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Ser un pueblo pequeño y querer seguir avanzando no solo para no desaparecer sino para ofrecer cada vez una mayor calidad de vida para sus habitantes es un reto importante para municipios como Miranda de Azán.
La Unión Europea lleva años realizando análisis, programas e incluso ofreciendo ayudas con el objetivo de conseguir zonas rurales más fuertes, conectadas, resilientes y prósperas, pero a las zonas más despobladas y con menos medios les resulta muy complicado acceder a esos recursos.
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Por ello desde el Ayuntamiento de Miranda de Azán aprovecharon el jueves la visita del eurodiputado e integrante de Izquierda Unida, Manuel Pineda, para reunir a ganaderos y agricultores del pueblo, representantes de asociaciones agroganaderas (en concreto el asesor científico de la Unión de Ganaderos de Vacas Nodrizas (Ugavan), el vicesecretario general de UPA Salamanca), y representantes de los Grupos de Acción Local de la provincia para abordar estos temas y debatir sobre normativas que afectan al campo, especialmente sobre la reforma de la PAC.
El objetivo era recabar información para plantear una iniciativa parlamentaria o algunas preguntas que plasmen sus necesidades e inquietudes.
El alcalde de Miranda de Azán, José Luis Sánchez, aprovechó para trasladarle quejas sobre la falta de inversión directa de la UE en los pequeños municipios y las necesidades de desarrollo, especialmente en materia de telecomunicaciones.
Con respecto a la falta de inversión, lamentó que a los ayuntamientos pequeños en realidad casi le resulta imposible acceder a fondos y programas europeos por falta de capacidad y personal. Por ello considera necesario que se baje la burocracia y que se obligue a los Grupos de Acción Local u organismos que gestionan estas ayudas a que tengan personas que trabajen directamente en el desarrollo rural.
En la actualidad, aseguró, si un emprendedor o un ayuntamiento quiere acceder a esos fondos «tiene que buscarse la vida para hacerlo», porque ese proyecto se deriva a Valladolid porque los Grupos de Acción Local no tienen agentes de desarrollo. «En lo que buscas a alguien que lo haga se acaba el plazo, porque a veces solo hay 15 días o un mes y las administraciones pequeñas no tienen capacidad y la ayuda no es tan real ni efectiva».
Pero si hay algo en lo que el alcalde hizo especial hincapié fue en lo relacionado con las telecomunicaciones. Afirmó que es urgente una mejora porque la situación es «sangrante».
Aunque por un lado se están dando ayudas para la mejora tecnológica de las empresas, para la digitalización de la administración pública y el funcionamiento más interactivo con la ciudadanía, son demasiados los pueblos en los que no hay cobertura de internet y de telefonía para hacer simples llamadas de voz, lo que supone una barrera infranqueable.
En este contexto han salido fondos europeos, gestionados por Ministerio de Economía, que es el responsable de las telecomunicaciones, para implementar y desarrollar la digitalización en España pero se centran únicamente en el 5G, no en conseguir mejoras en las llamadas convencionales, algo que resulta sorprendente a ojos de José Luis Sánchez. Así, apunta que pueden estar bien esos fondos, «pero no son todo lo efectivos que deberían y, sobre todo, dan por cubiertas necesidades que no lo están».
Por su parte, a su entrada al encuentro, Manuel Pineda destacó las múltiples dificultades a las que se enfrentan las zonas rurales, especialmente las más despobladas, afirmando que si no cambian las políticas actuales, los municipios pequeños «están condenados a que dejen de existir».
En esta línea denunció que no sólo no les benefician las medidas que se están tomando en el sector primario, sino que en el día a día sus habitantes tienen que lidiar con que «no hay medios de transporte para ir a un médico; no hay un médico cerca; en muchos municipios no hay ni siquiera acceso a internet; no hay un cajero automático ni no hay una oficina de un banco».
Con este panorama, prosiguió, «nos los estamos cargando. Y eso es una responsabilidad política que se nos tiene que exigir: que trabajemos para la mayoría social y no para otros intereses».
Antes de hablar con los distintos representantes agroganaderos recordó que durante la negociación de la PAC su partido defendió «una ganadería social, familiar, extensiva», diametralmente opuesta a la intensiva «que destruye el medio ambiente», con macro granjas de porcino que «destruyen el territorio, contaminan el agua, lo dejan todo esquilmado y a los 10 o 15 años se largan a otro lado». Además, destacó que apoyan la figura del «profesional» y la producción por encima de la extensión.
A su juicio, aunque en cada campaña electoral se difunde «el discurso tan cacareado de que tenemos que combatir la España vaciada», apostando por la cercanía, la realidad es que «creemos que hay un divorcio absoluto entre lo que se dice y lo que se hace y nosotros vamos a seguir trabajando por medidas que fomenten, entre otras cosas, un sector primario que cree arraigo en la tierra».
En el transcurso de la reunión, los participantes manifestaron distintas ideas sobre formas de mejorar la PAC, como modificar que se obligue a implantar «un tipo de cultivo que no se da en el terreno pero que se ha acreditado». También, que no se premie más la posesión de la tierra de que la producción como sucede actualmente, para lo que habría que subvencionar el trabajo, ya que «no es lo mismo un pequeño agricultor anónimo que el Duque de Alba», según explica José Luis Sánchez.
Por otro lado señalaron que si hubiera más libertad para la producción, en Miranda de Azán se podrían sembrar «mejor leguminosas que trigo», con lo que al mismo tiempo aumentaría la producción y habría más soberanía alimentaria.
También se habló de la trazabilidad de los productos, para que no se permita importar productos agrícolas que no han sido producido con las mismas exigencias que se pide en la Unión Europea.
Los ganaderos, por su parte, pidieron «respeto» para la denominación de «carne», porque no creen oportuno que se llame de este modo a productos vegetales con esa textura o a carnes sintéticas obtenidas en un laboratorio.
Tras escuchar todas las aportaciones, Manuel Pineda se comprometió a presentar tanda de preguntas concretas y específicas que expresaran estas inquietudes para que se les dé respuesta desde el Parlamento Europeo. Además, se coordinará con los técnicos del Congreso para tratar estos asuntos también a nivel nacional.
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