A la sombra en Salamanca: rincones frescos para pasear con tu perro cuando aprieta el calor

Para muchos, el paseo con su perro no es solo una rutina: es un momento de desconexión, de vínculo y de respirar un poco fuera del ruido del día a día. Es ese rato en el que ambos salen a moverse, a curiosear, a encontrarse con otras personas o simplemente a estar juntos sin distracciones. Las mascotas se han convertido en uno más de la familia y su bienestar es tan importante como el de cualquier otro miembro, por lo que cuidar de ellas no es solo alimentarlas o llevarlas al veterinario, sino que también implica ofrecerles unos espacios seguros y agradables donde puedan moverse, oler, correr y relacionarse.

Pero con la llegada del calor, pasear se convierte en todo un reto. Las temperaturas suben, el asfalto quema y los riesgos aumentan si no se toman precauciones. En los días más calurosos, un simple paseo a mediodía puede derivar en un golpe de calor, quemaduras en las almohadillas o fatiga excesiva. Por eso, durante los meses de verano, es fundamental adaptar la rutina: salir a primera hora o al anochecer, llevar agua fresca y, sobre todo, buscar zonas con sombra, vegetación y superficies que no abrasen. Elegir bien el entorno no es solo una comodidad, es una forma de cuidar y proteger, y en Salamanca hay varias zonas seguras para ellos.

Parque de los Jesuitas: es uno de los parques más grandes y concurridos de Salamanca, pero eso no le quita encanto. Durante el verano se convierte en un oasis urbano gracias a la gran cantidad de árboles que ofrecen sombra en casi todos los caminos. El suelo es en su mayoría de tierra o gravilla, por lo que las patas de los perros no sufren el calor del asfalto. Tiene fuentes repartidas por el recinto, bancos bajo la sombra y espacios abiertos donde los perros pueden socializar. Es ideal para paseos tranquilos por la mañana o al caer la tarde, cuando hay algo más de movimiento.

Ribera del Tormes – La Aldehuela: este entorno natural es una de las joyas de la ciudad para quienes buscan un paseo más largo y en contacto con la naturaleza. Las orillas del Tormes están rodeadas de árboles altos, arbustos y zonas verdes que protegen del sol directo, y a lo largo del recorrido hay caminos de tierra y hierba que son perfectos para que los perros no sufran en las almohadillas. Además, la cercanía del agua aporta una sensación de frescor, e incluso hay zonas donde los perros más valientes se atreven a mojarse un poco.

Parque Valhondo – Zona Huerta Otea: más desconocido para algunos, este parque es una alternativa perfecta para quienes huyen de las zonas más masificadas. Ubicado en un entorno residencial, tiene muchos espacios verdes, caminos con sombra y un ambiente muy tranquilo. Es una zona muy valorada por familias con niños y dueños de mascotas porque permite pasear sin prisas, sentarse al fresco y disfrutar de un entorno más relajado. Y al no estar en el centro, tiene menos tránsito y es más silencioso, por lo que es una opción ideal para perros más nerviosos o mayores.

Paseo Fluvial: este paseo combina naturaleza, historia y frescor, y aunque está muy cerca del centro, parece otro mundo. Los árboles que bordean el camino ofrecen buena sombra, especialmente en las últimas horas del día. El suelo es mixto, por lo que hay que ir con cuidado según la hora, pero es una de las zonas más bonitas y frescas para pasear con tranquilidad. Además, las vistas al casco antiguo y a los puentes lo convierten en un lugar perfecto para desconectar.

Parque de Würzburg: este parque es un punto de encuentro habitual entre los dueños de perros, y a pesar de que no es tan grande como los anteriores, tiene muchos de árboles que dan sombra prácticamente a cualquier hora del día. Además, al ser un parque más recogido, también es ideal para paseos cortos a primera hora o al atardecer. El ambiente es muy respetuoso y es habitual encontrarse con otros perros con los que socializar.

El calor puede convertirse en un enemigo silencioso durante los paseos con tu mascota porque las altas temperaturas, combinadas con las superficies calientes, pueden provocar deshidratación, quemaduras en las patas e incluso golpes de calor, que son peligrosos y potencialmente mortales. Por eso, es fundamental seguir algunas pautas básicas que ayuden a proteger su salud y bienestar, garantizando que el paseo siga siendo un momento agradable y seguro para ambos, incluso en los días más calurosos del verano.

Elige bien el horario: evita las horas centrales del día, cuando el sol está más fuerte. Los mejores momentos son desde bien pronto por la mañana o al caer la tarde, cuando las temperaturas bajan y el asfalto está más fresco.

Busca siempre la sombra: planifica rutas por zonas con árboles o con sombra natural para que tu perro pueda descansar y no esté expuesto directamente al sol.

Hidratación constante: lleva agua fresca y ofrécesela frecuentemente, incluso si no ves que tu perro tenga sed. El calor deshidrata rápido.

Evita el asfalto caliente: antes de salir toca el suelo con la mano para comprobar la temperatura. Si te quema a ti, quemará las patas de tu perro.

No dejes a tu mascota en el coche: ni siquiera con las ventanas abiertas. En cuestión de minutos, el interior puede alcanzar temperaturas peligrosas.

Cuidado con la intensidad del ejercicio: en verano hay que reducir la duración y la intensidad de los paseos porque el sobreesfuerzo puede provocar golpes de calor.

Si se siguen estas recomendaciones, los paseos con tu mascota durante el verano pueden convertirse en momentos refrescantes, seguros y llenos de disfrute para ambos. Adaptar los hábitos a las condiciones climáticas no solo protege su salud, sino que también fortalece ese vínculo especial que une a humanos y animales, haciendo que cada paseo sea una experiencia positiva y reconfortante. De esta manera, Salamanca se convierte en un lugar ideal para compartir tiempo al aire libre, disfrutar de la naturaleza y crear recuerdos inolvidables, pero sin que el calor sea un obstáculo ni una preocupación.

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