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Jubilarse antes y con una paga espléndida. Esta es la opción que muchos trabajadores salmantinos han elegido en este comienzo de 2023, justo cuando la reforma del sistema de pensiones busca lo contrario, que prolonguemos nuestra vida laboral más tiempo, incentivando la permanencia más allá de la edad legal y penalizando las prejubilaciones, incentivando al tiempo la demora del retiro. Sin embargo, dos circunstancias han jugado en contra del Gobierno: la revalorización histórica de las pensiones y la entrada al sistema de los jubilados con las mejores cotizaciones de la historia en la provincia.
Según los datos del ministerio de Seguridad Social, los últimos meses antes de la entrada en vigor de la reforma han experimentado un incremento de jubilaciones en la provincia. Diciembre y enero batieron récord de número de altas en el sistema y de cuantía de las nuevas pensiones que se concedían, especialmente las de jubilación, y febrero y marzo también han registrado cifras por encima de lo habitual. Y son jubilaciones que llegan un poco antes de los 65 años. Un efecto contrario al que se esperaba.
La reforma diseñada por el ministro José Luis Escrivá entró en vigor el pasado día 1 de abril, aunque hace tiempo que está anunciada y que se conocían sus medidas. El objetivo de la nueva regulación es alargar la vida laboral de los trabajadores y equilibrar el sistema, y para ello se han endurecido las condiciones para jubilarse, al menos, si lo queremos hacer con el 100% de la paga que nos corresponda. Sin embargo, sus primeros meses han conseguido justo lo contrario.
Entre diciembre y enero, con la nueva norma ya en ciernes, más de 600 salmantinos se jubilaron y empezaron a cobrar su pensión. El número de personas que entraban al sistema cada mes ha sido el más alto de la historia reciente: 314 en diciembre y 327 en enero. Y aunque en febrero y marzo se ha ralentizado, también se ha firmado un alto número de retiros. Así que la reforma ha llevado a niveles récord las jubilaciones en el final del año pasado y en este inicio de 2023 pese a que, en teoría, no debe ser así.
Es más, en los dos primeros meses del año por primera vez se dio la vuelta a la tendencia que venía siendo habitual y llegó a haber incluso más trabajadores que decidieron jubilarse previamente que los que lo hicieron con la edad legal: 30.904 frente a 30.289, según los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social en términos nacionales. Este porcentaje superior al 50% se ha amortiguado ligeramente en el mes de marzo, pero aún así los retiros anticipados representan a cierre del primer trimestre el 45,1% de las nuevas altas.
Además, los que se jubilan ahora en la provincia lo hacen con las que son las mejores pagas de la historia. Este año, en enero, se ha incorporado al sistema una jubilación de 3.119,61 euros al mes en Salamanca, según los datos de la Seguridad Social, para un titular de 57 años. Además, la paga media de jubilación es de 1.435 euros hasta marzo, 150 euros más al mes que hace dos años. Y lo han hecho un poco antes de lo habitual: a los 64,8 años por los 65 del conjunto de 2022.
Estos dos datos explican la avalancha de jubilaciones. Muchos salmantinos empezaron a echar cuentas de cara a 2023 y les han salido favorables: los que aparecen en las estadísticas son los que tramitaron su retiro cuando ya se sabía qué iba a ocurrir con las pensiones. La clave es doble y de índole económica.
Con la reforma de las pensiones en ciernes, el Gobierno anunció la mayor revalorización de la historia, un 8,5% de subida para 2023. Además, ha decidido vincular la subida anual al IPC lo que garantiza el poder adquisitivo a futuro. Con estas condiciones, a muchos salmantinos les compensaba jubilarse porque el aumento previsto y tener asegurada la subida anual compensaba el esperar unos meses: de hecho, lo que se podría perder de paga reconocida, se ganaba con la subida anual.
Así por ejemplo les sucede a los que pueden jubilarse un año antes. Por ese adelanto se les aplica un recorte en su pensión en torno al 5% (un poco más o algo menos dependiendo de los años cotizados) pero, en cambio, si pidieron la jubilación antes de que terminara diciembre, a esa pensión luego se le aplica la revalorización del 8,5%, que compensa con creces esa reducción. Así, les sale más ventajoso hacerlo antes puesto que cobrarían una mayor pensión (3,5 puntos porcentuales más) que si lo hacen a lo largo de este año. El resultado, ese aumento de altas en la estadística de las pensiones de jubilación.
En el lado contrario, los nuevos incentivos para prolongar la cotización, con cheques que han superado incluso los 200.000 euros, han llevado a máximos la jubilación demorada. Durante 2023, un 7,8% de los trabajadores ya ha alargado su vida laboral para poder cobrar una mayor pensión, un porcentaje aún insuficiente pero que supera ese entorno del 5% que venía siendo habitual.
Una de cada dos jubilaciones demoradas retrasa el acceso a la jubilación un año y una de cada cuatro prolonga su vida laboral tres años. La cuantía media del pago extraordinario para estos pensionistas es de 13.087 euros.
En cualquier caso, Escrivá sí está consiguiendo retrasar, aunque sea mínimamente, la edad real de retiro, que se sitúa en 64,8 años, casi seis meses más que hace cinco años. Incluso los que lo hacen antes de tiempo ya sobrepasan de largo los 63 años.
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