La conexión entre Salamanca y el ingenioso túnel para sacar oro del Sil que construyeron los romanos
La Usal participa en un estudio del contexto hidráulico y geológico-geotécnico del túnel de Montefurado, un monumento BIC, datado en el siglo II en el que por orden de Trajarno se agujereó la montaña para aprovechar sus recursos
El Puente Romano de Salamanca y el túnel fluvial de Montefurado están conectados desde hace casi 2.000 años y lo vuelven a estar. Si el puente mayor de la capital se interpreta que fue construido bajo el gobierno del emperador Trajano, fue el mismo emperador el que ordenó una obra titánica: oradar una montaña en una demostración asombrosa de ingeniería.
El túnel, en Pena do Corvo, sae construyó en el II por orden del emperador Trajano. No es un elemento natural, sino una obra ingeniosa de los romanos que agujerearon la montaña para aprovechar el oro que traía el río Sil. Para ello, se perforó una colina para cambiar el paso del río y recoger el oro que arrastraba; el túnel se podía abrir o cerrar. La idea era meter el río por este orificio y, al secar el cauce natural, poder recoger el oro que quedaba en el lecho.
El túnel, de 120 metros de longitud, ha sobrevivido todo este tiemo, aunque en 1934 sufrió un desplome y quedó reducido a algo más de 50 metros actuales (con 19 metros de ancho y unos 17 de alto). Este derrumbamiento supone que no existan restos en la actualidad del castillo que se situaba sobre el túnel, del que hay documentos gráficos.
El río no vuelve la circular por el túnel hasta 1941 ya que nuevas riadas y la Guerra Civil Española impidieron que se finalizara la reparación, tras la cual, las tierras por las que circulaba el río se quedaron como humedales de gran biodiversidad. El túnel está declarado BIC y es una auténtica joya de la historia y la ingeniería.
Ahora, un grupo de investigación de la Universidad de Salamanca ha suscrito un convenio de colaboración con la Universidad de A Coruña (UDC) y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil para el estudio de diversos aspectos que contribuyan a conseguir la conservación del túnel de Montefurado a través del análisis de las características geológico-geotécnicas del macizo en el que se encuentra el túnel.
El estudio permitirá analizar las potenciales afecciones de avenidas futuras del río Sil sobre el túnel, así como del antiguo meandro del cauce, promoviendo una mejora ambiental del mismo. Los resultados permitirán evaluar el estado actual de la estabilidad de la estructura, de tal forma que, en función de estos, se puedan plantear diversas alternativas con el objetivo de mantener en las mejores condiciones posibles el Bien de Interés Cultural, prolongando su vida útil.
Se desarrollarán modelos 2D y 3D que integrarán la geometría del túnel y la caracterización geomecánica del macizo rocoso, así como las potenciales variaciones de los niveles piezométricos que pudieran afectar a las condiciones de estabilidad del túnel.
Dos grupos de investigación
La ejecución de este convenio tendrá para la UDC, y en concreto para el Grupo de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (GEAMA), especial interés dado que en los últimos años ha desarrollado una intensa actividad en el ámbito de la modelización hidrológica e hidráulica. La principal contribución del grupo al proyecto será la modelización hidrodinámica del entorno del túnel de Montefurado, tanto en 2D como en 3D, con el objetivo de evaluar su comportamiento ante distintos escenarios hidráulicos y analizar soluciones que permitan mitigar su potencial deterioro.
Igualmente, se considera que la ejecución del convenio aportará a la Usal en general, y de forma específica al Grupo G-TEKTON, un beneficio importante, al participar de un estudio en el que se requiere profundizar en la relación entre el medio hidráulico y el geológico, teniendo en cuenta el contexto que impone actuar en un Bien de Interés Cultural y dentro de una zona catalogada como Geoparque.