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Marian Galán posa junto a la parroquia de Buenos Aires.

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Marian Galán posa junto a la parroquia de Buenos Aires. j.m. garcía
De barrios por Salamanca

Buenos Aires critica la pasividad de los poderes públicos frente a sus problemas

El barrio trastormesino cumple 40 años en 2023 y prepara un programa para enfrentarse a las dificultades de mayores, infancia, mujeres y personas vulnerables

Ana Carlos

Salamanca

Domingo, 4 de diciembre 2022, 10:34

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En julio de 2023 Buenos Aires cumplirá 40 años. Este barrio vulnerable ha sufrido mucho a lo largo de su historia y con frecuencia recibe más rechazo que apoyo. Pero todavía quedan en él personas con un poco de esperanza. Todo puede ser distinto es el lema que los colectivos sociales de la zona (las asociaciones de vecinos, mujeres y mayores junto a la parroquia, coordinados en ASDECOBA) han elegido para elaborar un programa de acciones que pretende desarrollar a lo largo del año pensando en mejorar la vida de sus habitantes. Mayores, niños, mujeres y personas vulnerables son los protagonistas de cada uno de los cuatro ejes que vertebran la iniciativa.

Marian Galán, en representación de estos colectivos, explica que los años no han pasado en vano por los vecinos «más cañeros y comprometidos» del barrio, las personas que más han luchado por una situación más normalizada. Ahora, sin ascensores en las viviendas, sin tiendas ni servicios, se cierne ante ellos una serie de dificultades que es necesario abordar: la atención a su salud y los cuidados personales entre otras. Pero hay una que ya vienen sufriendo muchos mayores desde la pandemia y es la soledad no deseada y el descenso de oportunidades para la socialización. Si en otras zonas de la ciudad es un gran problema, aquí se hace aún más duro.

En cuanto a la infancia, la representante vecinal reivindica que para que los menores crezcan con un mínimo de oportunidades (la mayoría pertenecen al colectivo gitano), necesitan ver cubiertas numerosas carencias y dificultades. Y eso es algo que tratan de conseguir desde el Centro Infantil de Buenos Aires. Este curso tiene 25 niños y a él acuden pequeños del barrio pero también de Tejares, Chamberí y La Salle. «Al barrio también se viene a cosas buenas» presume. Y desea que el esfuerzo que se hace en esta primera etapa educativa se mantenga en las siguientes para reducir el abandono escolar.

También puede ser distinta, a ojos de ASDECOBA, la situación de las vecinas del barrio y eso pasa por su formación y acceso al empleo, así como por su protección ante síntomas evidentes de machismo.

Y finalmente, también abordarán el próximo año alternativas para las personas más vulnerables por sus graves problemas personales y sociales entre los que sin duda están todos los derivados del narcotráfico, que son los más graves.

Proyectos que de momento no cambian nada

Tras cuatro décadas parece que hay cosas que nunca cambian en Buenos Aires. Existen acciones municipales que, al menos en teoría, deberían estar teniendo un impacto para la población del barrio. Por ejemplo, los retos sociales conforman uno de los seis pilares de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) Tormes +. Sin embargo, todavía no se han visto resultados. Marian Galán reconoce que desde ASDECOBA se presentaron distintas propuestas y algunas se aceptaron parcialmente, pero sin que tengan el resultado esperado. Cuando se creó el Centro de Formación y Emprendimiento Tormes+ ellos esperaban que la oferta de cursos incluyera alguno sobre cuidados u otras salidas accesibles a personas con escasa formación. En cambio, «casi todos son de marketing y cosas que no están pensadas para las necesidades de los vecinos», afirma.

Pero las decepciones no quedan ahí. También se aprobó la mejora del pabellón y las pistas deportivas de Tejares, usadas también por los residentes de Buenos Aires. Desde que se iniciaron el proyecto y las obras han pasado siete años sin acceso a estas infraestructuras. «Tenían hasta baches, pero era mejor eso que nada», prosigue. Y cuando estén concluidas, las perspectivas no son muy halagüeñas porque, si como se espera, van a ser gestionadas de forma similar a las de La Aldehuela, quedarán fuera de su alcance. «Cuando nos enseñaron el proyecto, la estrella eran las pistas de esgrima. Está bien ampliar la variedad de deportes, pero esto es peregrino», lamenta Marian Galán, que critica que lo que hace falta son deportes más inclusivos, como las artes marciales, que sirvan para inculcar valores como el autocontrol, el esfuerzo y sobre todo, que sean gratis para atraer a los jóvenes hacia un ocio saludable.

El EDUSI Tormes+ sí ha tenido una repercusión directa en el barrio, en concreto en la plaza de Extremadura «la primera obra que se hace en el barrio en 40 años», apunta. Reconoce que tras la reforma ha quedado bonita. Pero enseguida explica que lo que el barrio necesita no son obras sino acciones que reviertan en los vecinos como programas educativos, un apoyo escolar en coordinación con el colegio para tratar de garantizar a los más pequeños un futuro mejor. Tampoco son una mejora significativa «cuatro bancos y tres columpios» porque si los chavales del barrio no adquieren hábitos de ocio saludable con programas adecuados durarán cuatro días. Como le pasa a la fuente, a la que con frecuencia le dan una patada y el agua queda corriendo las 24 horas. Con el espacio para perros sucede parecido: si no se promueve la educación social tampoco serán respetados.

Solucionar los problemas de Buenos Aires «es todo cuestión de voluntad, no de dinero», apunta Marian, que además piensa que «dinero hay» y la muestra son las 16 celebraciones navideñas que se van a llevar a cabo en los barrios. Con la misma convicción añade que los poderes públicos deben velar por mejorar las condiciones de vida en esta zona de la ciudad y que el diálogo con el Ayuntamiento sobre estos temas es bueno, pero a la hora de resolver «las competencias siempre son de otro». Y eso les sucede cuando llegan al supuesto responsable: «todo el mundo nos da la razón, pero luego nadie hace nada». Y ese es el motivo por el que el problema del narcotráfico en el barrio y el deterioro social que le rodea han adquirido las dimensiones actuales.

Pero en 2023 la asociación va a agarrarse hasta el último resquicio de esperanza. «En 40 años hemos visto que hay mucha gente buena en todas partes, gente que sigue apostando e ilusionada porque las cosas sean de otra manera». Y eso sí merece la pena celebrarlo.

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