De amarillo mostaza a un tono «admisible»: fin en Salamanca a la rehabilitación 'chapuza' de un edificio protegido
Cerca de dos años después de descubrirse, la propiedad repinta la fachada de un inmueble del siglo XIX y le rebaja varios puntos el tono a requerimiento de Patrimonio
Ha habido que esperar cerca de año y medio, pero el edificio protegido pintado de un estridente color en plena plaza del Corrillo luce al fin con el tono que le corresponde, similar al original y en línea con un edificio anejo. Y, lo más importante, acorde a las indicaciones de patrimonio que exigió a los propietarios corregir la decisión de pintarlo de amarillo intenso a brochazos.
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El asunto viene de febrero de 2024 cuando se procede a una actuación en el edificio, que está protegido en el catálogo municipal y se encuentra en un lugar sensible, en pleno centro histórico. Sus propietarios decidieron repintar la fachada y balcones y se le retiró el cartel de una histórica sastrería. El problema es que para la pintura se eligió un tono muy fuerte de amarillo que no era, ni mucho menos, el original.
Semanas después, y tras trascender el asunto, alertó a las autoridades de patrimonio que calificaron la pintura como un tono que «no es admisible» en el edificio. Tras debatirse en la comisión territorial, se supo que que el 6 de marzo la propiedad fue requerida para corregir lo que había hecho, para lo cual tendría que proceder al repintado con un tono apropiado; y se le exigía presentar primero una muestra. La prueba de esa muestra, con los diferentes tonos posibles, estuvo pintada en la fachada durante meses.
Tono ya corregido
Tono prohibido por Patrimonio
Además, patrimonio ponía muy mala nota a la actuación. Se hizo un repintado general aplicando el tono inadecuado a todo: dinteles, cornisas, bajantes o cantos forjados. Se aprecia que el amarillo intenso ha llegado a todas partes en forma de brochazos. Lo mismo ha ocurrido con los elementos de piedra de Villamayor que no pueden ser pintados, sino limpiados y restaurados.
Sin embargo, y a pesar de los requerimientos, ha estado todo este tiempo desde entonces sin ejecutar. La 'chapuza' ha estado sin corregir durante meses a pesar de que se repitió el requerimiento y de la mala imagen. Hasta hace unos días.
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Tras meses de espera, la fachada se ha repintado con un tono amarillo más suave, muy similar al que originalmente tuvo el edificio y en concordancia, por ejemplo, con el de la fachada aneja.
Sin embargo, hay cosas por mejorar. La galería superior está pintada a brochazos en un color granate y se aprecia todavía que se ha aplicado pintura donde no se debe. Sí se ha corregido el balcón del primer piso, donde ahora se ve la piedra que antes estaba cubierta de pintura.
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Recuperar el aspecto original de la fachada es importante porque, aunque el tono de pintura pueda ser más o menos agraciado, no es el que le corresponde ni se puede tocar así por así en un lugar crítico para la protección patrimonial. Y menos en un edificio que es una construcción datada según el catálogo de edificios protegidos en el siglo XIX como ejemplo de arquitectura doméstica en el centro histórico. Destaca por la sillería de piedra franca y las rejerías. Durante años ha presentado un mal estado. De hecho, en la ficha del catálogo municipal aparece con la fachada descascarillada y sucia. Además, cuenta con una galería superior.
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