, campos de cultivo, descampados o praderas resultan ser la causa más importante de polinosis. La sensibilización a gramíneas es dominante en el centro de la Península, como es el caso de Salamanca.

Tal y como se refleja en la tabla, el nivel de alerta en Salamanca capital y alrededores es moderado en las gramíneas, cupresáceas y urticáceas. Las gramíneas son plantas como el pasto, que liberan grandes cantidades de polen durante la primavera, provocando reacciones alérgicas comunes. Las cupresáceas incluyen especies como los cipreses y enebros, cuyo polen puede generar síntomas de alergia en muchas personas durante la temporada de polinización. Finalmente, las urticáceas son plantas como la ortiga, cuyo polen también es conocido por causar alergias estacionales, especialmente en áreas rurales y suburbanas.

Las principales causas de este fenómeno se deben a «las temperaturas suaves del invierno y la ausencia de estrés hídrico», favorecidas por las lluvias de marzo, que han creado condiciones ideales para la proliferación del polen. «Este aumento en la concentración de polen en el aire hará que se mantenga más tiempo en el ambiente, justo lo que temen las personas alérgicas». Así lo ha explicado Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEIAC. Por ello, las próximas semanas, hasta junio aproximadamente, serán «un poquito peores que las de años anteriores».

Ante esta próxima ola de polen más intensa, es importante prepararse adecuadamente para la primavera. Lo primero que se recomienda es acudir a nuestro médico de familia para una evaluación, quien podrá indicarnos el tratamiento adecuado si es necesario. A continuación, es fundamental seguir sus recomendaciones para gestionar mejor nuestra exposición al polen y, sobre todo, cuidar nuestro bienestar durante esta temporada.

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