Una colección de coches sobre las aceras en las nuevas calles escolares de Salamanca ocupa el lugar de la clásica 'doble fila'
Tráfico tranquilo, pocos padres que observan la norma del 'beso y adiós' y muchos vehículos mal aparcados en las flamantes calles creadas para despejar de coches los colegios
El primer día del curso escolar ponía a prueba en la capital los cambios que se han hecho para mejorar la convivencia entre la vuelta a los colegios y el tráfico en los entornos escolares, protagonizado durante años por la denominada 'doble fila escolar'. Y la jornada se ha saldado con una de cal y otra de arena, por la aparente tranquilidad en muchos puntos y la aparición de una nueva práctica, la de aparcar encima de la acera en las flamantes calles escolares.
Eso, en materia de tráfico, porque la jornada también ha arrancado con duras críticas por el nuevo modelo de la Junta para organizar 'continuadores' durante septiembre, mes en el que el horario será reducido; y protestas para conseguir que por fin haya una enfermera por centro escolar.
En lo que se refiere al tráfico, la capital ponía a prueba el marco preparado para este curso, un complejo dispositivo con vigilancia, 14 zonas de aparcamiento regulado, las paradas rápidas de 1 minutos 'beso y adiós', el estreno de las calles escolares, las 41 reformadas para alejar los coches de los colegios y mejorar el acceso peatonal. Y ha sido precisamente en este punto donde se han observado más problemas.
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La jornada ha sido bastante tranquila en casi toda la ciudad, sin grandes alteraciones de tráfico, aunque este martes empezaban sólo Infantil y Primaria. En Canalejas, por ejemplo, no había muchos coches en el padre Manjón y se ha respetado la zona de aparcar en Calasanz; tampoco ha sido necesaria una presencia policial intensiva.
En cuanto al comportamiento vial, se han seguido viendo coches ocupando carriles de circulación, con las luces puestas, en zonas como Canalejas y el parque Picasso; la gran mayoría no observaba la norma de dejar a los niños en un minuto sin bajarse ni apagar el coche. También se han visto estacionamientos irregulares, encima de cebreados.
Más problemas ha habido en la zona de la calle Cervantes, donde estacionan los padres y madres de alumnos del colegio Santa Catalina; tras las obras de urbanización, los aparcamientos han quedado reducidos a uno de autorizados y la isla de carga y descarga. A la hora de entrada había trasiego de coches en esta zona donde, no obstante, sí está permitido el estacionamiento porque es la zona indicada para hacerlo.
Sin embargo, sí se han visto actitudes irregulares en zonas, reguladas y no reguladas, donde el estacionamiento se hace en calles peatonales o transformadas al modelo escolar. En estas, aprovechando la calzada única, muchos coches aprovechan la acera para dejar a los niños en la puerta del colegio.
Ha sido el caso del acceso al colegio Juan Jaén por la calle Proesor Sáez, una de las que más esfuerzos han recibido para evitar la proximidad de los coches, con vehículos aparcados sobre la acera a la puerta del centro y en el giro cercano en un conocido bar, que se ha convertido en un aparcamiento improvisado.
También se han registrado aparcamientos irregulares en el entorno de la Cuesta de Oviedo o en el acceso a la calle Cervantes, en una zona próxima a los colegios Maestro Ávila y Santa Catalina. Así que el aparcamiento irregular en el entorno de zonas habilitadas queda como asignatura pendiente del primer día.