
«Salamanca tiene el mix energético perfecto»: una oportunidad clave para su futuro económico
El economista José Carlos Díez destaca el potencial energético de la provincia y los retos económicos regionales, además de alertar sobre la incertidumbre política y económica a nivel global
Bajo el título 'Salamanca en la era Trump', José Carlos Díez ha dado una charla en el Foro Económico de Salamancahoy donde ha repasado la situación económica actual sin rodeos. Su análisis tocó muchos temas, desde cómo nos afectan las decisiones políticas en Estados Unidos hasta las oportunidades que tiene Salamanca para crecer, o incluso si sabe aprovechar bien sus recursos. La incertidumbre global, el auge del proteccionismo y los cambios geopolíticos centraron gran parte de su intervención.
Díez dejó claro que Salamanca tiene una ventaja que muchas otras provincias no tienen: su equilibrio energético. «Salamanca tiene el mix energético perfecto», dijo, refiriéndose a la buena combinación entre energía solar, hidráulica y eólica que podría situar a la provincia en una posición de liderazgo en la transición hacia energías limpias. Eso sí, también advirtió de que ese potencial todavía no se está aprovechando como debería, y que es una oportunidad que puede escaparse si no se toman decisiones firmes y rápidas.
Aun así, según el economista, no basta con tener sol y viento: hace falta un plan. Salamanca necesita suelo industrial preparado para que las empresas puedan instalarse, desarrollar proyectos y crear empleo de calidad. Sin esa base, el riesgo es que las inversiones acaben yéndose a otras zonas que sí estén listas para recibirlas. La energía está aquí, pero si no se genera estructura, el beneficio se lo llevan otros.
Además, también puso el foco en la importancia del talento local. Apostar por los trabajadores de la zona no solo fortalece el tejido económico, sino que refuerza el arraigo y la estabilidad del desarrollo. Formar a profesionales en competencias clave, mejorar la conexión entre educación y mercado laboral, y ofrecer oportunidades reales dentro del territorio son, a su juicio, unos pilares fundamentales para evitar la fuga de talento y garantizar un modelo de crecimiento sostenible.
También habló del papel de Castilla y León en su conjunto, y destacó al sector agroalimentario como uno de los motores económicos más sólidos de la comunidad. Aplaudió cómo muchas explotaciones han sabido adaptarse a los cambios del mercado a pesar de todas las dificultades. Y, aun así, señaló que hay problemas que siguen sin resolverse, como los minifundios, que dificultan mucho la rentabilidad en las explotaciones pequeñas.
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Por último, pidió una apuesta clara por mejorar la forma en la que los productos llegan al consumidor. Menos intermediarios y más venta directa que ayude a que el valor del producto se quede en quien lo produce. Además, también fue muy crítico con algunas universidades privadas por el hecho de no invertir lo suficiente en investigación. Con lo cual, en esa línea reclamó más apoyo para las empresas tecnológicas y científicas, que muchas veces tienen ideas potentes, pero que no encuentran financiación para hacerlas realidad.
España y la herida abierta del bloqueo político
José Carlos Díez tampoco dejó de lado la política nacional, a la que dedicó una parte importante de su intervención. Comparó la situación de España con la de Estados Unidos y recordó que aquí se arrastra un bloqueo institucional desde 2018 con la moción de censura como punto de inflexión. Desde entonces, cada vez cuesta más formar gobiernos estables, y eso no es solo un problema político, sino también un riesgo para la salud de nuestra democracia.
«La alternancia y la regeneración interna de los partidos son esenciales», afirmó con claridad, defendiendo una política que vuelva a centrarse en el diálogo y en buscar acuerdos reales. Aun así, y pese a este escenario complicado, quiso lanzar un mensaje algo más positivo sobre la economía. A diferencia de lo que pasó en la crisis de 2008, España está ahora en una situación más fuerte.
Explicó que el sistema bancario se ha limpiado, que las familias y empresas están menos endeudadas y que hay un colchón de ahorro que nos da un poco más de margen si las cosas se ponen feas. Eso sí, advirtió que no hay que relajarse: si no se toman buenas decisiones políticas y no hay una dirección clara, esa ventaja puede desaparecer en cualquier momento.
Trump y el terremoto internacional
A nivel internacional, José Carlos Díez fue muy claro: el panorama es bastante incierto y nadie sabe muy bien qué va a pasar. «No se entiende nada. No se sabe lo que va a pasar y la incertidumbre es brutal», dijo, resumiendo el sentimiento general de confusión que domina ahora mismo en los mercados y en la política mundial. Para Díez, Trump representa un auténtico «shock» para el sistema global por sus decisiones imprevisibles y su forma de romper con el orden económico internacional.
También fue muy crítico con las medidas que tomó Trump cuando fue presidente, como el hecho de poner aranceles a productos extranjeros o devaluar el dólar para beneficiar a la industria estadounidense. Según explicó, estas decisiones no solo rompen las reglas del comercio mundial, sino que además están pensadas para contentar a sus votantes, especialmente en los estados industriales que son clave en las elecciones. Es una estrategia de corto plazo que, aunque puede dar resultados políticos, puede traer muchos problemas a nivel económico.
Aun así, y después de todo, lo más preocupante para Díez es el riesgo de que todo esto termine en una crisis fiscal muy seria. Comentó que si Estados Unidos sigue por ese camino, podría enfrentarse a una deuda pública enorme que alcanzaría el 140 % del PIB en solo cinco años, lo que obligaría al país a emitir muchísima deuda constantemente, algo muy difícil de sostener. Y si eso pasa no solo afectaría a Estados Unidos, sino que podría provocar una tormenta económica a nivel global que impactaría también a Europa y al resto del mundo.
Desafíos para el futuro
En conclusión, José Carlos Díez dejó claro que, aunque el contexto global y nacional está lleno de incertidumbre y desafíos, Salamanca y Castilla y León tienen grandes oportunidades si saben aprovechar su potencial. La clave está en una planificación inteligente, un compromiso real con el talento local y una apuesta firme por las energías renovables y la innovación tecnológica. Solo con estos elementos se podrá impulsar un desarrollo económico sólido y adaptado a los nuevos tiempos.
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