La inmunización de los adultos en Salamanca, una asignatura aún pendiente

A pesar de los esfuerzos para promover la vacunación en la población infantil, los adultos de Salamanca siguen siendo el grupo menos cubierto debido a que, como las vacunas se suelen asociar solo con los niños, se olvida el hecho de que los adultos también necesitan actualizar su inmunización para prevenir enfermedades. Y a pesar de que el calendario de vacunación para adultos no solo incluye refuerzos para la gripe o la COVID-19, sino también para enfermedades como el tétanos, la difteria o la neumonía, la falta de conciencia sobre la importancia de estas vacunas en la edad adulta está generando una brecha en la cobertura que pone en riesgo a la población.

A lo largo de 2024, las autoridades sanitarias han trabajado para aumentar la visibilidad de la vacunación entre los adultos, aunque la respuesta sigue siendo insuficiente. Según los datos de la Junta de Castilla y León, durante la campaña de vacunación de 2024 se administraron 85.513 dosis de la vacuna antigripal en la provincia. Sin embargo, la cobertura en adultos mayores de 60 años alcanzó solo el 58,6%, lo que indica que una parte significativa de la población aún no se ha inmunizado contra la gripe. Además, la vacunación frente al COVID-19 en este grupo etario fue del 40,4%, lo que refleja una disminución del 30% en comparación con el año anterior .

Estos datos demuestran que actualmente hay personas en Salamanca que no conocen el calendario actualizado ni la necesidad de vacunarse, lo que afecta directamente a la salud pública. Y en un mundo globalizado con virus y enfermedades que no entienden de fronteras, mantener la inmunización al día es una responsabilidad colectiva. Es crucial que la sociedad se conciencie de que vacunarse no solo protege al individuo, sino también a la comunidad, reduciendo el riesgo de brotes y contagios masivos.

La desinformación sobre las vacunas en adultos en Salamanca es una preocupación creciente que afecta directamente a la salud pública. Y a pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades sanitarias para promover la vacunación, aún existen algunos mitos y dudas -alimentados en gran parte por información errónea que circula en redes sociales- que afectan en la decisión de muchos adultos sobre vacunarse. De esta manera, se pone en riesgo, no solo a quienes deciden no vacunarse, sino también a la comunidad en general, y especialmente a los más vulnerables.

Mito 1 – Las vacunas no son necesarias en la edad adulta: muchos adultos creen que las vacunas son solo para los niños cuando, en realidad, la vacunación en la edad adulta es crucial para prevenir enfermedades graves como la neumonía, el herpes zóster o el tétanos. La realidad es que el sistema inmunológico envejece y, con el tiempo, las defensas que se reciben de las vacunas pueden disminuir, por lo que se requieren dosis de refuerzo.

Mito 2 – Las vacunas son innecesarias para una persona sana: algunas personas consideran que no es necesario vacunarse si no padecen ninguna enfermedad crónica o si se sienten sanas. Sin embargo, la vacunación no solo protege a la persona vacunada, sino que también ayuda a evitar la propagación de enfermedades a otros, como los niños, los ancianos y las personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

Mito 3 – La automedicación con remedios naturales: an algunos casos, las personas optan por no vacunarse creyendo que los remedios naturales o los suplementos pueden ofrecer una protección similar. Y a pesar de que llevar un estilo de vida saludable es importante para fortalecer el sistema inmunológico, no existe ningún sustituto para la protección que ofrecen las vacunas.

La vacunación no es solo una responsabilidad infantil, sino que también es esencial en la edad adulta. A lo largo de la vida el sistema inmunológico cambia y se vuelve más vulnerable a ciertas enfermedades, por lo que mantener al día las vacunas recomendadas se convierte en una medida clave para proteger nuestra salud. Además, permiten un envejecimiento más saludable al prevenir complicaciones a largo plazo que pueden afectar a la calidad de vida; y hacen que los adultos puedan seguir disfrutando de su día a día sin las limitaciones impuestas por graves enfermedades.

Protección frente a enfermedades graves: las vacunas pueden prevenir enfermedades graves que, en algunos casos, pueden ser mortales o causar complicaciones a largo plazo, como la pérdida de movilidad o las que afectan al sistema nervioso.

Reducción de la transmisión comunitaria: al vacunarse, los adultos no solo se protegen a sí mismos, sino que también reducen el riesgo de transmisión de enfermedades a personas más vulnerables como los niños, los ancianos o los inmunodeprimidos, que son más susceptibles a infecciones graves.

Refuerzo de la inmunidad con la edad: a medida que se envejece, la respuesta inmunitaria se vuelve menos eficiente. Las vacunas de refuerzo son fundamentales para mantener una protección adecuada y evitar la propagación de enfermedades que pueden afectar gravemente a los adultos más mayores.

En Salamanca, el calendario de vacunación para adultos incluye dosis de refuerzo para la gripe, la neumonía y el herpes zóster, especialmente recomendadas para mayores de 65 años y personas con condiciones de riesgo. Las autoridades sanitarias han reforzado la disponibilidad de vacunas en centros de salud y han habilitado canales de cita previa para facilitar el acceso. Sin embargo, la cobertura vacunal en adultos sigue siendo insuficiente, lo que destaca la necesidad de intensificar los esfuerzos para aumentar la participación en estos programas preventivos.

El Calendario de Vacunaciones e Inmunizaciones Sistemáticas a lo largo de la vida de las personas para la Comunidad de Castilla y León, aprobado por ORDEN SAN/32/2025, de 21 de enero, publicada el 27 de enero de 2025, estipula que el calendario queda de la siguiente manera.

Es importante que se consulte con el Centro de Salud para conocer las fechas específicas y los requisitos para acceder a estas vacunas, asegurando así una protección adecuada frente a enfermedades prevenibles. Además, los profesionales sanitarios pueden ofrecer información personalizada según la edad, el historial médico y las posibles condiciones de riesgo de cada persona. Estar bien informado permite no solo prevenir complicaciones de salud, sino también contribuir al control de brotes y a la protección de la comunidad más vulnerable.

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