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La ruta de la solidaridad de Salamanca a Valencia José Manuel García

Del Helmántico a un pequeño local de barrio: la ruta de la solidaridad de Salamanca hasta Valencia

Decenas de puntos de recogida almacenan material de ayuda que será transportado en las próximas horas hasta Valencia. Pasamos por algunos de los puntos más transitados

Jueves, 7 de noviembre 2024

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No sé si existe una palabra capaz de expresar la solidaridad que grandes estadios y hasta el más pequeño local de Salamanca desprenden estos días. Es como si se pudiera oler, ver, escuchar y tocar. Parece tan real. Más de siete días después de la catástrofe, la cantidad de material sanitario, de limpieza, ropa y alimentos que se agolpan en los espacios destinados a esta labor humanitaria no desciende. Al contrario, aumenta. Un día laborable por la tarde, sin luz natural y en pleno horario laboral, las bolsas y cajas llegan sin descanso a asociaciones, clubes deportivos, hermandades o empresas. Es la ruta de la empatía en Salamanca.

Primera parada. El estadio Helmántico. El Salamanca CF UDS ha efectuado una recogida de material y alimentos que después el fin de semana serán trasladados a Valencia, gracias a Autoescuelas El Pilar. El club, de la mano de los propios jugadores, recoge todo lo que les hacen llegar sus aficionados.

Son las 18:30 h. y es el primer día, pero en la entrada a vestuarios se agolpan botellas de agua y bolsas. Llegamos al mismo tiempo que dos jóvenes que portan dos cajas de cartón, en menos de cinco minutos, una mujer suma con otra caja llena de medicamentos. «Muchas gracias». Amaro les recibe con la mejor de sus sonrisas. Se han organizado en grupos de sietes para tener atendido siempre el punto de recepción. «Hay cosas más importantes que el fútbol y lo que ocurre en un estadio. Con lo que está pasando en Valencia, tenemos que ayudar todos», apunta.

También Rafa Dueñas acude al lugar. Es una labor de todos.

Segunda parada. Dentro de todos los puntos de recogida repartidos por la capital, seguimos la ruta hasta la Asociación de Vecinos de Garrido, quienes se trasladarán en dos furgonetas hasta Valencia el viernes y esperan recoger el mayor número de material posible. En apenas minutos desde su apertura, las cajas -como pasa en todos los lugares- se amontonan en las habitaciones. Es impresionante. Apenas pasamos diez minutos allí, pero no dejan de acercarse vecinos, los que no portan ayuda material, preguntan qué es lo que se necesita.

Una señora mayor llega con su carrito de la compra y se muestra visiblemente emocionada. «Hay que ayudar como se pueda», reacciona al micrófono. «Todo lo que se haga, bien hecho está. He traído cosas de higiene. Sé que se necesita más, pero es lo que tengo -se emociona-. Estamos lejos y lo que se vive por las imágenes es horrible», cuenta.

Por su parte, Mario, de la Asociación Garrido Contigo, explica el proceso. «Todo aquello que no logremos llevar nosotros mismos en dos furgonetas, lo llevaremos al punto de recogida de la Diputación», señala.

¿Cómo valora la actuación y respuesta de los salmantinos? «No es la primera recogida que hacemos. También llevamos el año pasado material a Marruecos por el terremoto, además de la recogida a Ucrania durante un mes. Siempre la gente se vuelva. Y más ahora porque nos toca muy cerca. Son amigos, familiares y conocidos», responde.

Tercera parada. Nos dirigimos hacia Gran Vía, en concreto a la calle Marquesa de Almarza, donde tiene la sede la Hermandad Dominicana. Desde fuera se puede ver la cantidad de ayuda material. Lo que no se ve es la 'escondida' en las habitaciones. No hay casi espacio. Hay colchones, ropa, alimentos, pañales, productos de higiene, comida para animales, leche, potitos, de todo tipo de alimentos.

«Hoy sale un camión ya para allá, mañana saldrá otro y el resto veremos cómo lo organizamos. Es que la solidaridad es inmensa, no solo del barrio o de la Hermandad, cualquier persona que nos ha visto en redes sociales, que ha leído el cartel de la puerta, farmacias... es una barbaridad. Estamos desbordados», continúa, al mismo tiempo que nos muestra una habitación más repleta. «Hay de todo, aunque lo que más falta son cepillos para la limpieza, porque casi no hay», recalca.

Los valores que una hermandad representa: caridad, compromisos y solidaridad. Ahora más que nunca.

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