El nuevo anexo del Reina Sofía, un complicado croquis de parcelas y otros 400.000 euros
El proyecto para ampliar el campo de hierba artificial para que quepan dos de fútbol '7' requerirá actuar sobre un terreno que ya está terminado y ocupar terrenos de la Diputación
La adaptación del complejo del Reina Sofía aborda una de sus últimas fases tras el proyecto central, el de cambiar el césped artificial original por hierba natural, algo obligatorio para que Unionistas pueda jugar allí sus partidos de Primera RFEF. Ese cambio obligaba, no obstante, a replantear el programa de uso de la instalación porque el césped natural no permite un uso tan intensivo como una superficie artificial. El resultado es que parte de la actividad del complejo se tiene que trasladar al campo auxiliar que se quedaba pequeño para las nuevas necesidades.
La salida, planteada cuando se alcanzó la 'solución' entre Ayuntamiento y clubes implicados, fue ampliar el campo anexo ya existente, recreciendo sus medidas para que pueda albergar dos campos de fútbol '7' y ganar en polivalencia. Esa obra es que la que acaba de adjudicar por cerca de 400.000 euros y que se ejecutará en las próximas semanas.
La obra obligará a demoler parte del muro perimetral y se añadirá campo en los laterales Este y Sur
La actuación tiene su complejidad por el rompecabezas de parcelas en que se divide el complejo. En pocos metros confluyen terrenos municipales, de la Diputación de Salamanca, reservados a futuros viales... Y la ampliación del campo anexo obliga a adentrarse en algunas de estas parcelas.
El proyecto contempla ampliar a 60x100 metros la medida del terreno de juego; actualmente este anexo tiene marcados dos campos de 35x55. Según el contrato municipal, adjudicado a Araplasa por 389.332,85 euros, se va a añadir campo en los laterales Este y Sur. Para ello, hay que demoler parte del muro perimetral y requiere retirar parte del cerramiento, alumbrado y riego existentes, que pasarán a una nueva ubicación, y que se reutilizarán para volver a cerrar el perímetro.
Un difícil encaje
Elegir hacia dónde ampliar el campo no ha sido sencillo y ha estado condicionado por la calificación de las diferentes parcelas. La ampliación hacia el Norte no es viable porque se ocuparía un terreno que está reservado para viario: cambiar su uso hubiera sido administrativamente complejo y hubiera demorado el proyecto hasta un año.
La única posibilidad de ampliación era hacia el Sur y el Este y sur respectivamente, lo que supone ocupar una franja de 10 metros de anchura y 1.020 m2 de superficie, calificada como Suelo Urbano No Consolidado y propiedad de la Diputación que está prevista como viario de cesión al Ayuntamiento una vez se realice el desarrollo de dicho sector. Pero como ahora se ha planteado usarlo para los nuevos accesos al campo, es compatible. También requiere la cesión de una superficie de 1.533 m2 al sur, calificada como suelo urbano consolidado con destino a equipamiento y ya se ha solicitado su uso a la Diputación.