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El Consejo de Ministros aprobó hoy el real decreto que fija las características por las que se regirán a partir del año que viene las pruebas de acceso a la universidad en toda España, el formato de la nueva EBAU a estrenar en junio de 2025.
La reforma prácticamente no toca el núcleo duro de la selectividad, pues no hay cambios en las materias obligatorias de las que habrá que examinarse, ni en la forma de confeccionar la nota final, ni en la duración de los exámenes, pero sí que impone una estructura y una características básicas a los exámenes homogéneas en todo el país, así como una pautas mínimas de corrección comunes a los tribunales de todas las autonomías.
Entre los principales cambios está que los ejercicios serán competenciales, que habrá un único modelo de examen que obligará a estudiar todo el temario, que las faltas de ortografía restarán como mínimo un punto, que se permitirán calculadoras, tablas y diccionarios, que las preguntas test se reducirán al mínimo y que las calificaciones obtenidas en la fase voluntaria de la prueba, la que sirve para subir nota, estarán vigentes y serán válidas durante más años.
A partir de junio de 2025 en todo el país solo se entregará un único examen para cada materia, con diferentes apartados y cada uno de ellos con una o varias preguntas o tareas. Se podrá dar la posibilidad de elección entre varias preguntas en alguno de esos apartados, pero siempre garantizando que el alumno se examina de todo el temario de cada materia. «Esta elección no podrá implicar en ningún caso la disminución del número de competencias específicas evaluadas. La opcionalidad no implicará poder estudiar menos temario», asegura el Ministerio de Educación. En la práctica, es el fin de las facilidades dadas desde el inicio de la pandemia, que permitieron subir hasta en un punto la nota media respecto a 2019. Acaba con la actual opcionalidad sin límite que permitía descartar preguntas sin penalizaciones ni exclusiones y confeccionarse un examen casi a la medida, con la parte del temario que mejor te sabías.
El examen de Lengua y Literatura Españolas, el de Lengua Cooficial y el de Idioma Extranjero se recibirán y responderán siempre en su lengua lengua correspondiente. Para el resto deberá garantizarse siempre el idioma que elija libremente el alumno.
El nuevo examen limita al mínimo las preguntas test en la EBAU. Deja claro que al menos el 70% del valor de la prueba corresponderá a preguntas abiertas (de respuesta amplia) o semiconstruidas (con una respuesta más corta) y que las cerradas (test), si las hay, nunca podrán valer más de tres puntos. En la actualidad, la norma permite hasta un 50% de preguntas test, lo que garantiza hasta el aprobado.
Una de las razones del cambio anterior es que la nueva EBAU obliga a realizar exámenes de diseño competencial, en los que el alumno demuestre creatividad, pensamiento crítico, reflexión y madurez. Que no sea un recital de memoria sino de aplicar y relacionar lo aprendido, en línea con los cambios introducidos por currículos en la Lomloe.
Los ejercicios de todas las autonomías deberán llevar especificados siempre y con claridad los criterios concretos de corrección y calificación que les van a ser aplicados, que deberán ser aprobados de antemano por las comisiones organizadoras y que deberán adecuarse a lo solicitado en el enunciado del examen. A partir del año próximo, en todas las autonomías, un mínimo del 10% de la nota final, un punto, dependerá de la corrección gramatical y ortográfica y de la presentación de lo redactado por el alumno. No obstante, la aplicación de estos parámetros podrá flexibilizarse en el caso de los alumnos con necesidad específica de apoyo educativo.
Los alumnos o sus padres, en caso de ser menores, tienen derecho a la revisión de sus exámenes. La nota de la materia será la media entre la original y la del revisado. No obstante, si uno y otro difieren en dos puntos o más, un tercer tribunal revisará por completo el examen y su nota final será la única válida.
Salvo que los examinadores adviertan con tiempo, de antemano y de forma explícita que no lo consideran necesario ni permitido, se podrá acudir a las pruebas, según la naturaleza de cada una, con calculadoras, diccionarios, hojas de fórmulas y tablas.
Los ministerios de Educación y Universidades van a fijar por primera vez el número máximo de exámenes que los graduados en Bachillerato de todo el país podrán hacer de forma voluntaria para subir la nota de admisión a los campus. Podrán examinarse de entre una y tres materias comunes o de modalidad de las que no usaron en la fase obligada de la EBAU (incluido el descarte de Historia o Filosofía). Se les autorizará también una cuarta prueba si se trata del segundo idioma extranjero.
Hasta ahora la norma lo único que exigía es que los alumnos deberían poder examinarse de «al menos dos materias» en esta fase voluntaria, lo que hacía que, según la comunidad, las pruebas permitidas oscilasen entre dos y cuatro o cinco. El borrador dice que las universidades deberán tener en cuenta al menos la nota de dos de las pruebas voluntarias, las más favorables al alumno. También podrán sobrevalorar la calificación de alguna de las materias de la fase obligada y, de forma excepcional, establecer condiciones o pruebas especiales para algunos títulos. Pero todo, la forma en que poderarán cada materia extra o las pruebas especiales, deben detallarlas antes del comienzo de cada curso.
Una novedad que puede ser importante para muchos alumnos es que, con la nueva EBAU, la calificación obtenida en la fase voluntaria, en los exámenes para subir nota, aumentará su tiempo de validez. Hasta este curso la nota del tramo 10 a 14 de la fase de admisión servía para acceder a la universidad durante los dos cursos siguientes a realizar la selectividad. Ahora tendrá validez durante tres cursos. La nota general, la calificación de la prueba de acceso u obligatoria, la que marca de 5 a 10, se mantiene con valor indefinido.
El núcleo duro de la EBAU, la prueba de acceso u obligatoria, no sufre cambios. Serán cuatro exámenes (Lengua y Literatura Castellana, Idioma Extranjero, Historia o Filosofía a elegir y la materia específica común), o cinco si hay Lengua Cooficial.
La nota de selectividad será la media de las cuatro o cinco pruebas comunes (que debe ser un 4 o superior) y la nota de admisión en la universidad se logra ponderando el 40% la nota EBAU con el 60% de la media de Bachillerato. El resultado será una cifra de 0 a 10, con un 5 de mínimo. Esta calificación se eleva con la de la fase voluntaria, en la que se sumarán las dos materias de examen voluntario en las que se haya obtenido mejor calificación, y da un resultado de 10 a 14.
La duración de los ejercicios no variará, 90 minutos, con descansos de 30. No se aumenta 15 minutos como se había barajado, pero sí se pide a los examinadores que tengan en cuenta el tiempo que el alumnos necesitan para leer y reflexionar sobre los contenidos a la hora de decidir el número de preguntas y su desarrollo y que sean especialmente flexibles con los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo, que tendrán derecho a tener más tiempo para hacer el ejercicio.
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