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La salud de las personas, los animales y los ecosistemas va de la mano. Existen vínculos muy estrechos entre estos campos que pueden ser dañinos o bien, gracias a la investigación, usarse en favor de la prevención y del control de enfermedades. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) son conocedores de que los controles de agua construidos por el hombre pueden afectar a ciertas enfermedades, o que el comercio de animales salvajes vivos puede aumentar la probabilidad de que determinadas patologías pasen a las personas.
Las actividades humanas y los ecosistemas han cambiado. Por ello, desde la OMS trabajan en el concepto One Health (Una sola salud), un planteamiento global de colaboración con el fin de lograr resultados óptimos en este campo, según informa ICAL. Una idea a la que se ha sumado la Diputación de Salamanca, quienes mediante una inversión de más de cinco millones de euros apuestan ahora por reformar su recinto ferial para convertirlo en un espacio tecnológico, puntero y de referencia para dar respuesta a las necesidades de los agricultores y ganaderos del siglo XXI.
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«Al igual que se avanza en otros ámbitos de la vida, el sector agrario tiene cada vez más demandas y hay que ofrecerle todo aquello que merece, porque nuestra provincia, al final, es eminentemente agrícola y ganadera», reconoce el presidente de la Diputación provincial, Javier Iglesias, en declaraciones a Ical. Conocedores de que la pervivencia de los municipios de la zona está íntimamente relacionada con el futuro del sector primario han decidido apostar por la transformación de este espacio cuya última modificación data del año 1992.
Un anuncio realizado durante la Feria del Sector Agropecuario Salamaq, uno de los eventos principales que acontecen cada año en estas instalaciones, en las que ahora tienen la vista puesta en darle un uso más allá del agrícola o ferial, aunque sin dejar a un lado que el encuentro continúe siendo de referencia en el sur de Europa. Con este giro de 180 grados, el espacio quedará integrado en el desarrollo de la ciudad de Salamanca, poniéndose a su servicio, y será clave también para el futuro Puerto Seco de la provincia.
Pese a que el cambio a nivel de innovación tecnológica sea el punto fuerte de esta reforma, el visual también será importante. El recinto dejará de ser una «mole de hormigón» para convertirse en un pulmón verde dentro del desarrollo urbanístico de la capital charra. Y lo hará de manera «inminente», con una obra que se divide en dos fases y la primera de ellas saldrá a licitación antes de que termine este mes de septiembre. De esta forma, dentro de un año, los visitantes de Salamaq podrán conocer una imagen «completamente renovada».
Para ello, esta primera fase se centrará en la transformación del bulevar, con una financiación íntegra por parte de La Salina de 1,3 millones de euros. «Estas obras, que comenzarán en octubre y terminarán a finales del verano del próximo año, van a permitir tener una imagen más amable de toda esa zona central», explica Iglesias. Así, ampliarán las posibilidades del espacio, que se convertirá en una zona peatonal, incrementará en un 30 por ciento la superficie vegetal y la cobertura arbolada y contará con un camino terrizo para los animales, facilitando así su traslado al conectar las naves de ganado con el pabellón central y el anillo de exhibiciones.
Además, se renovarán las redes de saneamiento, abastecimiento, eléctricas y de riego; instalarán sensores y actuadores para tener un «control total» del riego, alumbrado, vigilancia o megafonía, mejorarán la eficiencia energética y recogerán y aprovecharán las aguas pluviales. Ejemplos de cómo esta modernización del entorno cuidará el bienestar tanto humano como animal.
Después de esta primera actuación y tras la celebración de Salamaq25, comenzará la segunda fase, el proyecto Co'Habitat 2030. Este programa está financiado por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana a través de la convocatoria Pirep, que cuenta con una dotación económica de 2,9 millones y que se completará con otros 772.000 euros de fondos propios de la Diputación.
«Con esta obra principalmente pensamos en el concepto de Una sola salud, y en base a esta filosofía se desarrolla esta intervención», continúa el presidente de La Salina. Para ello, señala, se renaturalizarán también muchas de las zonas del recinto, pensando en la optimización energética y en el bienestar de los animales, con cuestiones como sensores que medirán todo lo que pasa dentro de las naves y lo llevarán a un centro de control de calidad. «La capa tecnológica de esta intervención es igual de importante que la obra civil», insiste.
Estos sensores, detalla la diputada de Proyectos Estratégicos, Pilar Sánchez, permitirán funciones como la medición de la respiración de las vacas, la apertura de ventanas para una buena ventilación, los índices de rumia de los animales o el manejo de cuestiones como la temperatura, la comida o el agua para convertirlo en un recinto ferial inteligente sin referentes en este país.
Gracias a los indicadores, el recinto podrá certificarse en un futuro como un espacio «que garantiza el bienestar animal, de tal manera que las explotaciones van a tener obligación de certificarlas tanto cuando llegan como cuando salgan de nuestro recinto, trasladando a los ganaderos todo lo que ha pasado dentro y que todo esté implementado conjuntamente», explica Iglesias. Con esta idea, quedarán recogidos detalles como la falta de estrés, la alimentación o el transporte hasta el matadero, con animales monitorizados desde que montan en la explotación hasta que llega al recinto.
Iglesias confirma así su intención de continuar trabajando en «un gran futuro para el recinto, más allá de estos proyectos que ahora ya sí que son una realidad». Por el momento, ya han recibido un feedback positivo de los ganaderos, y han podido poner a prueba los dispositivos en una empresa privada, comprobando que puede seguirse el control de la salud animal en unas condiciones óptimas.
«No solamente nos preocupamos de las personas, del medio ambiente o de los animales, sino de cómo conjugar un equilibrio entre todos, porque ahí está el futuro», insiste por su parte Pilar Sánchez. Algo que conseguirán mediante la implantación de 50.000 sensores, cámaras inteligentes e Inteligencia Artificial, además del conocimiento generado por la práctica y las investigaciónes de los ganaderos, todo al servicio de una sola idea.
El proyecto de reforma del recinto ferial va de la mano de otra de las grandes apuestas de la Diputación para los próximos años: una inversión de 2,8 millones de euros para la construcción del Centro de Transferencia del Conocimiento, cuyo objetivo es, según Javier Iglesias, «crear en Salamanca un ecosistema nuevo y único en España en torno al mundo agrario y la investigación más avanzada». Para ello irán de la mano de la Universidad de Salamanca, y su propósito es que «ninguna de las preguntas de nuestros agricultores y ganaderos quede sin respuesta».
Su funcionamiento será bidireccional, con un flujo constante de información entre investigadores y ganaderos, y con lo que pretenden «dar valor al mundo del campo, transformar el conocimiento en nuevas oportunidades, construir explotaciones más eficientes y racionales y, en definitiva, incorporar criterios científicos al sector primario», continúa.
Un puzle que une sus piezas para asentar el futuro de la provincia en un «sector primario puntero» y en el que las instituciones y las infraestructuras se mueven a la par para impulsar al sector. «La Diputación tiene que buscar esa innovación y esa prestación de los servicios, porque al final es lo que permite que los pueblos tengan vida y economía y que el mundo rural siga avanzando», finaliza.
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