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Camping el Quijote Cabrerizos José Manuel García

Un día de verano en un camping de Salamanca, las vacaciones «cada vez más elegidas»: «Esto es oro»

Turistas que se convierten en familia desde hace más de 28 años y un crecimiento exponencial desde la pandemia. Un día en el Camping de Cabrerizos de Salamanca

Sábado, 24 de agosto 2024

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Pregunta típica. ¿Qué prefieres playa o montaña? Pero vamos más allá, ¿eres más de camping o de hotel? Para gustos, los colores, y las formas de descanso en el periodo estival después de meses de trabajo.

Hace sol, es 20 de agosto y según se entra por el recinto del Camping del Quijote de Cabrerizos -negocio desde 1962- la piscina te invita a dejar de trabajar y ponerte el bañador. Los niños corren por los alrededores y los más mayores disfrutan de un libro a la sombra, la que llamamos 'siesta del burro' o una caña bajo la sombrilla del bar. De fondo se escuchan risas y se percibe una sensación de pueblo, de familia, de amistad... de verano. El recibimiento es similar, Sair Eva, dueña del lugar junto a su hermana durante 28 años, muestra cansancio, pero sin dejar de sonreír. «Esta es mi universidad de la vida», confiesa.

«Es un trabajo intenso, duro y ocupado; un trabajo de muchas horas, muy sacrificado, con muchos días muchas cosas buenas y otros días de aprender, de estar un continuo cambio y de sorprenderte; no hay un día igual a otro», comienza a hablar. Nos sentamos en el restaurante, de sobra conocido y popular en la provincia y capital salmantina; de fondo, una pintura del personaje al que da nombre el camping: Don Quijote.

«Cada vez más se elige el camping para pasar las vacaciones»

Mucho trabajo, porque la clientela es extensa. «Cada vez más la gente elige el camping para pasar las vacaciones. Desde 2019 el impulso del camping fue potente, pero luego a partir de la pandemia se empezó a buscar la sensación de aire libre y aumentó la venta de autocaravana, de autocaranava, de un turismo diferente y más exterior. El crecimiento a nivel nacional fue muy grande», explica.

Sobre la duración de la estancia, hay de todo y para sorpresa de muchos; hasta personas que viven en el propio camping. Ahora bien, en cuanto a vacaciones se merecen la mayoría no superan los tres días, sobre todo el turismo internacional, aunque los hay que llegan a pasar una semana, dos o incluso más de un mes en la provincia de Salamanca, tanto en caravana como en la opción de bungaló.

«Tenemos gente que lleva viniendo 28 años. Esa es la mejor parte de mi trabajo»

¿Se repite en el Camping del Quijote? «Se repite siempre», confiesa Sair. «Tenemos gente que lleva viniendo 28 años. Esa es la mejor parte de mi trabajo; ver las mismas caras todos los años, ver como crecen sus hijos, ver como crecen los míos con los suyos, y ver gente que se acaba de jubilar y con 65 años sigue viniendo y apuesta por tu casa. Eso es maravilloso».

Como usuario del camping, el otro lado

Un grupo de vascos han juntado varias mesas y sillas y esperan la hora de la comida charlando con bebida en mano. Son amigos, familiares y se reúnen desde hace años en este pequeño pueblo de Salamanca, donde sienten «tranquilidad» y un ambiente «muy familiar». Sair hace las presentaciones: «Ellos empezaron a venir por probar y... un año tras otro. Aquí está todo el muestrario de los que repiten».

Sherezade o como prefiere que la llamen en el camping, Shere, lleva siete años pasando sus veranos en Salamanca. Acaba de llegar desde Mondragon y prolongará su descanso hasta el día uno de septiembre. «Este camping es una gozada; es super acogedor, los niños tienen sus amigos y nosotros podemos disfrutar del entorno. Destacaría lo familiar que es. Estamos muy agusto», reconoce.

José Manuel García

¿Cómo es el día a día de unas vacaciones en un camping de Salamanca? «Nosotros nos tenemos horarios, es lo bueno de las vacaciones. Nos levantamos, damos un paseito cerca del río y venimos a desayunar. Hay actividades para los niños; nos juntamos con el resto, vamos a la piscina, comemos, y hacemos más actividades, la verdad es que nos apuntamos a todo», responde.

«Pase de venir en tienda de campaña a comprarme una caravana fija y venir hasta un fin de semana»

Mikel, por su parte, también de Mondragon, cuenta con una caravana fija. Paga una cuota anual y viene cuando quiere; Semana Santa, puentes e incluso fines de semana. Pasó de estar en un hotel en Peñíscola durante el verano a 'construirse' su propio hogar en el Camping del Quijote. «Los niños preferían esto, aquí nunca se aburren», señala riéndose.

«Este es mi séptimo-octavo año. Empezamos a venir el puente de julio y nos gustó. Después comenzamos a venir con una tienda de campaña pasando aquí un mes y hemos acabado con la caravana aquí puesta todo el año», cuenta.

¿Qué es lo que le aporta el camping? «Tranquilidad, sobre todo por los niños que tienen aquí a sus amigos. Y el trato personal. Merece mucho la pena. Si me dan a elegir entre un hotel de playa y el camping de Salamanca, lo tengo claro, me quedo aquí. No ere sun número, no eres un cliente; aquí eres una persona con nombre y apellidos como todo el mundo», contesta.

En cuanto a su día a día: «En general, nos gusta ir a desayunar al bar porque charlamos con el dueños y los camareros. Nos acercamos a Salamanca, hacemos la compra y comemos. Las tardes tranquilas, un poco de siesta y piscina. También nos acercamos a piscinas naturales y hacemos excursiones».

«Recomiendo este tipo de vacaciones. Sin aglomeraciones, sin colas y con mucha tranquilidad», finaliza.

Vivir en el camping

Parece que el reportaje había acabado. Nada más lejos de la realidad. Dicen que lo mejor siempre viene al final. Un hombre, Paco, llama nuestra atención. Vive junto a su mujer durante ocho meses en el camping; otros tres los pasa en su casa en Salamanca y el restante de vacaciones.

«Vivir aquí, en la naturaleza es oro puro. Tienes Salamanca a sólo cuatro kilómetros, el río lo tienes al lado, el clima es perfecto, aunque sea verano, tienes que dormir con mantita, y el ambiente es muy bueno. La familia aquí es lo primero y lo segundo, tranquilidad», relata.

Y esto es la pequeña píldora del que será otro reportaje.

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