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Día Mundial Contra el Cáncer de Mama. Día de visibilización. De empatía. De recuerdo. De memoria. De pensar en todas las ramas que rodean una enfermedad que en Salamanca registra 159 casos por cada 100.000 habitantes, según las cifras de la Asociación Española Contra el Cáncer, para un total de 268 diagnósticos en 2023 y 66 fallecimientos. Entre todas las ramas, algunas llegan a florecer. Es el caso de la investigación y es el caso del proyecto liderado por Eva Martín del Valle, catedrática de la Universidad de Salamanca e investigadora del IBSAL.
Martín lidera el desarrollo de un sistema innovador, «esperanzador» y menos tóxico, de liberación de fármacos para la terapia local del cáncer de mama -'HER 2+', que «son de los que peor pronóstico presentan-, consistente en un gel inyectable, que incluye nanopartículas inteligentes para atacar el tumor de forma localizada. «Se dismuye la toxicidad de la quimioterapia, aumenta la eficacia y la selectividad», explica. Es decir, son capaces de «dirigir los fármacos a la zona específica donde se desarrolla el tumor», llegando a reducir hasta diez veces la concentración de fámarcos ocn la misma eficacia.
El proyecto, explicado a continuación, se desarrolla de forma multidisciplinar y con la colaboración constante entre universidades de diferentes países del mundo. Un pequeño «granito de arena» desde Salamanca que pretende salvar vidas, a pesar de la todavía escasa financiación en investigación. De ahí el Día del Cáncer de Mamá, de ahí la necesidad de visibilizar.
«Creo que hoy se debe focalizar el mensaje en la prevención», comienza a hablar Eva, «los exámenes preventivos son fundamentales, porque en el momento en el que estamos, los tratamientos preventivos son muy satisfactorios. Lo importante es que se investiga, se investiga muchísimo y en diferentes partes del mundo. Además, considero que en los próximos años habrá cambios radicales en los tratamientos con este tipo de patologías, siendo tratamientos muy esperanzadores. La sinergía entre ingenieros, químicos, biólogos o médicos está suponiendo un avance exponencial en cuanto al conocimiento y potencialización de los tratamientos en el futuro».
Y el grupo que ella lidera forma parte de este progreso: «Sí, ojalá que sí. Hay resultados tangibles que pueden ayudar a la sociedad y cuando ves eso es un motivo de satisfacción para todos nosotros. En mi opinión personal la divulgación científica es fundamental para transmitir a la sociedad un entendimiento de lo que se está haciendo. No podemos quedarnos confinados a nuestras revistas científicas, hay que transmitirlo a la sociedad porque es la única forma de que se valore de alguna manera. El impacto social es fundamental».
Como investigadora, ¿Se necesita un mayor apoyo? «Sí. Pero el apoyo debe ser institucional. Los pequeños apoyos de forma individual apenas sirven. Las investigaciones de este tipo deben sostenerse a nivel gubernamental. Cuando uno compara las financiaciones que hay en Europa... eso sí permite avances. Sin embargo, pequeñas migajas sirven solamente para mantener el hilo conductor de la investigación, pero los reactivos, equipamiento, personal... son extremadamente caros. Se necesita financiación y organización de recursos, a nivel nacional y a nivel regional. La inversión es muy diferente de unas comunidades a otras en investigación biomédica es muy grande y hay una relación directa entre investigación y resultados».
Adquiere más valor así este logro alcanzado en Salamanca: «Sí, yo creo que todas las gotitas contribuyen porque no somos sistemas aisladas, tenemos colaboración con universidades a nivel global, con comunicación a nivel internacional. De forma aislada no se puede trabajar».
Una de las mayores causas del regreso del cáncer en los pacientes se debe a las células tumorales aisladas que no pueden ser detectadas mediante anatomía patología o biopsia líquida. Así, el objetivo del estudio es que «el material rellene ese pequeño hueco que ha dejado el tumor para abatir cualquier pequeña célula mantenida».
Cuenta Eva Martín que los ensayos clínicos llegarán más pronto que tarde, teniendo en cuenta siempre los largos procesos que conllevan este tipo de investigaciones. «Somos optimistas porque en breve vamos a publicar un trabajo que es bastante pionero, a través del cual hemos valorado in vivo en animales que nuestras nanopartículas que son inteligentes tienen un doble efecto y un efecto sinérgico.
Por un parte, hemos sido capaces de inmovilizar esos fármacos que se están utilizando y por otra parte las propias partículas son capaces de generar la muerte celular por ellas mismas. Son resultados bastante prometedores. Avanzamos de forma significativa, especialmente en esa resistencia que presentan las células ante la actuación de los fármacos. El siguiente paso consiste en llevar este supuesto a casos clínicos. Hay varios proyectos que están siendo validados en estos momentos para poder hacer el cambio de escala y empezar los potenciales ensayos clínicos«.
¿Cómo se traducen estos términos a la realidad de una paciente? «Este proceso ha de llevarse a cabo por los cirujanos en la propia intervención. Es decir, ellos utilizan unos pegamentos o sellos para cerrar las cicatrices y el proceso consistiría en sustituir o incluir este gel en la cirujía que llevaría incluida la propia quimioterapia. Se realizaría a través de un pinchazo, en el que se incluiría el sistema con las nanopartículas que destruirían la célula tumoral.
¿Cómo se ha desarrollado el gel? «Hemos recurrido a las imágenes de resonancia magnética de las mamografías. Así, hemos elaborado unos estudios hechos mediante simulación, de los que obtenemos una imagen geométrica -ya que cada tumor es diferente- que nos permite, mediante fórmulas matemáticas, qué cantidad específica de gel se necesita para destruirlo», responde.
¿Qué supone esté avance? «Esta técnica no se utiliza a día de hoy, por lo que yo sé será algo totalmente nuevo. Debemos tener en cuenta que a día de hoy sólo un uno por ciento de la quimioterapia es aprovechable, de ahí nuestro objetivo de aumentar la efectividad, la eficacia y disminuir la cantidad de fármaco que se utiliza. Nosotros hemos conseguido reducir diez veces la concentración de fármaco obteniendo los mismos efectos in vivo, comparado con los fármacos libres. Diez veces menos de concentración y mismo efecto», señala.
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