Los 15 problemas para los que los vecinos de Tejares reclaman una solución rápida

En un breve paseo por el barrio, Agustín Sánchez Guardón, de la asociación vecinal Vírgen de la Salud de Tejares, nos muestra una serie de problemas y desperfectos para los que piden una solución rápida. Ya han dado cuenta de ellos al Ayuntamiento. Para algunos de ellos, incluso, hay prometida una solución desde hace más de un año, pero no llega.

Es cierto que el barrio está renovado con respecto a hace unos años, pero se sienten siempre unos pasos por detrás. Las mejoras en otras zonas de la ciudad avanzan mucho más rápido mientras que en sus calles les cuesta tanto que se atienda cualquier actuación de mero mantenimiento. Repasamos 15 problemas que a simple vista salen a la luz durante el un pequeño recorrido con el representante vecinal.

Hace ya un año que la concejala de Medio Ambiente, María José Coca Sánchez, junto a un técnico municipal, visitó el barrio y les explicó a los representantes de la asociación de vecinos que mejorarían este enclave en el que se celebran algunas de las actividades de las fiestas del barrio. Una de las actuaciones previstas es eliminar los bordillos superfluos y algunos pasillos poco transitados para ampliar la superficie ajardinada.

Quizá algunos tramos de baldosas sean eliminados cuando se reforme el parque de la Salud y por eso no se reparen, pero actualmente hay zonas en las que éstas están levantadas y pueden propiciar una caída. Otras están rotas y también las hay desaparecidas de sus lugares originales y trasladadas a lugares absurdos, como los alcorques. También falta alguna en la acera perimetral.

Cuando no hacen fuego, dejan residuos. Los vándalos no respetan la pérgola del parque de la Salud, cuyo interior tiene rincones del suelo ennegrecidos y llenos de envases abandonados. Es difícil evitar la falta de civismo, pero desde la asociación vecinal reclaman una limpieza más profunda para un espacio sobre el que denuncian que los encargados de la limpieza pasan muchas veces de largo.

La asociación vecinal ha pedido la colocación de algún bolardo o similar que impida la entrada con coches desde Buenos Aires hacia el barrio a través de esta calle que cuenta con un tramo peatonalizado y otro en tierra, en el que la escorrentía está creando cárcavas. Precisamente este desgaste dificulta el paso de bicicletas a pesar de que se supone que esta vía es también un carril bici, según Agustín.

La accesibilidad por la acera de esta calle junto al colegio es una utopía. Las farolas se encuentran en medio de esta acera que, además, se encuentra levantada o hundida, dependiendo del tramo. Asimismo, entre la acera y la valla del colegio existe una franja vallada en la que crecen zarzas y otras trepadoras que, sin mantenimiento, ocupan parte de la acera. También hace tiempo que se reclamó una solución que no llega.

El parque de reciente creación entre la calle Carolina Coronado y la avenida de Juan Pablo II cuenta con dos toboganes aprovechando la diferencia de alturas entre las distintas zonas de este espacio. En la empinada ladera se plantó césped, que se ha secado, quizá por la dificultad de regarla. Los vecinos piden que se revegete con una especie diferente que mantenga el aspecto vivo del rincón y sea más fácil de mantener.

El agua baja como un riachuelo por las baldosas en la parte más baja del parque, junto a la avenida de Juan Pablo II. Este tipo de problemas se dan con cierta frecuencia en los jardines porque los aspersores se mueven por distintos motivos y necesitan ajustes. El problema, según los vecinos, es que muchas veces el problema se prolonga durante mucho tiempo por falta de mantenimiento.

El Ayuntamiento mantuvo las pistas de petanca de esta zona, en el nuevo parque, pero su uso no es muy frecuente. Esto hace que pueda prosperar la vegetación espontánea. Los vecinos temen que si prospera mucho se use todavía menos porque los usuarios no se van a poner a quitar planta antes de jugar.

Llena de agujeros y suelta por todas partes, la red que cierra la cancha multiusos del parque nuevo no puede cumplir con su función. Una vez más es un problema derivado del vandalismo, pero desde la asociación piden soluciones. O que se haga más mantenimiento o que se utilice otro cerramiento más difícil de deteriorar. Además, entienden que se podría poner alguna cámara de videovigilancia para dar con los culpables si se vuelve a dañar.

La asociación vecinal de Tejares tiene claro quién es la prioridad con respecto a la movilidad para el Ayuntamiento de Salamanca, y no son los peatones. De otro modo no se entiende que se permita el acceso de vehículos desde la avenida de Juan Pablo II para estacionar en Ignacio de Zuloaga a través del paso de cebra. Eso obliga a los viandantes a retirarse cuando están esperando a que el semáforo se les ponga en verde para que los coches puedan entrar. La propuesta de los vecinos es que entren por abajo, aunque los vehículos tengan que dar un rodeo.

Desde las piscinas, tanto a lo largo de la avenida de Juan Pablo II como en la avenida de Lasalle y en las rotondas hay distintos puntos en los que el Ayuntamiento colocó césped artificial, supuestamente para embellecer estos entornos. Desde el colectivo vecinal critican que no se busquen soluciones más naturales y que no suelten microplásticos a tan poca distancia del río Tormes. Afirman que les dijeron que no se iba a poner riego en las rotondas y por eso ponían el césped, pero al menos hay una que cuenta con riego y árboles y a pesar de todo mantiene una franja de plástico que los vecinos piden que se elimine.

La avenida de Lasalle está llena de baches y desperfectos. El tramo más deteriorado es el comprendido entre la rotonda que da acceso al barrio de los Alcaldes y el nuevo centro Tormes+, en el carril de entrada a la ciudad. Pero como es una carretera nacional, el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno «se tiran la pelota y no se arregla», según Agustín. En ocasiones se parchean, pero dura poco.

En la avenida de Lasalle, a la altura de lo que en su día fue la sala de fiestas La Garrocha existía una serie de árboles cuyas ramas más bajas invadían la acera y los vecinos pidieron que se podaran convenientemente para que no dificultaran el paso de los peatones. Para sorpresa de la asociación, los árboles han sido talados, algo muy alejado de sus pretensiones, que eran mantenerlos sin perjudicar a los viandantes. Consideran que, además, hacen falta sombras en ese tramo de la avenida y que es importante conservar los árboles y no quitarlos a la primera de cambio.

Destripado y expuesto a que cualquier día se produzca un accidente, este armario de la luz preocupa a los vecinos de Tejares. Hace tiempo que pidieron el arreglo de las puertas, pero lo único que consiguieron es que se colocase alrededor una baliza de plástico para advertir del peligro. Ahora, ni siquiera está y el problema continúa.

Los vecinos de Tejares no están contentos con la gestión de los solares sin uso, tanto de titularidad municipal como privada, muchos de ellos pertenecientes a la misma entidad. Temen que, incluso vallados, se conviertan en foco de suciedad y lamentan la proliferación de ellos de plantas como los ailantos. Estos árboles pertenecen a una especie exótica invasora que se extiende con gran facilidad.

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