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El Ministerio de Transportes prepara el terreno para levantar barreras en la autopista de pago más utilizada por los salmantinos, la AP-6, vía imprescindible para los que quieren ir de Salamanca a Madrid por carretera ya sea en coche particular o en autobús. Y cuenta con que la liberación del peaje producirá un importante aumento del tráfico en esta autopista, lo que podría derivar en la construcción de carriles adicionales para aumentar su capacidad.
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De momento, el ministerio que dirige Óscar Puente acaba de contratar la elaboración de los estudios previos sobre la adaptación de este tramo y otros dos de autopistas de pago a un escenario en el que dejarán de cobrar peaje. Pagará algo más de 900.000 euros por los mismos y apuntan a una fecha: será previsiblemente a partir de 2029 cuando termine el actual contrato de concesión y pase a ser gratuita.
El contrato expira dentro de cinco años y aunque hasta 2027 su precio irá subiendo cada año, una vez finalice su vigencia estará lista para convertirse en gratuita. El peaje de la AP-6 y sus ramales es uno de los que subirá todos los años hasta 2027 tras un acuerdo gubernamental para repartir el incremento en varios ejercicios.
El ticket ya cuesta 13,90 euros por trayecto completo para un turismo y encarece la factura por este viaje que es uno de los más habituales de los salmantinos. Según un estudio de movilidad del antiguo Ministerio de Fomento, 11.000 viajes diarios desde Salamanca tienen destino Madrid y el 90% de los trayectos se hace por carretera.
Para ello, Transportes ha fijado un plazo de 8 meses para contar con un primer diagnóstico de la situación del tramo de la autopista AP-6 desde Adanero, en Ávila, a Collado Villalba (Madrid) cuando finalice la explotación por parte de una empresa privada. En particular, se trata de cuantificar la redistribución de tráfico, y a la caracterización el territorio con el fin de poder establecer la capacidad de acogida de nuevas infraestructuras o elementos funcionales de la carretera.
Eso incluye marcar alternativas con nuevos elementos como estaciones de servicio o aparcamientos para condiciones adversas, ya que este tramo tiene habitualmente problemas de nieve. También se plantea incorporar carriles adicionales, medidas de protección contra el ruido o sistemas inteligentes de transporte. Después, hasta un plazo de 30 meses, se establecerá la alternativa más adecuada y se realizará el estudio informativo, incluyendo la declaración de impacto ambiental necesario para la obra seleccionada.
Además de la AP-6, que arranca en Collado Villalba (Madrid) y tiene final en Adanero (Ávila), cruzando los túneles de Guadarrama; también se trabajará en este sentido en la AP-51, que enlaza la segoviana Villacastín con la ciudad de Ávila, y en la AP-61, que va de la también segoviana San Rafael hasta las puertas de Segovia.
Transportes prevé que la AP-6, AP-51 y AP-61 capten tráficos de otras carreteras libres de peaje y en ocasiones saturadas, como la N-6, N-603 y la N-110. Las tres autopistas bajo el paraguas la concesionaria soportaron el año pasado una intensidad media de 17.738 vehículos diarios, con un incremento del 4% respecto al tráfico de 2022.
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