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Dieciocho meses después del fatídico 29 de diciembre de 2022, el paradero de José Antonio, el montañero desaparecido en Béjar, es toda una incógnita. A pesar de que las búsquedas no han cesado en este tiempo, alguna de ellas con más recursos empleados, no se ha conseguido localizar ninguna pista que permita orientar hacia un camino claro los operativos. Este fin de semana se llevará a cabo un nuevo dispositivo organizado por la Guardia Civil y con la participación del GREIM de Arenas de San Pedro, Navacerrada y Barco de Ávila, el helicóptero de León, patrullas de Seguridad Ciudadana y el puesto de mando avanzado desde donde se coordina el operativo. Además, se contará con la colaboración de asociaciones de voluntarios, montañero y el 112.
Un operativo importante aprovechando que se puede contar con los medios necesarios para poder realizarlo y unas condiciones climatológicas más favorables -durante los meses de invierno se han suspendido salidas a causa de este factor- de las últimas semanas que dejan un escenario óptimo para proceder a una nueva búsqueda. Muchas han sido las ocasiones en las que la Guardia Civil se ha visto obligada a posponer la búsqueda por una meteorología adversa sumada a una difícil orografía del terreno. Precisamente este último punto es lo que más dificulta los operativos y una de las hipótesis para justificar su desaparición.
Las complicadas condiciones meteorológicas del día de su desaparición, sumado a un terreno complicado, hacen pensar que pudiera desorientarse y refugiarse en algún punto de difícil acceso al que la Guardia Civil no ha podido llegar. Las zonas por las que van a orientar la búsqueda de este fin de semana siguen basándose en el lugar donde se registra la señal de su teléfono móvil. Un terreno ya pateado puesto que se han recorrido más de 10.000 kilómetros de la sierra, sin embargo, tal y como indicó el teniente de la Guardia Civil, Enrique Miguel, «aunque se ha recorrido toda la sierra de Béjar, pero es imposible levantar cada piedra».
A primera hora de la mañana del 29 de diciembre, José Antonio Martínez avisó a su mujer que comenzaba la Ruta del Calvitero. Una ruta que tenía muchas ganas de completar tal y como se lo hizo saber a sus familiares y que ni en el peor de las pesadillas se podría esperar que tuviera este desenlace. «He llegado, empiezo la ruta, te quiero», rezaba el último mensaje de texto que José Antonio envió a su mujer. La citada ruta discurre por la cuerda del Calvitero, en un área limítrofe entre las provincias de Salamanca, Ávila y Cáceres; en esta última se encuentra el paraje del Torreón, la zona en la que se cree que puede estar José Antonio ya que es justo ahí donde se pierde la señal de su móvil.
Las horas pasaban y su familia, preocupados ante la ausencia de noticias, llamó al 112 para asistirle si fuera necesario. Ahí comenzó la pesadilla que se alarga durante año y medio. La familia no ha dejado de pedir ayudar para poder localizarlo, convencidos de que algún día podrá descansar. «Si nos hubieran llamado el día 29 y nos dicen 'lo hemos encontrado', habría sido un shock pero ahí se acaba la incertidumbre», comentaba Merche, la mujer de José Antonio, en alguna batida ya realizada.
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