Dónde y cómo aparcar este curso cerca de los colegios de Salamanca sin miedo a las multas

Este martes 9 de septiembre miles de alumnos vuelven a las aulas en los colegios de la capital donde el lunes de 'vuelta al cole' ha sido festivo. El inicio del curso inyectará volumen e intensidad al tráfico que volverá a la normalidad abandonada el pasado junio. Regresan las prisas, los atascos a las horas de entrada y salida y la 'doble fila escolar', uno de los grandes problemas de la circulación en la capital desde hace años, a la que se quiere poner coto con nuevas normas y prohibiciones para muchos padres que se preguntan dónde y cómo aparcar sin miedo a multas.

Porque las hay. La Policía Local pone más de 3.000 multas al año en zona peatonal y más de 800 por aparcar en la acera, algo que se ve mucho en horario escolar. Desde hace varios cursos, se persiguen las infracciones y los agentes recorren colegios para disuadir, pero también para multar por épocas.

El regreso, no obstante, va a ser diferente al de otros años en materia de circulación porque la capital estrena medidas y normas para poner coto a la denominada 'doble fila escolar', ese fenómeno que, sin responder a su definición estricta, complica el tráfico rodado. Porque no hace falta que haya dos hileras paralelas de coches para atascar Gran Vía o Canalejas.

De entrada, decir que la norma es muy clara. La Ley de Tráfico, por la que se rigen los agentes municipales, dicen que aparcar en doble fila no está permitido y conlleva una sanción de hasta 200 euros. Ahora bien, podemos no ser sancionados si no abandonamos el vehículo y permanecemos parados menos de dos minutos, siempre que no estacionamos en un lugar en el que no obstaculicemos gravemente la circulación.

A este espíritu se ha atado el Ayuntamiento de Salamanca con la nueva modalidad que estrena este año: la 'parada rápida'. Se trata de lugares cerca de las entradas de los colegios, generalmente a la puerta, donde los conductores pueden detenerse para que los estudiantes suban o bajen del vehículo. Lo tienen que hacer sin bajarse y sin parar el motor y por entre 30 y 60 segundos como máximo.

Hasta ahora, se disponía de un tiempo de cortesía de '2 minutos' y de la presencia de la Policía Local para evitar prácticas peligrosas o excesos. Ahora, los agentes vigilarán que padres y madres cumplan estrictamente las condiciones de parada transmitidas a las direcciones de los centros escolares con mayor densidad de tráfico. Así que toca 'beso y adiós'.

Esta modalidad ya funciona en otras ciudades. En León se ha creado incluso una señal específica para esta zonas reservadas al horario de entrada y salida, para que las familias que llevan a sus hijos a la escuela en coche puedan parar bien sin interrumpir el tráfico.

Esta doctrina se usa porque en la entrada de algunos colegios no existe un espacio para poder aparcar y dejar o buscar a los más pequeños. De estas zonas tiene ahora Salamanca un total de 14 repartidas por otros tantos colegios. En algunos casos, se alternan la parada rápida con la 'breve'.

Se trata de zonas de estacionamiento temporal breve (5-10 minutos), generalmente en un área cercana y especialmente habilitada, para que los alumnos de corta edad o necesidades específicas puedan subir y bajar del vehículo, disponiendo de más tiempo para ello, y ser acompañados por un monitor o responsable hasta el centro educativo.

Se han trazado 14 en otros tantos centros escolares con calles en las que sí se puede aparcar y en las que no; se comunican a los centros que, a su vez, lo traslada a los padres que deben estar informados. En el gráfico superior se pueden consultar las zonas habilitadas en los colegios que sí están en el programa, que no son todos.

En estas zonas se aparca de forma autorizada en el margen de 10 minutos antes y después del horario de entrada/salida de los centros escolares. Y autorizada no siempre es bien, porque se permite ocupar algunas calles.

Desde hace años, las calles cercanas a colegios, institutos y guarderías cuentan con una señalización y medidas especiales. Se redujo la velocidad a 30 e incluso 20 y se instalaron las señales reglamentarias, tanto verticales como horizontales. Para estas últimas se optó por pintar una versión de grandes dimensiones del triángulo de peligro por presencia escolar que contempla el catálogo de señales.

Esos triángulos, y también los discos de limitación de velocidad presentes en las mismas zonas, se desgastan y están siendo repintados en los últimos días como parte de las tareas de la empresa concesionaria de la señalización. En los últimos días se han renovado todas las necesarias.

Doble o simple, la llamemos como la llamemos, está instaurada desde hace años, permite a los padres y madres estacionar vehículos de forma irregular durante un período de gracia, diez minutos antes y después del horario escolar es la costumbre. Así que es terreno abonado para las infracciones que se van a seguir multando.

Habrá que tener mucho cuidado con aquellas zonas donde se trazaron las denominadas calles escolares, con menos presencia de coches y más 'habitables' para alumnos y padres. A finales del curso pasado, con muchas de ellas ya terminadas, se produjo un fenómeno curioso: la doble fila pasó de las calles a la puerta de los colegios a otras cercanas. Y en algunos casos, el problema se contagió a grandes avenidas.

La presencia policial ya fue notable el curso pasado, en una labor de disuasión que los agentes han llevado a cabo de forma muy didáctica. Este año será igual, dice el consistorio que será firme. Hace unos años se decidió volver a vigilar y posteriormente multar la doble fila allí donde se había convertido en un problema grande.

Aunque esté autorizado aparcar 'mal', lo que no se permite son estacionamientos irregulares sobre la acera, en pasos de peatones, en zonas de peligro... Si hace dos cursos la Policía Local volvió a vigilar que la doble fila tuviera un cierto orden, ahora el Ayuntamiento va a ser estricto con las normas que ha marcado.

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