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Con la autorización para su restauración tipológica ya concedida, el interés sobre lo que va a pasar con el viejo caserón de la avenida de Italia no se apaga y en los últimos días se han repetido las preguntas en torno a su futuro. Ahora, ... se ha conocido que el edificio, protegido en el catálogo municipal, cambiará historia por 86 plazas de garaje, será demolido totalmente en su interior que está totalmente destrozado y reconstruido con el mismo aspecto tras desmontar su fachada.
La comisión informativa de Fomento y Patrimonio accedió hace dos semanas a conceder una licencia para ejecutar un proyecto de restitución tipológica en el número 36 de la avenida de Italia. La actuación consitía en derribar y reconstruir con el mismo aspecto e incluye la construcción de seis viviendas y garaje.
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Ahora, dos semanas después, ha trascendido el debate que se suscitó en la comisión de Fomento sobre lo que se va a hacer en este proyecto y algunos datos desconocidos como el número de plazas de garaje que se van a hacer, de forma conjunta, con un edificio en el solar de al lado, en documentos catastrales diferentes, pero que van a compartir destino y algunas soluciones.
En el solar de al lado, de la misma propiedad, se va a construir un edificio nuevo con 18 viviendas, mientras que la vieja villa se redistribuirá en seis viviendas en total. En la comisión ha trascendido que el aprovechamiento para garaje bajo el rasante del edificio, que está elevado unos tres metros sobre la calle, se va a hacer a través del edificio contiguo.
Eso formará un gran garaje con un número elevado de plazas disponibles, «que es lo que está demandando la sociedad» se ha llegado a decir. En concreto, vinculadas a la villa irán 40 plazas y al nuevo edificio, otras 46 más dos locales, para un total de 86 nuevos aparcamientos subterráneos.
Datado en 1926 y obra de Luis Vega, figura como protegido en el catálogo municipal con protección estructural, lo que limitaba las opciones: en teoría, no se puede vaciar sin más y hay que conservar todos sus elementos característicos.
Sin embargo, el proyecto aprobado por la comisión técnico artística admite un vaciado interior y restitución tipológica, con desmontaje y repetición de fachadas. Eso supone que parte de los elementos se puedan recuperar, aunque este tipo de reconstrucción se caracteriza por imitar las características de los edificios originales. El grupo municipal socialista ha manifestado que se podía haber actuado antes de que llegar a la actual situación para su rehabilitación y conservación como original.
El compromiso de la promotora es mantener el mayor grado posible de originalidad. Para eso, un potavoz de Grupo Arsenios, la constructora con raíces en el barrio que lo ha adquirido, ha explicado que se hará un escaneo completo del edificio y que se documentará su estado general y, muy importante, el de todos sus detalles.
La idea es mantener todos los elementos originales que se puedan conservar bien porque se encuentren en buen estado o porque se puedan arreglar; se hará un desmontaje cuidadoso. En el caso de tener que reparar, se hará con la mayor fidelidad posible a los elementos que tengan que pasar por este proceso. Y por último, los elementos que estén inservibles serán vueltos a fabricar con la mayor fidelidad a características y aspecto original.
La restitución tipológica tendrá, en función de cómo se haga, otra consecuencia. Actualmente, el edificio está en la lista roja del patrimonio en peligro de la asociación Hispania Nostra, pero una vez desaparezca como original podría pasar a la lista negra de los perdidos para siempre, salvo que en la restitución se trabaje con la fachada original.
Esto es algo que ya se está haciendo en algunos edificios históricos de Salamanca que han sido desmontados en su totalidad o de forma parcial para después volver a levantarlos. Es el caso de la construcción donde apareció un trozo de muralla, del antiguo restaurante de la plaza de San Juan Bautista o de un edificio cerca de las catedrales.
El cambio va a ser importante, pero la realidad es que del edificio original va a quedar poco, aunque realmente hay poco que salvar. Su interior está totalmente en ruinas desde hace más de una década y su cimentación es inestable, asentado sobre una trinchera rellena de roca suelta.
Actualmente, está mallado por fuera para evitar los constantes desprendimientos que se producen porque su fachada está ligeramente inclinada hacia la calle. Su cimentación no es estable y el edificio amenaza desde hace años con caerse.
En este sentido, se indica que con el proyecto aprobado se conseguirá «una cimentación como corresponde» porque se quitarán escombros y rocas en mal estado, además de reparar filtraciones.
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