La población centenaria de Salamanca se ha multiplicado por tres en veinte años
En la provincia hay 241 personas que han alcanzado el siglo de las cuales 60 son hombres y 180 son mujeres
Hay quien en Salamanca ha visto cómo estallaba la Primera Guerra Mundial, la Segunda y las amenazas de una tercera. Quien ha sufrido una Guerra Civil y décadas de rivalidad entre vecinos. Muchas crisis y recesiones que comparadas con la actualidad, las más recientes son simplemente anecdóticas: «¡entonces sí que se pasaba hambre!». Hay quien ha vivido destrucciones, construcciones y reconstrucciones y ha sobrevivido a cada una de ellas. También a la gripe española, a la cólera y a una pandemia que aún todavía permanece. Dictaduras, repúblicas y monarquías. Quien vio al hombre pisar la luna y todavía no ha visto al sol apagarse. Hay quien aún habiendo vivido todos los hitos de la historia reciente, aún espera vivir alguno más porque tiene oportunidad para ello.
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En la provincia de Salamanca, hay 241 personas que han alcanzado el siglo. 60 hombres y 180 mujeres de cien años o más que portan en sus arrugas innegables de la edad recuerdos históricos y personales. Aunque seguramente, ningún hito mundial sea tan memorable como el nacimiento de un primer hijo, el primer cumpleaños de un nieto o la entrada a la que ha sido la casa receptora de esos miles de recuerdos. En veinte años, la población centenaria ha crecido de forma considerable, -de 74 personas con cien años o más en 2002 a 241 ahora-. Casi 167 centenarios más en las dos últimas décadas aunque el balance no ha sido siempre ascendente.
Hasta 2015 cada registro superaba el anterior y en 2014 se consiguió alcanzar el mayor número de personas centenarias registradas en la provincia de Salamanca: 275. A partir de ese año la tendencia ha sido descendente y especialmente fatídicos han resultado los dos años más crueles de la pandemia: en el segundo semestre de 2021 se registraban 189 personas de cien años o más en Salamanca y se volvía a número de 2009 con 172 centenarios en ese año. La vacunación y una estabilización en lo que a la covid se refiere permitió un repunte positivo a partir del primer semestre de este año que conseguía alcanzar los 236 centenarios y superarse hasta los 241 contabilizados en el último registro.
Centenarios y recién nacidos
Mientras que 240 personas alcanzan el siglo en Salamanca, 1.335 recién nacidos dan la bienvenida al mundo en este 2022. ¿Cuántos de esos neonatos soplarán las cien velas? Es complicado hacer una estimación real pero las aproximaciones científicas revelan que, sin ninguna duda, viviremos más. Los centenarios pasarán a ser algo habitual y no será una excepción conocer a alguien que supere los cien años. El cambio evidente de la pirámide poblacional en Salamanca, y en el resto de España, -población especialmente envejecida y pocos nacimientos-, conlleva cambios en el estilo de vida.
En Salamanca hay 11.929 menores de entre cero y cinco años y casi el doble de entre 85 y 90 años
En la provincia de Salamanca hay 11.929 menores de entre cero y cinco años; y 20.349 personas de entre 85 y 90 años. Casi el doble de octogenarios cercanos a los noventa años que niños hasta los cinco años residen actualmente en Salamanca. Los datos reflejan una realidad evidente: la mayor esperanza de vida alcanza con creces la natalidad en la provincia. Más años y con mejor salud condicionados, además de por la concienciación en hábitos saludables, unos avances en la medicina moderna que condicionan de manera positiva el futuro de la población.
En tres décadas, con la mirada puesta en 2050, el Instituto Nacional de Estadística prevé que pueda crecer en un 53,8 por ciento. Unos datos reveladores que ponen de manifiesto una de las tendencias demográficas más destacadas. La sociedad cada vez pone más el foco en cuidar la salud y se preocupa más por su propio bienestar, lo que da como resultado un incremento en la calidad de vida y, por tanto, una mayor esperanza. Sin embargo, la contaminación ambiental, futuras epidemias y la resistencia a los antimicrobianos son algunas de las amenazas más potentes no solo para los centenarios sino también para la integridad de la población en general.