La calle de la famosa rana de Salamanca estará seis meses en obras para reparar una por una todas las losas de su empedrado

La histórica calle Libreros, acceso directo a la Universidad y el patio de Escuelas Menores, estará seis meses en obras para reparar su pavimento, muy dañado por el trote y el paso del tiempo. La obra, que ha tenido que pasar por patrimonio, pretende reutilizar todas las baldosas actuales, muchas de ellas rotas, y cambiar todas las tapas de alcantarillas para mejorar el aspecto de la calle.

Libreros es una de las arterias principales del centro histórico de Salamanca. La calle, de unos 300 metros, une la Clerecía con la iglesia de San Millán y es la que lleva a la fachada antigua de la Universidad de Salamanca, donde miles de personas buscan cada año la rana. Sin embargo, hace años que su pavimentación, de losas de granito, se encuentra en mal estado.

Ahora, el Ayuntamiento de Salamanca va a contratar por 543.633,49 euros un proyecto completo para rehabilitar la calle, desde la plaza de San Isidro hasta Veracruz. La parte más importante será la reparación de su pavimento de piedra, pero también se van a renovar las redes de saneamiento y abastecimiento ya que, salvo un tramo más recienteen el que se actuó (entre el Patio deEscuelas y la calle Calderón de la Barca) es necesario por su antigüedad y escaso diámetro para atender a vecinos y proporcionar el caudal y presión necesaria para posibles incendios. Para la nueva red de saneamiento se hará una zanja de 95 centímetros de profundidad.

Además, se pretende renovar la obra civil del alumbrado público permaneciendo la instalación existente en fachadas, con lo que no se retirarán cables ni se cambiarán luminarias, y disponer una nueva red común de canalizaciones para telecomunicaciones. Se mantendrán las luminarias y el cableado dispuesto en fachada actualmente. En el proyecto se contempla la construcción de las canalizaciones y las arquetas necesarias en previsión de que en el futuro se pueda decidir realizar el soterramiento de los cables.

El proyecto viene de hace varios años, concretamente de 2021, pero ha salido a contratación ahora. En su día fue uno de los afectados por la crisis de los precios de la construcción; de hecho, se presupuestó y anunció hace cuatro años por unos 350.000 euros. Al incrementarse los costes, se decidió no ejecutar la obra. Ahora el presupuesto ha crecido hasta los más de 540.000 euros con impuestos.

La obra tiene un plazo de seis meses a partir de su adjudicación y formalización, con lo que tendrá incidencia en el tránsito por esta calle, muy frecuentada por salmantinos y turistas dado que lleva a la Universidad, el patio de Escuelas o la iglesia de San Millán. Por este motivo, se hará por tramos, dividiendo el trayecto en tres, ya que un corte total es inviable. Los tramos abarcan Plaza de San Isidro-calle Traviesa, calle Traviesa-Patio de Escuelas-calle Calderón de la Barca y calle Calderón de la Barca-Calle Veracruz.

Además, la actuación va a tener que respetar la condición patrimonial del lugar donde se hace la obra. Para empezar, esta calle forma parte del trazado de la calzada romana de la Vía de la Plata, de manera que toda ella se encuentra dentro del Conjunto Histórico Calzada de la Plata, que es BIC, zona de cautela arqueológica para cualquier obra que conlleve excavaciones.

Lo más importante es que se va a trabajar con un pavimento muy específico y en muy mal estado, pero que no se puede sustituir sin más por otro, incluso aunque fuera similar. Como filosofía general, se procurará preservar el aspecto y el acabado del pavimento actual que no desentona con el entorno. Esto es algo que ya se hizo con las losas de la Plaza Mayor cuando fueron arregladas en uno de los últimos proyectos de rehabilitación.

El empedrado actual está conformado por losas de granito rectangulares de 50 centímetros de anchura todas pero de diferentes largos, de 50 a 100 centímetros, las cuales se encuentran muy deterioradas, en muchos casos partidas o con sus esquinas rotas. Están dispuestas en hileras longitudinales y presentan un acabado con abujardado grueso y labra tosca, predominando una piedra con aspecto gris aviejado por el paso del tiempo y el desgaste, aunque se observan piezas entremezcladas con tonos y acabados distintos.

Sin embargo, cuando evaluó el proyecto en su día, la comisión territorial de Patrimonio impuso que se reutilizaran todas las posibles. Por este motivo, se repararán las que se puedan recuperar, una por una. En aquellos casos más difíciles, se recortarán las losas, sin modificar su ancho, con los trabajos de cantería necesarios, y completando los huecos con cemento de tonalidad adecuada.

En primer lugar se procederá a la numeración y levantamiento de las losas de granito actuales, cortando las juntas previamente, realizando una clasificación según sus dimensiones y estado de conservación y seleccionando las losas que son aprovechables.

A continuación se demolerá la solera de hormigón y las arquetas y registros que no esté previsto conservar y se excavará hasta la cota de explanación, que se rasanteará y compactará.

Con objeto de minimizar el impacto visual negativo que representarían una elevada presencia de tapas metálicas diseminadas en la superficie del pavimento granítico, las de las arquetas de las redes de electricidad, de telecomunicaciones y de alumbrado serán de tipo embaldosable disponiendo en ellas un acabado granítico concordante con el del entorno.

En las arquetas que se construyan nuevas se dispondrán tapas de este tipo y en las que se conserven se sustituirán. Las tapas circulares de las arquetas y pozos de las redes de distribución de agua y de saneamiento se dispondrán de fundición.

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