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Flores y plantas con algunos insectos, un panal de abejas y unas manos de una persona mayor. SH
Telarañas, uñas de liebre y piojos: remedios entre la magia y la tradición en Salamanca

Telarañas, uñas de liebre y piojos: remedios entre la magia y la tradición en Salamanca

En una época con gran falta de recursos médicos llevó a curar con hierbas, supersticiones y rituales mágicos. Un conjunto de prácticas de las cuales algunas se siguen usando hoy en día y otras resultan de lo más insólitas

M.J. Carmona

Domingo, 15 de diciembre 2024, 18:03

Los saberes populares relacionados con la medicina son reflejo de siglos de tradición, ingenio y superstición, forman parte del patrimonio cultural de Salamanca y su provincia, donde prácticas naturales, mágicas y religiosas marcaban la vida cotidiana. Una encuesta del Centro de Cultura Regional de 1985 documenta costumbres médicas de la región, recopilando remedios tan variados como sorprendentes, algunos de ellos muy extraños e incluso peligrosos según los estándares actuales. El Archivo de Tradiciones Salmantinas del Instituto de las Identidades (Diputación de Salamanca) conserva este legado, que, más allá de su eficacia, destaca por su peculiaridad y como testimonio de generaciones pasadas que tuvieron una gran escasez de recursos y muchas limitaciones en una España de no hace tantos años.

Con los grandes avances en la médicina moderna hoy damos por sentado miles de curas pero, seguramente, si hablas con las personas más mayores podrán decirte los remedios que conocían o incluso algunos nuevos. Aunque resulten cómicos, no se trata de menospreciar la sabiduría popular de antaño, si no de ser conscientes de cómo la necesidad y la creatividad humana dieron forma a estas prácticas, muchas veces como único recurso para enfrenar enfermedades y dolencias, para intentar preservar la salud en circunstancias adversas.

Algunos de estos saberes son ampliamente conocidos; como dar un susto a alguien que tiene hipo o beber varios sorbos de agua muy seguido, morderse la punta de la lengua para que no te piquen las abejas y las avispas. Otros, quizás más efectivos, como dar masajes con aceite o friegas de alcohol en zonas doloridas, infusión de tila para los nervios, miel para la tos, infusiones de manzanilla para problemas digestivos o como colirio natural, de llantén para problemas respiratorios y de romero contra la calvicie, también bolsas de arena o semillas calientes para calmar molestias musculares.

Medicina popular: entre la fe, la naturaleza y la magia

Los remedios tradicionales en la ciudad charra abarcan tanto soluciones caseras basadas en hierbas y alimentos, como rituales de origen mágico o religioso. Algunas de las prácticas más curiosas son:

Contra el mal de ojo (aojamiento): rezar evangelios, usar escapularios bendecidos o colocar unas tijeras en forma de cruz bajo la almohada.

Para el hipo: dar un buen susto o introducir la uña del pulgar en la del meñique antes del tercer espasmo.

Dolor de muelas: aplicar algodón con coñac, frotar con carbón o incluso enjuagarse con orín de buey.

Tos ferina: inhalar el humo de una carbonera o del tren.

Heridas: aplicar telarañas o lavarlas con la propia orina para acelerar su cicatrización.

Estreñimiento: purgas con aceite de ricino, irrigación de agua de eucalipto y a veces con aceite o introducir en el ano una cerilla.

Hemorragias nasales: cruz de paja en la frente.

En toda la provincia algunas de las prácticas más cómunes son bastante insólitas a día de hoy: como envolver a los niños en tela roja o vestirlos con ropa roja para evitar el sarampión, usar azufre de diferentes maneras contra la sarna o usar ajo caliente para los sabañones.

Remedios en la provincia demasiado sorprendentes

Dentro del listado de localidades, sobresalen recetas y prácticas que parecen sacadas de un libro de alquimia, o brujería:

Calvicie: aplicarse agua usada por un zapatero para mojar suelas, en Valdelosa.

Ictericia (consiste en tener la piel o los ojos en tono amarillento por un exceso de bilirrubina, una sustancia que se crea cuando los glóbulos rojos se rompen.): consumir piojos vivos, en Robleda o echarlos en el caldo, en El Arco y en Negrilla de Palencia.

Aborto: infusiones de rosas malditas, en Villar de Ciervo o de perejil, en Salamanca.

Epilepsia: tirar del dedo corazón y aplicar friegas vigorosas en las piernas, en Salmoral.

Demencia: según la tradición, si un loco asustaba a alguien, este quedaba curado mientras la locura pasaba al otro, en Nava de Béjar.

Ciática: tomar uñas de liebre molidas, en Alba de Tormes.

Cólicos: beber uñas de gato cocidas, en Revalvos.

Calenturas: una mariquita debajo de la almohada, en El Arco.

Esguinces: que te pise una melliza en el pie con dolor, en Negrilla de Palencia.

Caries: coger una lagartija, meterla en una caja y llevarla consigo, según del lado que fuera, en Villanueva del Conde.

Eczemas: tinta de escribir, en La Alberca y buscar un sapo con la barriga blanca y pasarlo por la zona a tratar, en Villanueva del Conde.

Influencia y persistencia en redes sociales

En plataformas digitales y redes sociales han resurgido algunos de estos remedios tradicionales, como el uso del vaso boca abajo sobre la cabeza para detectar una insolación, como hacían en San Miguel de Robledo y en Gajates. También, algunas técnicas caseras para combatir sabañones y verrugas. A pesar de su falta de base científica, estas costumbres suscitan curiosidad y generan debate entre quienes las consideran meras supersticiones y quienes las defienden como prácticas efectivas.

En este vídeo 'Farmaceuticofernandez' explica lo que ocurre realmente cuando colocas un vaso de agua sobre un paño en la cabeza, se supone que si salen burbujas de aire es que tienes una insolación, otros aseguran que es por migrañas. Aunque solamente ocurre porque sale el agua y entra aire, formando así las burbujas. «Si tienes insolación, es mucho más efectivo ponerte un paño con agua fría, o beberte el vaso de agua» finaliza su vídeo.

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