La decisión sobre las terrazas en Salamanca que acaba con tres míticos bares en pleno centro

Salamanca está compuesta de cuadros, de pequeños decorados que actúan como fotos de postal. Decorados que se guardan en retinas y memorias de turistas, de estudiantes o ciudadanos charros que pasan siempre por el mismo lugar y a veces no miran, lo conocen, pero es cuando se fijan el momento en el que se dan cuenta de que las cosas empiezan a cambiar. Que la pequeña frutería de barrio ha tenido que cerrar, que la peluquera de toda la vida ha bajado su persiana y que el bibliotecario que te recomendaba las lecturas de verano se ha mudado. Salamanca cambia sin prisa, pero sin pausa.

¿Quién no ha ido al Laso? ¿Quién no se ha sentado en la terraza de La Latina? ¿Quién no ha hecho un descanso al salir de la biblioteca en el Puccini? ¿Quién no ha comido en el Yaya? Forman parte del decorado, de ese que no valoramos, pero que de repente es demasiado tarde para recuperarlo. La Latina cierra, el Laso también. La taberna ya lo ha hecho. Los motivos son varios, pero todos llevan al mismo final.

Por un lado y el más importante, como apunta el dueño de los tres bares, Álvaro, es la decisión del Ayuntamiento de Salamanca de acabar con las terrazas de la zona, una parte del negocio que para él suponía el 92% de los ingresos en verano y el 45% en invierno. Sin eso, asegura, está «perdido», hasta el límite de cerrar un negocio que cumple una década este mismo año y que comenzó junto a su padre. Se le ofreció una opción alternativa, si bien es cierto, por el consistorio, pero no le convenció.

La Taberna cerró hace cuatro meses, a principios de 2025, El Laso ya está en proceso de traslado, mientras que La Latina cerrará en el mes de julio. En La Latina había hasta 13 mesas, El Laso tenía dos y en La Taberna otras dos. En el primero, con la orden del consistorio, pasó de tener cuatro trabajadores a dos y finalmente, ninguno

Según cuenta el propietario a Salamancahoy, primero le dijeron de reubicar las mesas de la terraza como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley de accesibilidad -que obliga a mantener la mesa a una distancia mínima de 1,8 metros con respecto a la pared- y después, como consecuencia de las denuncias de dos vecinos ante la nueva colocación, le obligaron a retirarlas.

Además de retirar sus terrazas, Álvaro se ha tenido que enfrentar a un aumento del 60% de sus impuestos y, en concreto, a un aumento del 33% del impuesto de basuras. «No dejan de subir y además te quitan. Esta situación es agotadora, cansa mucho y llega un punto en el que dices; o yo o el trabajo. Si acabamos con la hostelería... que es de lo que vive la ciudad, esto quedará para funcionarios o jubilados», apunta contundente.

También considera otra razón, la inflación y el aumento de los precios, teniendo en cuenta que su clientela es preferentemente joven: «Si antes se tomaban un litro cada uno, ahora entre tres y te miran las monedillas para el pincho. Casi no hemos cambiado los precios porque sé el tipo de cliente que tengo. Se nota mucho».

El Ayuntamiento de Salamanca ha confirmado a este medio los cambios por la Ley de Accesibilidad, alegando que se le dio la opción al hostelero de colocar la terraza frente al bar, en la calle aledaña, en Libreros, perpendicular a la calle donde se encuentran sus bares, tanto el Laso, como La Latina, como La Taberna.

Este se negó y era imposible el mantenimiento de la zona actual porque en los edificios de la zona hay bajos, por lo que las ventanas de tales viviendas daban directamente a una terraza. Desde el consistorio se intenta que siempre que haya bajos no existan ni terrazas ni contenedores, entre otros elementos, que puedan suponer una molestia para los vecinos.

Además, hay garajes en la zona.

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