La inflación apremia en la decisión de alojamiento de los estudiantes en Salamanca
Las residencias universitarias toman fuerza y se posicionan como un modelo de negocio a la alza en la capital del Tormes
La ciudad universitaria por excelencia hace honor a este nombre por el número de estudiantes que concentra durante el curso lectivo. Miles de jóvenes de toda España acuden a Salamanca para completar sus estudios y este goteo incesante ha provocado una tendencia inversora en las residencias universitarias. Un complejo que compite con los pisos universitarios y colegios mayores y que, este año, parece que se ha convertido en una opción especialmente atractiva.
Las empresas y fondos de inversión aprovechan ese tirón en una ciudad que acoge a más de 32.000 estudiantes cada año y ve en este nicho una oportunidad para crear más modelos residenciales. El debate está en si realmente hay sitio para todos y si se necesita este incremento de oferta para atender a la demanda. Esta visión restrictiva del negocio no parece corresponderse con la panorámica que observan desde fuera los fondos de inversión. «Me recuerda a aquellos empresarios que invierten en zonas despobladas porque en verano o en ciertas fechas las ven llenas, el invierno es duro y llega», asegura Fidel Simón, director de la Residencia Universitaria Colegio de Cuenca.
El último que apuesta por este modelo es un fondo belga que con casi 1.000 habitaciones, -las dos residencias de la USAL juntas sumas 609 plazas-, pretende hacer una de las residencias más grandes de España. La Residencia Universitaria Colegio Cuenca con 366 plazas y la Residencia Universitaria Hernán Cortes con 243 plazas no suman entre las dos el total de la nueva inversión. Un número ambicioso por el que se apuesta al observar que la carencia de plazas respecto al número de estudiantes obliga a estos a decantarse por pisos.
Dinámica de las residencias universitarias
La tendencia común es abandonar entre el primer y el segundo año la residencia, en el caso de que se haya escogido como opción, para optar por el alquiler de un piso con los amigos que hayas hecho en ese periodo en años posteriores. Así lo confirma Eleonora Guardini, responsable de Marketing de Residencias Universitarias para Estudiantes (RESA) que, no obstante, asegura que «la tasa de renovación es bastante elevada e incluso hay alumnos que renuevan más de un año o se quedan toda la carrera».
Así lo secunda el director de la Residencia Universitaria Colegio Cuenca que ejemplifica estos datos con la situación de algunos estudiantes. «Hay quien se ha ido y ha vuelto. Estudiantes de Medicina, por ejemplo, que tienen una formación más larga cuando sus amigos del piso se van, vuelven porque no quieren arriesgarse a conocer compañeros de piso nuevos y saben la tranquilidad que tienen aquí», comenta. De hecho, para estos casos, la residencia cuenta con otro edificio adjunto donde las habitaciones son más grandes, como estudios, y el ambiente es más tranquilo. «Sobre todo los estudiantes más adultos lo demandan más porque ya no quieren esa vida de residencia que ya han tenido, buscan comodidad», añade.
Ese tipo de modelos les ofrecen ese ritmo más pausado respecto a la vida en residencias, que trata de construir ese modelo de familia con el ocio conjunto. «Esa seguridad y acompañamiento es muy reconfortante tanto para ellos como sus padres para tener una experiencia acogedora», comenta Eleonora Guardini.
Precio fijo
Además de estas dos residencias, en Salamanca existen más de 30 residencias donde se alojan tanto los estudiantes de grado como aquellos que continúan su formación con másteres, posgrados o doctorados. Con las nuevas apuestas inversoras en residencias ya anunciadas, aunque la más potente es la belga con esas 915 camas, se llegaría a alcanzar casi las 2.000 habitaciones.
Una competencia que asusta y que, aunque se cuestiona su viabilidad, está forjada bajo unos datos a la alza de preferencia por residencias universitarias. La inflación ha sido uno de los detonantes para que en este curso se apueste por un modelo fijo que no este sujeto a las fluctuaciones de las facturas y de la cesta de la compra. Además, vienen incluidos distintas actividades de ocio como gimnasios o salas polivalentes que suponen un aliciente frente a aquellos que optan por el piso y se tienen que costear esas actividades. Ciertos condicionantes que suman a la opción de residencias universitarias un mayor interés.