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Heliodoro Velasco, delante del portal del inmueble que atiende como portero. S. G. V.
Los porteros, el gremio que sobrevive en el centro de Salamanca

Los porteros, el gremio que sobrevive en el centro de Salamanca

Aunque esta figura cada vez es menos frecuente, varios edificios de la capital cuentan aún con un conserje entre sus paredes

Sergio Valdés

Domingo, 19 de marzo 2023, 10:21

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Probablemente muchos de los lectores más jóvenes no habrán coincidido nunca con ningún portero en alguna de las viviendas que han visitado o en las que han vivido. Y, probablemente, muchos de los lectores más veteranos o incluso de mediana edad sí han llegado a conocer a algún portero o conserje de edificio; otros muchos, directamente, habrán tenido este servicio en los edificios en los que han habitado.

Grandes edificios del centro de la capital cuentan con garitas vacías en los que, hasta hace unos años, una persona se ocupaba de la gestión diaria de las ''cosas'' de las viviendas. Y en algunos, aunque los menos, aún sobrevive esta figura que, con los años, se ha ido adaptando a las nuevas realidades.

Nos trasladamos a la calle Rector Lucena, 20-28. Estamos en pleno centro de Salamanca ciudad. De hecho, los salmantinos conocen esta vía, popularmente, como «la calle de Hacienda». Ahí, contiguo al edificio donde se sitúa la sede de la Agencia Tributaria de la capital del Tormes nos espera, siempre amable, Heliodoro Velasco, más conocido como ''Heli'' para los vecinos y los trabajadores que día a día transitan por ese lugar en el que, a parte de ciudadanos que tienen fijada ahí su residencia, también circulan decenas de personas que visitan clínicas dentales, gestorías y hasta una emisora de radio que se ubican en uno de los edificios más amplios de todo el centro de Salamanca.

Casi la primera pregunta que nos surge es obvia. «¿Portero, o conserje?». Y la respuesta de Heli lo deja bien claro: «portero es aquel que reside en el propio edificio. Y el conserje es el que está durante su jornada laboral en el edificio, pero reside en otro lugar. Lo que pasa es que, coloquialmente sí, se nos conoce como porteros», explica Velasco en la conversación con Salamancahoy.

Heli es uno de los porteros que aún tiene esta dedicación en Salamanca, aunque la cantidad de trabajadores de este gremio se va reduciendo últimamente con el paso de los años. «Sigue habiendo bastantes, aunque aquí va cayendo la demanda. Sin embargo, tengo entendido que en sitios como Madrid la demanda de porteros, o conserjes, como prefiráis llamarlo, va en aumento. Al hacer nuevos edificios, cerrados y comunicados entre sí, estos conserjes también se dedican ahora a la seguridad, fundamentalmente».

La singularidad y envergadura de muchos de los edificios del centro de la ciudad, donde cohabitan múltiples viviendas y negocios dentro de las mismas paredes, hacen que en estos lugares (comunidades de vecinos grandes que también gozan, en muchos casos, de más poder adquisitivo respecto a otros lugares) exista esta figura laboral. «En esta zona, en el centro, debemos de quedar aún unos diez, más o menos. En la periferia no sé si quedará alguno, creo que en alguna urbanización fuera de la ciudad hay algo similar, pero que también hace labores de jardinería. Eso sí, sin tener el dato exacto, en Salamanca pudo llegar a haber un centenar, teniendo en cuenta los edificios en los que ahora mismo hay garitas, ya vacías», señala Heli haciendo memoria.

«Es un trabajo más entretenido de lo que parece, de lo que la gente se piensa. Realmente ser conserje o portero es un trabajo muy político», apunta entre risas Heliodoro Velasco. Al final se trata de «hablar y entender las demandas que solicitan los vecinos y visitantes, siempre que sea posible, claro». Heli llega a primera hora de la mañana a su puesto de trabajo en el que, aunque tiene un ''puesto de mando'' en el hall del edificio, rara vez está sentado en él. Su trabajo es más bien un no parar. Y, muchas veces, con solo ver de un vistazo a algún vecino o trabajador Heli ya detecta cómo empieza el día para esa persona. Son los guardianes de los edificios pero, también, son el primer saludo amable del día para decenas de vecinos.

«Ya sabes, con el paso del tiempo, a quien puedes hablar con cierta sorna o solo te puedes dirigir a ellos de una manera seria. Al final vas conociendo a la gente en el día a día por su talante, y es verdad que según entran por la puerta piensas... «uy, este tiene mal día»», resalta de manera distendida este portero salmantino.

¿Aquí no hay quien viva?

La histórica serie de televisión de los hermanos Caballero (que hoy en día se puede ver bajo demanda en plataformas como Netflix y Prime Video) popularizó totalmente la existencia de los porteros, en este caso en la totalidad del término. Emilio Delgado sí residía en la mítica calle Desengaño, donde se ambientó de manera ficticia la serie, y en la que convivía con los excéntricos vecinos que acompañaron a millones de españoles durante muchas noches: la familia Cuesta, Marisa, Vicenta y Concha, Mauri y ''la Pija'' eran algunos de ellos.

Cuando le comentamos a Heli las similitudes sobre el parecido real de las tareas y la relación que mantenía Emilio con sus vecinos respecto a las que él ha tenido o ha desempeñado, le sale una carcajada. «No he visto nada la serie, vamos, he visto vídeos puntuales, pero... yo creo que no tiene nada que ver. Somos gente, habitualmente, normal. Todas las personas tenemos nuestro punto, pero venimos, trabajamos... unos hablamos más, otros menos, unos limpiamos mejor, otros peor, pero somos normales, sin pensar en hacer malas cosas a los vecinos», insiste entre carcajadas Heliodoro Velasco.

En el transcurso de esta entrevista, en el mismo portal del edificio, varios vecinos y transeúntes saludan al protagonista, a lo que él les responde amablemente atendiendo a sus llamados. «Me gusta mucho hablar con la gente. Parte fundamental de ser conserje, o portero, es tener un poco de diálogo. A mí no me gusta indagar mucho en la vida de la gente, porque el conserje se toma como referencia como alguien que sabe de la vida de todo el mundo, y que sabe cosas privadas. Y, hombre, alguna cosa privada sabes porque te la confían los vecinos, pero para nada la vamos aireando», deja claro Heli.

«Llevo 18 años en esto, y es verdad que apenas ha variado demasiado el trabajo. Sigo haciendo lo mismo. Pero es verdad que, simplemente, solo le pediría a la gente, a alguna gente, un poco de consideración. A veces, aunque sea un saludo. No somos decoración. Con unas «buenas tardes», nos vale. Pero por lo demás, entender que no solo hay una vivienda a la que atendemos, hay varias, y todas tienen demandas».

Son las 11:30 de la mañana. Aún queda trabajo por delante antes de rematar la jornada matinal para Heliodoro Velasco quien, de nuevo por la tarde, y al día siguiente, estará atendiendo a vecinos y visitantes de Rector Lucena, 20-28, con la simpatía que le caracteriza. Ya saben, ''en la calle de Hacienda''.

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