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Suelta de uno de los pollos atendidos en Las Dunas. Ález López

Los cinco factores que debes valorar antes de llevar un ave al CRAS Las Dunas

A veces nos puede la compasión y la ternura cuando encontramos un polluelo en las calles de Salamanca, pero recoger crías puede ser más un perjuicio que una ayuda para los pájaros que están aprendiendo a volar, tal y como explican desde el Centro de Recuperación de Animales Silvestres

Ana Carlos

Salamanca

Miércoles, 24 de julio 2024, 13:55

El Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Las Dunas ya se encuentra en temporada alta. En primavera y verano, cuando las aves están en la época fuerte de cría, los ingresos no dejan de sucederse. Los voluntarios se afanan en alimentar a los hambrientos pollos que no paran de reclamar la ceba. Un trabajo gratificante pero que puede llegar a ser agotador y no sabe de días de descanso.

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Por suerte esta temporada está siendo más suave que otros años. Jaime Tejedor, técnico responsable del centro, explica que la razón es que el tiempo les ha sido hasta ahora favorable. No sólo se están produciendo menos ingresos, sino también menos llamadas y avisos que en otras ocasiones.

Como hasta el 20 de junio las temperaturas han rondado los 20 grados y ha habido lluvias, los vencejos, aviones, golondrinas, verderones y gorriones se sienten cómodos en los nidos. Cuando se producen olas de calor, por el contrario, se tiran de ellos tratando de sentirse más frescos. Lo que no saben es que en la ciudad les esperan el ardiente pavimento y otros peligros que pueden acabar con sus vidas si no son rescatados a tiempo. También las olas de calor afectan a otras aves, que se mueven más de la zona de cría o que tienen problemas.

Este año las condiciones les favorecen y se nota un descenso de entradas de los pollos más sensibles al calor. En cambio, en lo que respecta a las rapaces y a especies nidífugas (las que abandonan el nido nada más nacer) hay aproximadamente la misma cantidad de ejemplares recogidos que otros años.

Pero no todas las aves que se recogen en las calles de Salamanca y llegan hasta el CRAS necesitaban ser rescatadas. A veces los vecinos vemos un pájaro indefenso que no vuela demasiado y pensamos que está en peligro cuando no siempre es así. Nos empeñamos en cogerlo para rescatarlo, se despierta nuestro instinto protector, pero siempre actuamos correctamente. Antes de intervenir, debemos considerar una serie de factores para asegurarnos de que estamos actuando de manera adecuada. Si ves un ave que crees que está en apuros, analiza estos factores que te ayudarán a saber lo que tienes que hacer.

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1. Heridas visibles o enfermedades

Observa si el ave tiene heridas visibles, como alas rotas, sangrado o dificultad para moverse o si muestra signos de enfermedad, como letargo, plumas erizadas o secreciones anormales. En estos casos es importante que el animal llegue a Las Dunas y reciba los cuidados adecuados.

2. Caído de un nido cercano y accesible

Algunas veces una racha de viento puede tirar a polluelos más pequeños del nido. Apenas tienen plumas y son completamente dependientes. Si vemos que el nido está cercano y accesible podemos coger con mucho cuidado al pollo para depositarlo de nuevo en su hogar. Podemos observar que todo está en orden evitando no interferir para que vuelvan los padres. Si no vemos nido, estos pequeños necesitan ayuda y será adecuado llevarlos al CRAS. Para ello lo mejor es meterlos en una caja de cartón con pequeños agujeros para la ventilación en la tapa.

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3. Aprendiendo a volar

En esta época del año es habitual encontrarse con pollos de algunas de las muchas especies que crían en zonas urbanas, desde gorriones a urracas, pasando por mirlos y jilgueros, entre otros. En un principio puede parecer que les pasa algo, por sus vuelos cortos y aún torpes. Sin embargo símplemente se trata de volantones, de aves jóvenes que están empezando a emplumar y a practicar sus técnicas de vuelo. Lo mejor es dejarlas donde están y observar en la distancia. Sus padres estarán cerca. En muchas ocasiones puede verse incluso cómo les alimentan. Si los cogemos para llevarlos al Centro de Recuperación de Animales Silvestres estaremos haciendo más daño que bien, porque estamos separando a una familia. El pollo tenía todo lo que necesitaba y a los padres les dolerá perder a la cría en la que tanto esfuerzo han puesto. Lo mejor es dejarles seguir su camino.

4. En una situación de peligro

En ocasiones somos conscientes de que estos mismos pollos volantones están en peligro. Están en medio de una carretera o hay cerca depredadores como perros o gatos que se lo pueden comer. En estos casos tendremos que valorar la situación y tratar de darle la solución lo menos intervencionista posible. Quizá simplemente se solucione trasladándole unos metros a una zona ajardinada o con árboles. Eso es habitual con palomas, tórtolas, gorriones o similares. Si el peligro no se puede evitar de otra forma, lo mejor es dar aviso al CRAS.

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5. No todas las especies son iguales

Cuando nos encontramos un ave en el suelo, es importante identificar a qué especie pertenece. Anteriormente hemos citado muchas especies que es mejor no tocar. Pero otras van a necesitar ayuda.

Si se trata de un vencejo, Jaime Tejedor afirma que es necesario recogerlo. Es una de las especies más sensibles a las altas temperaturas en sus nidos, instalados en oquedades en los edificios. Cuando hay una ola de calor se tiran sin saber que el asfalto también está caliente. Y allí, además de a la deshidratación y la desnutrición, están expuestos a muchos peligros. Además, estas aves desde que tienen la madurez adecuada para dejar el nido pasan su vida en vuelo. Si hay un adulto en el suelo puede significar que ha sufrido un golpe de calor o está enfermo. Tampoco debemos intentar darles agua porque es muy fácil que entre en sus vías respiratorias y eso terminará por producirle una muerte lenta y agónica. Donde mejor pueden atenderle es en el CRAS.

En Salamanca también anidan (por ejemplo en la zona monumental) especies como el halcón peregrino, el cernícalo o la cigüeña. Cuando caen al suelo necesitan ayuda y no solo eso, deben ser manejados de la forma correcta para que no solo no salgan lastimados, sino que tampoco ataquen a quien intente rescatarlos. Por eso es adecuado avisar a Las Dunas y al 112 para que vaya a buscarlo alguien con el conocimiento y los elementos para trasladarlo convenientemente

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Siguiendo estas instrucciones, contribuiremos a que solo los animales que lo precisen realmente lleguen a Las Dunas y que de este modo sus voluntarios puedan dedicar todo su tiempo a los ejemplares que se encuentran en peores condiciones.

Jaime Tejedor se muestra satisfecho porque el centro cada vez es más conocido en toda la provincia y por eso llegan ejemplares de muchas localidades de la provincia. Ahora, por ejemplo, tienen un avión roquero, una especie que no habita en zonas urbanas, sino en cortados rocosos de lugares como Arribes o las Sierras de Francia y de Béjar. Como el resto de sus alados compañeros internos, cuando esté en plena forma será soltado en su entorno de procedencia para que pueda vivir de nuevo en libertad.

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