Los gentilicios más curiosos de los pueblos de Salamanca

Hay quien orgulloso entona el gentilicio de su pueblo para subrayar su identidad, hay quien tiende a acortarlo, quien se queda con una de las dos formas que a veces ofrecen los pueblos y hay quien rehuye de sus orígenes y prefiere acortarlo con «soy de» para evitar explicaciones. Sea como sea, los gentilicios forman parte del origen de las personas y representan la relación con un lugar concreto. 362 municipios conforman la provincia charra y muchos de ellos además de portar originales títulos también tienen curiosos gentilicios.

Es el caso de aquellos pueblos que poco tiene que ver su gentilicio con el nombre de la localidad. Quién diría, fuera de la provincia, que a los vecinos de Aldeatejada se les conoce como garduños o que a los habitantes de Cabeza del caballo se les conoce como caputequinos. También guardan un identificativo curioso aquellos que residen en Candelario y que se les conoce como coritos. O a los vecinos de Ciudad Rodrigo que responden al nombre de mirobrigense. En este grupo también se encuentran los belenguinos que son aquellos que residen en Palaciosrubios.

Aquellos vecinos cuyos municipios poco tienen que ver con el nombre que les identifica siempre están preparados para contestar a la siguiente pregunta: ¿y ese nombre de dónde viene? Pues bien, en el caso de los garduños es difícil dar una respuesta y es que según la RAE garduño es aquel ladrón que roba cosas de poco valor con habilidad pero también se le conoce así al gato montés. Los caputequinos, en cambio, tienen más fácil encontrar explicación a su gentilicio puesto que caput deriva del latín 'capitia' que significa 'cabeza' y equino se utiliza como sinónimo de caballo, así los vecinos de Cabeza de Caballo encontrarían explicación a su por qué.

Para conocer el razonamiento que explique el por qué los vecinos de Candelario son conocidos como 'coritos', hay que ir a tiempos remotos y es que así es como se les conocía a los habitantes de Feria, en Badajoz. La realidad es que es un gentilicio extendido fuera de las fronteras de Candelario: el pueblo asturiano de Cué o en la Isla del concejo de Colunga, entre otros.

Ese gentilicio con orígenes en el norte se desplazó hacia el sur y quedó ligado a los habitantes de algunos lugares de Castilla y León como Candelario, Navalperal de Pinares en Ávila o Cerezo de Abajo en Segovia. La mayoría de estos municipios tienen algún canto que hace referencia a este gentilicio. En el caso de Candelario el refranero es el siguiente: «Los coritos y coritas tienen todos mucha sal cuando se ponen el traje y comienzan a bailar».

El origen del gentilicio de Ciudad Rodrigo es también histórico y data de la denominación de Miróbriga a este territorio por parte de los romanos que entonces pertenecía a la provincia de Lusitania, hoy Portugal. Reconquistada por Alfonso VI en el siglo XI, su reconstrucción y repoblación corrió a cargo del conde Rodrigo González Girón, de quien toma el nombre definitivo de Ciudad Rodrigo. Sin embargo, de ese nombre original guarda aún el gentilicio que da nombre a sus vecinos. También son conocidos de forma coloquial como 'farinatos' y es que se trata del plato autóctono por excelencia en la comarca de Ciudad Rodrigo.

Para el curioso gentilicio de Palacios Rubios, belenguino, no se ha encontrado etimología alguna con fundamento para darle explicación. Lo que sí que tiene su argumento histórico es el nombre del municipio. El significado de «palacio» se usaba con el sentido de granero para el cereal y el vocablo «rubio» significaba rojo durante la Edad Media y era también una variedad de trigo. Por tanto, se puede deducir que Palacios Rubios en su origen significara almacén de rubio o cilla de color rojo debido a la construcción tradicional en ladrillo.

Orígenes diversos, nombres con historia y otras denominaciones sin explicación aparente. Sin embargo, todos ellos forman parte de los vecinos que hacen su vida entre las calles de los municipios. Además de estos, ¿conoces algún gentilicio curioso más de la provincia salmantina?

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