El apeadero-andamio de La Alamedilla, tres años hecho escombros y sin fecha para la reconstrucción
El derribo, una obra prevista para 12 meses, mantiene un punto estratégico de acceso a Salamanca en malas condiciones
Lo que sobre el papel era una obra para 12 meses se ha convertido en uno de los conflictos más prolongados en materia ferroviaria de Salamanca, que no son pocos. El derribo del apeadero de La Alamedilla cumple ahora tres años desde que, durante el mes de agosto, se demolió el andén para adaptarlo a la electrificación. Desde entonces, la obra no ha avanzado, el apeadero es un montón de escombros y no hay fecha cierta para su reconstrucción.
En mayo de 2020, Adif anunciaba las obras en la línea férrea Salamanca-Fuentes de Oñoro a su paso por el municipio capital para adaptarla a la altura que requiere la electrificación. Días después, el catálogo de restricciones al tráfico anunciaba que el apeadero estaría totalmente cortado al tráfico ferroviario del 3 al 28 de agosto.
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Sobre el papel, el plazo para ejecutar la obra era de un año y consistía en un rebaje de alturas para adaptarlo a la normativa y a las catenarias de la electrificación. Ni el andén ni el falso túnel que comunica con la calle Jardines daban las medidas, había que rebajar la vía. Iba a ser la ocasión para actualizar el antiguo andén, que llevaba años con una reforma pendiente, pero en su lugar se ha convertido en una obra parada.
El andén fue demolido por completo en pocas semanas, incluyendo las escaleras de acceso, se retiró un cartel y la marquesina que servía para resguardarse. En su lugar, se instaló una rampa provisional a base de tubos de andamio, que ha sido objeto de pintadas y que se ha adecentado ligeramente en las últimas fechas. Sin embargo, no hay fecha prevista para su reconstrucción.
De momento, el apeadero se va a mantener como está, lo que obliga a bajarse de los trenes de Valladolid o Madrid en un andén provisional y con los cascotes del derribo a la vista. Es una mala primera imagen de la ciudad en un punto estratégico, ya que es la parada de tren más cerca del centro. Se suma a la mala imagen que sigue danto el paso inferior, uno de los puntos del mapa del miedo de Salamanca, siempre sucio y con frecuencia mal iluminado, y que también es objeto de controversia
Avances relativos
En marzo pasado, tras la cumbre hispanolusa, el Gobierno destacaba como logro «la ejecución de las obras de electrificación instalación de comunicaciones y adecuación de gálibo (7 pasos superiores) desde Salamanca a Fuentes de Oñoro». Sin embargo, las obras en el apeadero son inexistentes: desde que se terminó el derribo hace cerca de tres años casi no se ha vuelto a trabajar allí.
En una respuesta, Adif confirmaba a este medio que los avances se referían a determinadas instalaciones de la electrificación; en concreto, nuevos enclavamientos electrónicos (dispositivos que establecen y regulan las rutas ferroviarias) y las subestaciones de tracción que alimentarán las estaciones de electrificación.
Sin embargo, la obra de adecuación de gálibos para adaptar las alturas, que es la que afecta al apeadero, no ha registrado avances y sigue pendiente de la redacción de modificados de los proyectos y su aprobación. En el caso de la adaptación de las estructuras afectadas al paso de la línea por el término municipal de Salamanca, responde a las necesidades trasladadas por el Ayuntamiento de Salamanca y están en fase de redacción.
El retraso afecta no sólo al apeadero, aunque es una de las instalaciones principales. Según el proyecto inicial, presupuestado en seis millones de euros, las obras hechas afectan a seis pasos superiores en la ciudad de Salamanca, uno en el término de Carpio de Azaba y otro en el de Fuentes de Oñoro.
Pasos y puentes
En el caso de los de la capital, en algunos casos requerían de demoliciones y rebajas de plataforma para que dieran el alto necesario, incrementado con las catenarias de la electrificación. Había que actuar en un paso bajo la avenida de Carbajosa y la antigua carretera de acceso a la localidad, en el paso abovedado que soporta la avenida Saavedra y Fajardo, la de salida de Salamanca hacia Béjar.
También afectaba al paso construído en piedra que soporta el tráfico de Cordel de Merinas, donde se proyectó la construcción de una nueva estructura de tablero prefabricado en la situación actual. Y en un paso en una zona agraria exterior al área urbanística de influencia de la ciudad de Salamanca donde se encuentra otro paso con paramento inferior abovedado ejecutado con dovelas de mampostería, donde habrá que demoler y hacer otra estructura.