La «sobreocupación tremenda» de la Plaza Mayor de Salamanca solicitada para 291 actividades
El grupo municipal de Vox plantea cambiar la ordenanza y un mayor control de los eventos que se autorizan porque «no se está usando bien»
El debate sobre el uso de la Plaza Mayor de Salamanca va tomando cuerpo. El grupo municipal de Vox ha puesto sobre la mesa la revisión de la ordenanza municipal, ya con años a cuestas (es de 2015), para intentar acotar qué se puede hacer y cuántos días al año en el monumento más conocido de la ciudad. De momento, durante 2023 fueron cerca de 300 días los que tuvo 'algo' sólo contando autorizaciones y duración aproximada de los eventos.
La Plaza Mayor viene por tanto de uno de sus años de más ocupación. Un alto número de solicitudes y el tenor de las actividades autorizadas, desde concentraciones de coches a oraciones, remite a los tiempos en los que la plaza llegó a acoger el paso de un elefante. Y han devuelto a la mesa la duda sobre si todo cabe en la plaza.
Según el grupo municipal Vox, durante el año pasado se registraron 291 solicitudes para ocupar la Plaza Mayor. Parte de esas solicitudes ya fueron desveladas por este diario, que sacó a la luz el tipo de actividades autorizadas y algunas de las denegadas. Los concejales de Vox explican que no se sabe el número exacto de días ocupadas ya que dentro de esas 291 solicitudes hay denegaciones y hay eventos que duran minutos, mientras otros permanecen más tiempo o requieren no sólo los días de actividad, sino jornadas de montaje y desmontaje.
«Hay un reglamento muy laxo y debe haber un mayor control porque es el monumento más significativo de una ciudad Patrimonio de la Humanidad y su corazón no se está utilizando bien»
Alejandro Pérez de la Sota
Concejal del Ayuntamiento de Salamanca
«La Plaza Mayor tiene una sobreocupación tremenda», asegura Alejandro Pérez de la Sota, después de meses como concejal del ayuntamiento de Salamanca por Vox. «Hay un reglamento muy laxo y debe haber un mayor control porque es el monumento más significativo de una ciudad Patrimonio de la Humanidad y su corazón no se está utilizando bien», insiste. El portavoz del grupo, Ignacio Rivas, apunta que la ocupación supone que uno de los grandes monumentos de la ciudad no pueda ser disfrutado por salmantinos y visitantes muchos días al año.
Según De la Sota, a la Plaza Mayor «le sobran días de ocupación» y es imprescindible revisar actividades y qué se puede hacer en ella para no volver a situaciones pasadas.
Reglamento de uso
La Plaza Mayor cuenta con un reglamento de uso que contempla una pequeña lista de eventos que tienen permiso, pero el resto tiene que someterse a disponibilidad.
El reglamento se aprobó en mayo de 2015, hace menos de una década, porque dentro de la normativa de competencia municipal existía «un vacío respecto a la regulación del uso y utilización de la Plaza Mayor». De paso, se marcaron las normas básicas de uso y las sanciones, por ejemplo, por orinar en el monumento, algo que el año pasado hicieron ocho personas de las 855 multadas por hacer sus necesidades en la calle.
En la Plaza Mayor no se pueden arrojar octavillas, colocar macetas o pegar carteles
Entre otras cosas, está prohibido arrojar octavillas, colocar macetas en los balcones, colocar carteles, poner pegatinas y, por supuesto, deteriorar el monumento de cualquier forma o hacer pintadas. También tiene multa específica orinar en el monumento: ocho personas fueron sancionadas el año pasado por hacer sus necesidades en la plaza (300 euros).
En la normativa, se recoge que «la preferencia que debe concederse a su uso cotidiano por el común de los ciudadanos», por lo que se implantó la necesidad de obtener autorización municipal para la celebración de espectáculos y actividades, salvo cuando estén promovidos por el propio Ayuntamiento.
Así, y según la ordenanza, están permitidos de oficio los espectáculos y actividades incluidos en la programación de Ferias y Fiestas Patronales, así como la Feria del Libro y la Feria del Libro antiguo y de Ocasión. Estos son los tres únicos eventos que tienen asegurada la ocupación. El resto deben someterse a la obtención de un permiso. Lo que da lugar a la imaginación de quienes piden disponer de un monumento para cualquier cosa.
