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Los conductores van a decir adiós a los obsoletos parquímetros de la zona azul y verde, que van a ser sustituidos para incorporarlos nuevos, estarán integrados en la nueva plataforma de tráfico y que, al fin, permitirán pagar con tarjeta sin contacto. El cambio será inmediato y menos de dos meses después de que se firme el nuevo contrato para los próximos 8-10 años se habrán sustituido los 163 actuales, que pueden aumentar.
Esta es una de las partes fundamentales del nuevo contrato de gestión de la ORA para aparcar en la calle, que se va a licitar de inmediato con un valor total de 40 millones de euros y que incluirá muchas otras novedades, entre otras, que el sistema de parquímetros estará controlado directamente por el Ayuntamiento de Salamanca, que se podrán proponer nuevas zonas de pago y que los expendedores ya estarán preparados para tarifas variables en función de ruido o contaminación, abriendo la puerta a tickets diferentes según el tipo de vehículo y a posibles restricciones en episodios de polución.
De momento, el expediente del nuevo contrato va a comisión de contratación la próxima semana. Llevaba años en el debe municipal, que ahora cumple con el objetivo de renovarlo, y que de paso completa todo el sistema de control de circulación en la ciudad, que incluye las cámaras de acceso, la futura ZBE, la información de aparcamientos o circulación de buses y, ahora, la disponibilidad de espacio en las zonas de pago.
Lo que más cambia es la tecnología de los parquímetros. Los actuales están totalmente obsoletos y muy viejos, la mayoría presenta un aspecto descuidado y se han quedado totalmente atrás en cuanto a gestión y métodos de pago.
Según las condiciones previstas, el nuevo contratista sustituirá los 163 expendedores actuales por los nuevos modelos en el plazo de 60 días. Además, tendrá que hacer un estudio de su distribución, aunque seguirán estando separados de tal forma que no haya que recorrer más de 100 metros desde la plaza más alejada para sacar el ticket.
Deberá aportarse propuesta de ubicación de los expendedores especificando el número de parquímetros a instalar. El concesionario podrá proponer excepcionalmente la supresión de algún parquímetro en su ubicación actual y el Ayuntamiento a su vez podrá aprobar o denegar la propuesta en relación con los criterios técnicos correspondientes.
Los parquímetros cambian de modelo y adoptan otro similar a los que existen en otras ciudades. Tendrán pantalla a color de almenos 8 pulgadas y se comunicarán con 4G. El color exterior lo marcará el ayuntamiento y deberán integrarse con el entorno.
Los expendedores serán autónomos no necesitando conexión a la red eléctrica debiendo ser, al menos, una de sus fuentes energéticas la energía solar.
El expendedor se presentará como una caja fuerte en la vía pública. El parquímetro funcionará normalmente a temperatura ambiente comprendida entre -20 y+50. Los componentes del parquímetro deben resistir temperaturas máximas de +70.
Los elementos metálicos deberán ser inoxidables o protegidos contra la oxidación. Los parquímetros presentarán estanqueidad al polvo, a la lluvia, resistencia a los impactos y protección al rayado, con tratamiento superficial que permita la limpieza de grafitis, pintadas y otras marcas similares. La ranura de las monedas tendrá un sistema que impida introducir otros elementos.
La única tarea de mantenimiento corriente será el reemplazo periódico del rollo de tiques. Cada rollo constará de un alrededor de 2.000 tiques, y una lámpara testigo indicará cuando llegue a la reserva de 200/400.
En el caso de que el expendedor no pueda expedir tiques por finalización del rollo o atasco o mal funcionamiento de la impresora deberá ser capaz de ponerse fuera de servicio evitando la entrada de monedas o pago con otro medio.
En primer lugar, los nuevos parquímetros deberán integrarse con el sistema de gestión integral que suministra el ayuntamiento «con objeto de evitar cualquier dependencia del proveedor de parquímetros». Esta cláusula acabará con el problema generado en los últimos años por el sobrecargo al usar la app de la empresa concesionaria.
Ahora, el consistorio toma el control de los parquímetros en cuanto a alarmas, tiques, cancelaciones de denuncia, recaudaciones, estados del parquímetro... y todo ello en tiempo real.
El parquímetro deberá permitir la programación de horarios, tarifas, cambio de pantallas y cualquier otra modificación operativa desde el sistema de gestión integral en caso de cualquier modificación de ordenanza o criterio municipal. Las tarifas se van a mantener, con ajustes cada año en las ordenazas fiscales, pero pueden ser dinámicas
Los parquímetros han de permitir según contrato la consulta con el centro de control para la emisión de tarifas dinámicas, en función de la contaminación, ruido, ocupación, o cualquier otro criterio que determine la corporación municipal.
El nuevo sistema y parquímetros permitirán la identificación con matrícula. Además, por fin se podrá pagar con monedas, pero también con tarjeta de crédito y otros sistemas.
El parquímetro estará dotado de pagao en efectivo, permitiendo como mínimo la utilización de las siguientes monedas de euro: 0,05;0,10; 0,20; 0,50; 1 y 2. En el caso de rebasarse la tarifa máxima, el parquímetro devolverá las monedas en exceso correspondientes.
Deberá incluirse sistema de lector de tarjetas contact less con las debidas homologaciones. Los costes de las transacciones mediante tarjeta serán en cualquier caso por cuenta del adjudicatario.
Los licitadores podrán proponer otras posibilidades de medios de pago cuya aceptación será previamente aprobada por el Ayuntamiento (tarjeta de abono tipo microchip propia del servicio, tarjeta de post pago, etc.).
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