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La Consejería de Agricultura, Ganadería y Agricultura pone en marcha un plan para construir cincuenta balsas de agua en la región con el fin de atajar dos problemas latentes en Castilla y León: asegurar la disponibilidad de agua en los municipios con ganadería extensiva y proporcionar fuentes de aprovisionamiento para la extinción de incendios. Dos problemáticas en las que Salamanca es protagonista y, por ello, junto con Zamora, Segovia y Ávila, se crearán estas infraestructuras con el objetivo de «fomentar la economía local y un uso eficiente del agua».
En concreto, Salamanca tiene la mitad de las vacas nodrizas de la comunidad y más de la mitad del porcino ibérico, por lo que su protagonismo en lo que a la ganadería extensiva se refiere es notable tanto en la región como a nivel nacional. La relación de este sector con la biomasa forestal hace que, inevitablemente, los problemas de los montes y bosques afecten a la ganadería. Dentro de estas dificultades destacan las sequías intensas -se priorizarán los municipios cuya pluviometría esté por debajo de la media en junio, julio y agosto- y el de los incendios forestales -se valorarán las localidad en áreas con mayor peligro de incendios-.
Por un lado, la sequía priva del agua necesaria al ganado extensivo que vive en régimen de semilibertad, al secarse las fuentes de agua en las que abrevan, y los incendios forestales ponen en peligro la sostenibilidad de las producciones, al afectar tanto a las condiciones de vida de los municipios siniestrados como a su entorno natural. Ante esta situación la Consejería de Agricultura de lal Junta de Castilla y León, planea la construcción de balsas para la mejora de las explotaciones de ganadería extensiva.
Para optar a ello, los municipios que pongan a disposición de la Consejería los terrenos necesarios para la actuación y soliciten el recurso podrán optar a estas infraestructuras con el objetivo de «mejorar la competitividad del sector productivo de la ganadería extensiva y la generación de empleo y renta en las zonas rurales». Una vez se les conceda, eso sí, también tendrán que cumplir con ciertos compromisos.
Destinar el agua almacenada sólo para el suministro al ganado y la toma de agua para la extinción de incendios
Aceptar la entrega de las obras y consignar con cargo a sus presupuestos el coste de mantenimiento y conservación de éstas durante su vida útil
Colaborar con la Consejería en la concesión de aguas necesaria
Colaborar en el cumplimiento de las medidas de información y publicidad establecidas para las actuaciones específicas de la Intervención del PEPAC.
El presupuesto destinado para la construcción de balsas de agua en Castilla y León es de cinco millones de euros, encuadrados en el plan de sequía previsto de la Junta que cuenta con fondos de hasta 145 millones de euros. Con este plan se busca también la rentabilidad de las explotaciones para evitar que la falta de agua lleve a los ganaderos buscar agua atravesando largas distancias e incluso, con agua potable.
Con la intención no sólo de ayudar al sector ganadero sino también para servir como fuente para sofocar los incendios forestales, la capacidad prevista es de hasta 25.000 metros cúbicos, cimientos de menos de cinco metros para «minimizar» su impacto. Contarán además con un vallado para evitar el acceso de fauna salvaje y se ejecutarán obras complementarias como caminos de acceso y redes de bombeo para facilitar el trasvase si es necesario y posible entre arroyos o acuíferos.
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