Las escaleras de un siglo en Salamanca que están de estreno sin tiempo para secar la pintura

A falta de detalles, la Plaza Mayor acaba de estrenar sus primeras escaleras accesibles en más de 250 años, aunque ha sido a costa de un pequeño incidente. El afectado, el pasamanos de la escalinata de Pinto, la que se ha reformado por completo por su mal estado y que estrena este elemento de seguridad con nuevo diseño... que va a necesitar un repaso.

La prisa por estrenarlo ha hecho que algún usuario haya puesto sus manos en la barandilla, con la pintura todavía fresca, llevándose parte del material aplicado.

El problema afecta a la estructura metálica del pasamanos central que se ha colocado. Como los adosados en las paredes, es de tubo metálico, pero en su caso es doble y hace una curva en cada uno de sus dos extremos; además, se curva para acabar de forma perpendicular al suelo en la entrada y salida de las escaleras. Los otros dos son simples.

Los tres están pintados en color marrón y este viernes por la tarde han aparecido con la pintura levantada, probablemente, por alguien que se ha agarrado a ellos y se ha llevado puesto parte del material.

El resto de la escalinata ha quedado perfecta, con nueva estructura tras demoler la antigua y retirar sus peldaños; se pusieron nuevos de granito con una franja de baldosas negras de alto agarre en la entrada y salida del tramo para evitar resbalones.

En cuanto a las otras dos escaleras, están terminadas a falta de remates. Ambas cuentan con ese nuevo material de agarre extra que se ha incorporado y que es el mayor cambio que han recibido. No se encontraban en tan mal estado como las de Pinto y de hecho no se han tocado los peldaños.

En las de San Fernando, las primeras en estrenar el pavimento de seguridad, es lo único nuevo que se ha colocado y conservan todos sus peldaños. En las del Ochavo, se han puesto las baldosas negras, pero su trazado curvo ha obligado a respetar la circunferencia.

En ambos casos, por ahora mantienen los viejos pasamanos. El del arco de San Fernando, bastante mal rematado en su pie; y el del Ochavo, reutilizado, luce ahora mismo con un cono de aviso y una terminación que no llega al suelo. En ambos casos, deberían ser similares a los estrenados en Pinto para lograr uniformidad.

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