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La temporada de más nieve en muchos años en la provincia terminó hace semanas, pero todavía tiene un reflejo directo en la buena salud hídrica del principal embalse de consumo de Salamanca. Santa Teresa, que abastece el riego de toda la ribera del Tormes hasta la capital, ha alcanzado esta semana su máximo de agua a pesar del récord de desembalses de esta temporada y de que ha empezado ya la campaña de regadío. Y lo hace gracias a la entrada, todavía en junio, de agua en forma de nieve.
Así lo atestiguan los datos del sistema en tiempo real de la CHD, que sitúan las reservas del embalse de Santa Teresa en su máximo del año cuando ya estamos en junio. Según la confederación, la presa sujeta en estos momentos 457,76 hm3 y está por encima del 92% de su capacidad.
Es su cifra más alta de lo que va de año, por encima de los momentos en los que recibió auténticos mares de agua procedentes de las copiosas precipitaciones registradas este 2025, uno de los comienzos de año más lluviosos que se recuerdan. Ni al paso de las sucesivas borrascas y frentes ha estado más lleno que ahora, lo que habla bien de la gestión que se ha hecho del llenado del embalse, que llega al verano meteorológico en su mejor situación.
Las reservas del embalse llevan semanas creciendo aunque no llueve desde principios de mayo. Desde comienzos del mes pasado el volumen embalsado ha crecido en más de 20 hm3, pero pocos o ningún litro son de lluvia, que no se ha registrado en la zona. Además, hace semanas que no se está soltando caudal, aunque ha habido que hacerlo cinco veces desde el 1 de enero, algo poco habitual. Entonces, ¿de dónde está saliendo la cantidad récord de agua que se está acumulando?
Los embalses se alimentan de las precipitaciones, la aportación de sus cuentas y la escorrentía de un terreno que ha estado totalmente empapado y que no tragaba un litro más, pero hay otro componente que aporta: la nieve. Y lo está haciendo todavía a estas alturas.
Si se viaja hacia Béjar o hacia la Sierra de Francia, se aprecia como la sierra bejarana luce todavía cumbres nevadas, lo que se ha notado en muchos paisajes que están a rebosar de agua como el meandro del Melero. Esa cantidad de nieve está medida y también lo que supone en cantidad de agua.
Según los informes de evolución de los recursos nivales del Ministerio para la Transición Ecológica, a finales de mayo la cuenca del Tormes en Santa Teresa contaba todavía con 5,9 kilómetros cuadrados de superficie nevada, una reserva nival muy alta para la época del año. Ahora mismo, esta cuenca tiene más nieve que toda la cordillera Cantábrica.
1.200 hm3 aportados
de nieve en forma de agua al embalse de Santa Teresa
Durante este invierno, a finales de marzo, llegó a tener más de 1.100 kilómetros cuadrados de nieve, lo que equivalía a 50 hm3 de agua en esta forma. A lo largo del invierno, y hasta ahora, la nieve que ha llegado a acumularse en las cumbres del sistema Central que corresponden con la cuenca del Tormes que va a dar a Santa Teresa han aportado 1.200 hm3 de agua al embalse.
La cifra acumulada de agua en forma de nieve que ha entrado en el embalse es la más alta de toda la cuenca del Duero y una cuarta parte del conjunto, y una de las cifras más altas de todas las montañas del país.
A estas alturas, el año pasado no sólo ya no había nieve en las cumbres, sino que Santa Teresa no recibía nada en su cuenca procedente de las montañas; el total de aportaciones no pasó de los 800 hm3, así que este invierno ha sido también histórico en este aspecto.
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