
El peligroso carril bici de estreno en Salamanca que es una invitación a jugársela entre coches y quitamiedos
El carril marcado en la nueva subida de Cordel de Merinas ocupa el arcén, es estrecho y un mini ceda el paso obliga a meterse en el tráfico rodado
Un carril bici en miniatura y peligroso. El nuevo vial sobre el viaducto del tren en Chamberí se ha rematado con un carril ciclista de diseño cuestionable y que, visto con ojos de usuario, no es la mejor de las souciones, al menos, si no se aplican algunas mejoras. Pasa a ser uno de los tramos más insólitos de una Salamanca que tiene muchos ejemplos de carriles ciclistas bien trazados y otros no tanto, como los tramos en los que una señal de limitación de velocidad indica la convivencia entre coches y ciclos.
El final de ocho meses de obras en la calle Cordel de Merinas ha despejado al fin el tráfico en esta zona de acceso a Vistahermosa y Chamberí y supone un importante avance para la electrificación. Además de un paso inferior más holgado para los cables y catenarias del tren, se ha recuperado el tramo por encima del vial que disfruta de asfalto nuevo, pero también de un cuestionable carril bici.
El carril trazado, si es que se puede llamar así, nos recibe a la altura de la carretera de Vecinos y, como ocurría antes, acceder por ahí en bicicleta hacia los dos barrios obliga a escalar una fuerte pendiente. La velocidad está limitada a 40 km/h para los vehículos, pero la de las bicicletas será bastante inferior y ahí reside uno de los peligros.
Para meter su trazado por este acceso, se ha optado por marcar como carril bici una franja estrecha que ocupa lo que debería ser el arcén de la calzada: la propuesta es circular por el ancho entre el carril derecho y las biondas, y eso no es un carril ciclista.
Si aceptamos el reto, disponemos de un ancho de algo más de un metro en su arranque, sin separación física alguna del tráfico de vehículos a motor, ni siquiera unos bolardos plásticos o un bordillo. Además, el ancho inicial puede ser suficiente, pero no siempre será así porque en algunos puntos se estrecha.



Si lo hacemos en dirección Chamberí, y casi cuando coronamos, nos encontramos con un insólito ceda el paso en miniatura para ciclistas pintado en la calzada; ahí, el carril tiene menos de 90 centímetros, algo insuficiente para circular con seguridad. Además, al llegar a este punto aparece de frente una señal que nos prohibe seguir circulando en bicicleta.
El lado de bajada también tiene su carril bici, de idénticas características. Las marcas viales nos invitan a tomarlo y, si lo hacemos, circularemos cuesta abajo entre los coches y el quitamiedos y, abajo del todo, tendremos que incorporarnos al tráfico como un vehículo más mientras calculamos no pasarnos de velocidad o saltarnos el stop.
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