El pueblo de Salamanca donde casi todo el mundo tiene piscina propia y los municipios sin chapuzones legales
El Catastro contabiliza más de 6.200 piletas particulares en la provincia, concentradas en los pueblos con grandes urbanizaciones y con zonas en el mapa donde es imposible darse un chapuzón
El paraíso de los baños refrescantes está en el pueblo de Salamanca con más piscinas particulares que habitantes tienen la mayoría de municipios de la provincia. En el alfoz de la capital y conocido por su crecimiento resiencial, Villamayor es el municipio récord en cuanto a piletas, un lujo inmobiliario que es caro, pero que cobra sentido en semanas como esta.
Con la segunda ola de calor en marcha y la previsión de hasta 40 grados en media provincia, contar con una piscina en la que refrescarse es un alivio. Las hay públicas, unas 150 en toda la provincia, pero los más privilegiados cuentan con una privada donde darse una chapuzón. Su distribución, no obstante, es bastante irregular. La mayoría se ubican en localidades del entorno de la capital, ligadas a las urbanizaciones, pero hay cerca de 40 pueblos donde sólo hay una y muchos que no tienen.
Contar con una piscina privada es un pequeño lujo que se ha ido extendiendo en Salamanca. La construcción resiencial, especialmente en el formato chalets, suele acompañarse de una piscina particular o comunitaria, lo que ha multiplicado su número.
Pero, ¿cuántas piscinas particulares hay en la provincia? La cifra la da la dirección general del Catastro, que acaba de actualizar un dato que está en permanente revisión. Son, según sus cifras, 6.251 piscinas descubiertas, que son las que corresponden con las de verano.
Este número es importante porque contar con una piscina privada supone una serie de obligaciones. Para empezar, tiene que estar inscrita el el Catastro porque se trata de un equipamiento que afecta a los impuestos municipales. Así que tenerla supone también un coste e incluso nos puede costar un disgusto si se detecta que no la tenemos regularizada.
Cuántas piscina hay y dónde
Según el mapa del Catastro, actualizado a 31 de julio de 2025, de las más de 6.000 piscinas particulares descubiertas localizadas en la provincia la mitad se encuentran en una docena de municipios, donde hay más de cien en cada término.
En lo alto de la lista, Villamayor, con más de 500 para sus algo más de 7.600 habitantes, una relación piscina/usuario imbatible: 15 personas de media por cada pileta. El motivo, el desarrollo urbanístico concentrado en chalets, muchos con piscina propia, especialmente en la zona de las urbanizaciones. De hecho, la localidad cuenta según el INE con 2.000 edificios, con lo que uno de cada cuatro cuenta con piscina para sus inquilinos.
Pasa lo mismo con los municipios que le siguen en la lista, como Santa Marta, Cabrerizos, Pelabravo, las dos Calvarrasa, Carbajosa o Villares de la Reina, donde también hay muchos chalets. Entre medias se cuelan Ciudad Rodrigo, Béjar o Peñaranda que superan a la capital en número de piscinas particulares.
En el lado contrario, una treintena de municipios donde sólo está localizada una piscina en el pueblo; coinciden muchos con aquellos que ni siquiera tienen piscina municipal, por cercanía con las de otros pueblos, con lo que la piscina privada es un gran lujo. Peor están aquellos pueblos que no tienen ni una, localizados en las comarcas de Arribes, Ledesma y las sierras de Francia y Béjar.
Cómo legalizar una piscina
Si es de nueva construcción, después de construir la piscina, se dispone de un plazo de dos meses para inscribirla en la Dirección General del Catastro. Hay que presentar el modelo que se usa para la construcción de inmuebles, y que debería estar presentado si nuestra piscina viene 'de serie' con una casa o otra propiedad.
Su presentación es trascendente y obligatoria. En primer lugar, el Catastro revisa permanentemente con drones la construcción de nuevas piletas tanto en propiedades urbanas como en solares rústicos; es habitual encontrarlas en viviendas y también en huertas o la típica parcela o finca de recreo.
La construcción lleva un IVA del 21% y afecta IBI que pagamos, ya que aumenta el valor catastral de la vivienda, entre un 5 y 15%, dependiendo de la piscina y del propio inmueble, lo que se traducirá en un recibo entre un 5 y 10% superior de lo que se venía pagando hasta entonces.
Y, ¿qué pasa si no lo declaro? Pues que nos multarán, con una pequeña cantidad desde el Catastro, pero la factura será mucho mayor cuando el ayuntamiento tenga conocimiento, y lo tendrá porque las autoridades catastrales se lo comunicarán.