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Ricardo Cavolo ultimando detalles de su mural en Madrid. SH
El ilustrador salmantino Ricardo Cavolo deja su huella en Madrid en un mural épico

El ilustrador salmantino Ricardo Cavolo deja su huella en Madrid en un mural épico

Hablamos con el artista al terminar su obra en el cierre de una pizzería, donde ha realizado un homenaje a los repartidores de comida a domicilio dentro de su universo particular donde la fantasía y lo cotidiano se entrelazan

M.J. Carmona

Lunes, 3 de marzo 2025, 17:37

El muralista salmantino Ricardo Cavolo (1982) es inconfundible. Sus colores vibrantes, la simbología cargada de misticismo, una estética que bebe del arte folk y la iconografía medieval convierten cada una de sus piezas en un universo propio. Su última creación, un mural en una pizzería madrileña, vuelve a demostrar su capacidad para contar historias a través de imágenes como si se tratase de una fábula contemporánea. Desde lejos, la imagen es reconocible: los tonos intensos, su característica iconografía y ojos múltiples que parecen observar la plaza frente al Mercado de Tirso de Molina. Esta vez se trata de una pieza donde refleja el día a día de quienes recorren la ciudad sobre dos ruedas: los 'riders'.

La protagonista de la obra es una repartidora a la que Cavolo presenta «casi como una heroína preparada para su gran viaje en un mundo de fantasía», como él mismo explica. La imagen es una oda visual a quienes, sin importar las inclemencias del tiempo, hacen posible que la comida llegue a su destino. No desde la perspectiva del cliente que recibe su pedido, sino desde la del propio repartidor: «Me gusta ensalzar figuras en mi trabajo y en este caso la repartidora me parecía un elemento esencial. Sin ella, el mecanismo no funciona. Quería darle ese punto heroico, porque hacen cientos de entregas diarias, con todo tipo de meteorología, y es casi como una odisea», explica el artista.

La acción impulsada por Just Eat se enmarca dentro de la campaña PreARCO, los artistas -Ricardo Cavolo, Asis Percales, Johann Andreu, Ele Zissou y Geco- y restaurantes tienen como objetivo principal poner en valor el servicio gastronómico ofrecido, así como promover el consumo local y enriquecer la experiencia cultural vinculada al 'delivery'. «El arte es y siempre ha sido una forma poderosa de transmitir a la gente. El hecho de que se muestre 'a pie de calle', nunca mejor dicho, y sea accesible para todo el mundo es lo que lo hace tan especial», declaró Ricardo Cavolo. Para él, «lo importante no es si el muralismo encaja en el arte contemporáneo, sino qué historia se cuenta. No importa si está en un lienzo, en una pared o hecho en crochet. Lo relevante es lo que transmites».

La inspiración y el proceso creativo de Cavolo

Lejos de las etiquetas rígidas, el arte de Cavolo se mueve entre lo popular y lo académico, entre lo intuitivo y lo conceptual. Su trabajo no responde a una única influencia, sino a un conjunto de referencias que van desde el arte medieval hasta la estética outsider. En este sentido, uno de los pilares de su imaginario son los manuscritos iluminados del siglo XII, en especial el Beato de Liébana. «Cuando mi padre me enseñó aquello de niño, me quedé loquísimo. Esas ilustraciones del Apocalipsis, esos colores, esa estética casi de cómic... eran de hace siglos, pero parecían de hoy en día», recuerda con fascinación. Su estilo, aunque a primera vista caótico, responde a un orden narrativo interno. Cada elemento tiene un significado, cada personaje parece formar parte de una historia más grande. En este sentido, su trabajo conecta con la tradición del muralismo como forma de comunicación pública.

El mural realizado en Madrid encaja en una línea de trabajo que ha llevado a Cavolo por ciudades como Londres, París o Montreal. En Salamanca, su ciudad natal, también pueden encontrarse algunas de sus intervenciones, como el mural en el Museo DA2 o en el Barrio del Oeste, donde pintó un edificio entero contando las etapas de la vida de su madre. Sin embargo, el artista admite que su relación con Salamanca no ha sido determinante en su formación. «No es tanto el lugar, sino lo que se gestó en casa. Mi padre y mi madre alimentaron mi cabeza con cosas que luego fui sacando en mi trabajo», confiesa. Su verdadera influencia artística no proviene de la ciudad donde creció, sino de los libros y referentes visuales que marcaron su infancia.

La música es otro de los ejes fundamentales en la obra de Cavolo. No solo ha ilustrado libros sobre músicos y diseñado portadas de discos, sino que también la integra en su proceso de creación. Mientras pintaba este mural, su lista de reproducción incluía nombres como Ralphie Choo, Rusowsky y Drummy. «Es música con un punto loco pero interesante, y al mismo tiempo chill, que ayuda a trabajar», comenta. Sin embargo, en el estudio prefiere el cine: «Suelo poner películas que ya conozco, que no necesito mirar todo el tiempo. La música depende del día. A veces es clásica, otras veces es rap o flamenco. No es tanto que un género encaje con un tipo de trabajo, sino lo que necesito en ese momento para sentirme bien».

El artista Ricardo Cavolo frente a su mural recién realizado. Just Eat

Un consejo para los futuros ilustradores

Con años de carrera y un reconocimiento internacional consolidado, Cavolo tiene claro el consejo para quienes quieren dedicarse a la ilustración o al arte urbano. «Siempre digo lo mismo: si realmente quieres hacerlo, vas a invertir la energía necesaria para al menos empezar el camino. Luego hay muchos factores externos que pueden complicarlo o incluso impedirlo. Mi padre es un artista increíble, pero las circunstancias le llevaron por otro camino. A mí me salió bien porque trabajé mucho, porque llegué a Madrid en el momento en que la ilustración empezaba a crecer. Pero al final, lo fundamental es que si esto es lo tuyo, vas a seguir aunque te revientes. Más que un consejo, es una radiografía interna».

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