La caseta de Salamanca con el pincho más votado en 2024 que repite este año
El bar Verdi cumple este año las tres décadas en la hostelería salmantina y ya son dieciocho con presencia en la Feria de Día de Salamanca
No duda a la hora de concretar la fecha. Sin titubeos. Como si fuera ayer pero han pasado ya treinta años. El 24 de febrero de 1995, el Bar Verdi abrió sus puertas en la calle Grillo. Fue entonces cuando Alipio Hernández decidió tomar el relevo de unos hosteleros que se jubilaban y comenzar una aventura que, tres décadas después, sigue viva. «En este tiempo ha cambiado mucho el bar, igual que he cambiado yo», confiesa entre risas. Su trayectoria es también un reflejo de la evolución de Salamanca y de la propia hostelería de barrio.
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La historia del Verdi se puede dividir en etapas muy distintas. Al principio, fue un punto de reunión para los vecinos de la zona, un espacio cercano y familiar. Después llegó la época de los 'litros', con jóvenes que llenaban el local para compartir jarras y diversión. Y en la actualidad, la cocina se ha convertido en protagonista con hamburguesas, bocadillos y raciones que atraen a una clientela diversa. «Ahora trabajamos mucho con comida rápida, pero siempre cuidando la calidad», señala Alipio.
El deporte ha jugado también un papel esencial en la identidad del Verdi. Durante años, el bar ha estado vinculado al fútbol y, especialmente, al fútbol sala. «Nos conoce mucha gente debido a los equipos que hemos tenido y que aún seguimos manteniendo», comenta el propietario. Esa apuesta por el deporte no solo ha dado visibilidad al local, sino que ha creado comunidad, con clientes que comparten la pasión por el balón dentro y fuera del campo.
Imprescindible en la Feria de Día
Otro de los rasgos más reconocibles del Verdi es su participación en la Feria de Día. Este año, su caseta se ubica en la Plaza de los Bandos y suma ya 18 ediciones, con la única interrupción de la pandemia. «Cuando empezamos había 60 casetas, después llegaron a ser 118. Ahora cada vez hay menos porque el ayuntamiento limita las plazas, hay mucha gente que quiere y se queda fuera», explica Alipio, que conoce de primera mano la evolución de esta tradición salmantina. Si antes predominaba un ambiente más festivo y popular, hoy la feria se ha profesionalizado y el público busca propuestas más concretas.
15 años
con el mismo pincho de feria y tres veces reconocido
El gran emblema del Verdi en la Feria es su pincho estrella, una receta que ha acompañado al local durante 15 años. «En 2012 y 2013 quedamos campeones, y el año pasado fue el pincho más votado de toda la feria», recuerda orgulloso Alipio. La propuesta no necesita artificios: una chapatina recién horneada, un trozo de secreto ibérico y una salsa blanca especial de la casa. «Es así de sencillo, pero gusta mucho a la gente», asegura. Esa combinación ganadora ha convertido al Verdi en parada obligada durante las fiestas.
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Treinta años después de su apertura, el Bar Verdi mantiene intacta su identidad. Es un espacio que ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia, consolidándose como referente en el barrio y como protagonista indiscutible de la Feria de Día. «La gente lo conoce porque es el Verdi», resume Alipio, consciente de que su bar ya es, por derecho propio, parte de la historia viva de Salamanca.
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La anécdota estrella de 'El Verdi'
Parada también de famosos
Las ferias también han dejado recuerdos curiosos. Aunque Alipio asegura que hay «miles de anécdotas», destaca la visita de caras conocidas que sorprendieron a clientes y vecinos. Entre ellas, la del actor David Castillo que interpretaba a Jonathan en la serie 'Aída', o el torero Morante de la Puebla, que se dejaron ver por la caseta. Estos momentos, junto con la cercanía del trato y el ambiente festivo, forman parte del imaginario que rodea al Verdi tanto dentro como fuera de la calle Grillo.
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