La nueva señal del parking de Salamanca que se esconde en un laberinto
El subterráneo de Monroy estrena un panel luminoso que informa de si hay plazas libres para evitar atascos en su intrincado acceso y que no se repita el problema que hay con el de Santa Eulalia
Un nuevo panel luminoso señalará el camino a los usuarios de unos de los parking más recónditos de Salamanca, el de Monroy, en una zona donde confluyen varios de los más demandados, pero que obliga a dar muchas vueltas. Una situación que genera problemas cuando los conductores llegan al lugar y está completo y que se quiere evitar.
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La solución aplicada es una nueva señal luminosa que indicará si hay plazas disponibles en el citado parking. Se ha instalado en la parte superior de la Gran Vía, justo en el desvío por la calle Azafranal que hay que tomar para llegar al subterráneo, que está bastante escondido.
El nuevo panel, instalado sobre un poste, ya está funcionando y debe indicar a los usuarios si el parking está 'completo' o 'libre' para evitar que los coches circulen por calles que son peatonales y lleguen a este escondido aparcamiento y se encuentren con que está lleno; en ese caso tendrían que salir por otro recorrido.
El problema es que tanto para acceder como para salir hay que hacer varios giros y encontrar la ruta correcta, que no es fácil. Y se hace en plena zona de bajas emisiones y peatonal, que será restringida para el acceso en breve.
El panel que no funciona
Es la segunda señal de este tipo que se instala en la Gran Vía. La primera se puso como solución a los problemas que estaba dando el parking de la plaza de Santa Eulalia, que llegó a colapsarse de manera que la cola de coches llegaba hasta la propia Gran Vía.
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La señal, instalada hace unos meses precisamente para evitar esta situación, está averiada con frecuencia: ya lo estuvo en el festivo del 12 de octubre y volvió a estropearse una semana después.
El panel luminoso se colocó justo en la Gran Vía, en la que calle de acceso al intrincado recorrido que permite llegar hasta el parking de Santa Eulalia, con 300 plazas, el más céntrico y próximo a la Plaza Mayor. Ese panel está en teoría conectado con el de la propia entrada del subterráneo y su función es informar a los conductores para que no se metan en el complicado recorrido.
Sin embargo, está en un lugar poco visible y son muchos los coches que pasan de largo, atienden la señal de dirección hacia un parking, pero no ven que está completo. Y lo peor es que muchas veces está averiado, como este sábado, y no da la información de que no hay plazas. A veces, tanto el cartel del parking como el de la Gran Vía figuraban con la indicación de 'libre', pero había que seguir esperando para entrar.
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El acceso al parking es uno de los más intrincados del centro de Salamanca, donde abundan los aparcamientos con difíciles rutas de acceso, pero este es una ratonera, tanto de entrada como de salida. Desde la Gran Vía, se toma dirección Correhuela y Bermejeros, se sube por la calle del Aire y se llega a la plaza de Santa Eulalia. Es allí donde se veía si había o no sitio en el parking, pero para cuando se llegaba a este punto la cola ya era inevitable.
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