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Álex López

Arte con barreras: la accesibilidad a salas de exposición en Salamanca, a examen

Junto a Rubén Sequeros, integrante de la Fundación AVIVA y en silla de ruedas desde hace 19 años, analizamos la accesibilidad de algunas salas de exposición en la capital

Domingo, 10 de noviembre 2024

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«No pudimos exponer en otro sitio porque no era accesible». La Fundación AVIVA muestra, a través de imágenes, la realidad más feliz, optimista y sincera de la discapacidad. Bajo el nombre de 'Personas', la exposición que estará hasta el mes de enero en la Casa del Obispo tuvo que rechazar otras salas porque no eran accesibles. «Es una lucha que tenemos en nuestro día a día», cuenta Alejandro en su presentación.

«Nos dieron el sí, pero cuando llegamos allí y vimos la cantidad de escaleras y la falta de opciones para personas con movilidad reducida, nos dimos cuenta de que iba a ser imposible. Teníamos que empezar por buscar un sitio que pudiera ser accesible para los protagonistas», explicaba Carmen Borrego, en una entrevista realizada en Salamancahoy.

Así, con el fin de evaluar y comprobar la adaptabilidad o no de los espacios dedicados a exposiciones en Salamanca, hemos elaborado una lista y, de la mano, de Rubén Sequeros, ido hasta los lugares 'in situ'. Cumple 19 años en silla de ruedas y colabora de forma activa con el Ayuntamiento de Salamanca para mejorar la ciudad y reflexiona: «La discapacidad no está solo en una silla de ruedas, también en una persona invidente, en un anciano o en un carrito de un bebé».

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Primera Parada

Sala de exposiciones de La Salina

Quedamos en La Salina. La entrada tiene un escalón, por lo que de primeras ya es complicado entrar sin ayuda. «Una persona sola con silla de ruedas es imposible que sea capaz de subir este escalón», señala Rubén. A la derecha el acceso, con más escalones y entre planta y planta aún más. «No es accesible», reitera. Sin embargo, de forma amable, la empresa encargada de gestionar y exponer informa de la posibilidad de establecer unas rampas, las cuales son demasiado pesadas como para que una persona las mueva por sí sola, lo que dificulta que está opción sea viable los fines de semana sin guardias de seguridad.

Asimismo, escondidas y con mucho polvo, debido a su falta de utilización, la persona que nos explica la situación confiesa que en aquellas ocasiones que las personas con discapacidad han requerido este elemento, después se han arrepentido, ya que no cuenta con estabilidad.

Otra opción, era la de acceder al primer piso de la exposición directamente. Para ello, se instaló una rampa en la puerta contigua a la principal. Pero varios transeúntes se quejaron de su colocación y tuvieron que retirarla.

Fuentes consultadas confirman que la Diputación se ha interesado por los problemas de accesibilidad de la sala y que se han pedido presupuestos para tratar de reformar un lugar en el que tiene que dar el visto bueno Patrimono, como consecuencia de su antigüedad.

Nuestra ruta pasaba por la Torre de los Anaya, pero estaba cerrada, así que seguimos hasta la Casa de las Conchas.

Segunda Parada

Casa de las Conchas

En la Casa de las Conchas hay accesibilidad, aunque no por la puerta principal. En dirección a la Plaza Mayor por la calle de la Rúa hay una puerta en la que se muestra el cartel para personas con discapacidad motora y gracias a un timbre, la persona que necesite ese acceso podrá llamar a alguien que le abra desde dentro. Desde allí, un laberinto de pasillos nos conducen hasta la sala de exposiciones, con rampas empinadas, por lo que de nuevo se requiere un acompañante capaz de empujar la silla. Eso sí, aprobado. Hay accesibilidad.

Tercera parada

Catedral Nueva

Seguimos paseando hacia la Catedral Nueva de Salamanca, uno de los sitios más emblemáticos y visitados por turistas nacionales e internacionales, así como los propios salmantinos. En la puerta principal varios escalones impiden el paso a Rubén. Tampoco hay ninguna indicación de por donde debe acceder una persona en silla de ruedas ni un timbre como en la Casa de las Conchas. Es la señora que pide, escorada a la izquierda de las escaleras según miramos a la fachada, la que nos indica que tenemos que avisar para que nos abran una de las puertas.

Así, se requiere una vez más de la ayuda de otra persona para poder subir las escaleras, acceder a las taquillas y ahí preguntar. Amablemente, uno de los trabajadores nos indica que pueden abrir desde dentro la última de las puertas a mano derecha. Allí, entre varios abren la puerta, mientras que a Rubén le resulta imposible subir solo la empinada rampa dispuesta de primeras. Le empujo. A continuación, la necesidad de salvar un escalón, «complicado», en palabras de Rubén y que algunas sillas no lograrían salvar antes de entrar.

Pero incluso hay algo peor, la salida: «Lo peor es la bajada de la rampa, llega a ser peligroso».

También existe la intención de realizar una reforma, tras varios intentos rechazados por Patrimonio previamente.

Cuarta parada

Casa del Obispo

La tercera parada es de diez. La Casa del Obispo, situada al lado de las catedrales, cuenta con una rampa en forma de 'L' que permite la entrada a través de unas puertas automáticas, por lo que no es necesario que nadie te abra la puerta. El acceso en la primera planta es perfecto, sin ningún tipo de desnivel, y a la segunda planta baja se llega en ascensor.

Rodeándonos, los cuadros de la exposición de AVIVA. «Este lugar y esta muestra son un ejemplo de que todos merecemos una oportunidad», señala Rubén.

Quinta parada

Casa Lis

Continuamos por Tente Necio, en una bajada nada fácil, hasta llegar a la Casa Lis. Una rampa pronunciada, pero corta debido al gran escalón que hay que salvar, nos recibe. A continuación, accedemos sin ningún tipo de problema al resto de la sala de exposiciones. Sin desniveles, amplia y con la posibilidad de subir a la segunda planta en ascensor, la única parte que no es accesible es la terraza, como consecuencia de su estructura antigua.

Además, Rubén se fija en un detalle que para cualquier otro pasaría desapercibido. Los baños no son accesibles, como consecuencia de que no puede cerrar la puerta con la silla de ruedas. Pese a que el retrete sí está habilitado para personas con movilidad reducida, apunta a la imposibilidad de cerrar la puerta. Por el resto, sin problemas.

Archivo de Salamanca

Sexta parada

Archivo de Salamanca

Inmediatamente después, entramos en el Archivo General de la Guerra Civil Española, donde Rubén nunca antes había estado. Se sorprende de la buena accesibilidad que presenta. Y es que a pesar de que alguien debe abrirle las puertas transparentes de entrada -acción que inmediatamente llevó a cabo uno de las personas de seguridad presentes-, el resto del espacio estaba «perfecto». Los desniveles estaban salvados con pequeñas rampas e incluso existía la posibilidad de acceder a un patio interior, también a través de pequeñas rampas. La valoración fue muy positiva, contando igualmente con un baño accesible al 100 por 100.

Séptima parada

Casino de Salamanca

Cambiamos de entorno y nos dirijimos hacia la Plaza Mayor, con el fin de ver la exposición situada en el Casino de Salamanca. Cruzando, precisamente la Plaza, Rubén se queja de los protectores tan grandes de cables que van desde debajo del reloj hasta una de las casetas de la Feria del Libro Antiguo. «Es una lucha que tengo», confiesa. «Es muy difícil pasar por encima de esto con una silla».

Al llegar a la puerta principal del Casino tenemos el mismo problema que en la catedral, no hay ninguna indicación de cómo pasar en silla de ruedas, por lo que vuelve a ser necesario que alguien entre y pregunte por esa posibilidad. En el interior nos indican que hay que dar la vuelta a la calle, para acceder por la paralela, a través de una cafetería. Las puertas, también las tiene que abrir una persona, pero accedemos sin problemas y a la segunda planta llegamos en ascensor.

Octava parada

Museo Taurino

Octava y última parada, el Museo Taurino, con su encargado siempre tan sonriente. Accedemos por una rampa, fijándonos en que ninguna de las tiendas de alrededor resulta accesible. «No te puedes hacer una idea de la cantidad de ellas que hay», completa Rubén. De hecho, cuando pasábamos por la Rúa observamos lo mismo.

Toda la planta es accesible y los baños, a pesar de no estar señalizados, también. Inmediatamente recogen la sugerencia. De hecho, cuando salimos ya se ha enviado un correo para poder tener el cartel. «Es que si no lo veo, pensaría que no son accesibles», explica Ruben.

Pese a que el espacio es bastante estrecho, el lugar resulta cómodo y Rubén puede ver la exposición sin problema alguno.

Valoración final

En general la valoración es buena, con sus pros y contras, pero 'siempre hay cositas que hacer'. 'La discapacidad está en una persona mayor, está en un carrito de niño, está también en una persona que lleva muletas'. La silla de ruedas se ve más, es una discapacidad más obvia, pero hay que pensar en hacer accesibles todo tipo de instalaciones para un bienestar general, 'nos va a venir bien para todos'.

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