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Siembra de maíz en una de las parcelas en las que ha trabajado el grupo. S. C.
Los productores de maíz buscan valor añadido con la reducción de CO2

Los productores de maíz buscan valor añadido con la reducción de CO2

Grupo Operativo Maíz Sostenible consigue cuantificar las cantidades de dióxido de carbono y valida un protocolo de ensayos

Silvia G. Rojo

Salamanca

Viernes, 10 de marzo 2023, 00:07

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«Los productores están cada vez más preparados para asumir los desafíos de la agricultura de precisión y aprovechar sus oportunidades, pero hay que seguir impulsando la formación y la capacitación técnica». Esas palabras llevan la firma de Manuel Pérez-Ruíz, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla y coordinador técnico del Grupo Operativo Maíz Sostenible que tras dos años de trabajo, ha presentado esta semana sus conclusiones en Salamanca.

En primer lugar, el grupo ha sido capaz de cuantificar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del cultivo, «algo muy importante de cara a los próximos años porque pueden existir certificaciones de reducción de gases de efecto invernadero», apunta el profesor.

Hasta ahora, la literatura que existía a nivel europeo hablaba, por defecto, de 400 kilos de CO2 por tonelada de materia seca. Lo que han visto es que en realidad, cuando el cultivo se hace a través de agricultura convencional la cifra se sitúa en 200 kilos y en el caso de la aplicación de tecnología de precisión o 4.0, se rebaja hasta 180 kilos. «La rentabilidad de ese maíz que viene por los kilos, podría sumar el hecho de que se ha producido con menos emisiones, hay determinadas industrias de bioetanol que están dispuestas a comprar ese maíz más caro y el agricultor podrá cobrar más».

Además este equipo, en el que también participan empresas privadas, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) o diez agricultores de todo el país entre ellos tres de la región, ha validado un protocolo de prácticas en agricultura de precisión donde propone medidas innovadoras para mejorar la competitividad, la resiliencia o mitigar el cambio climático incorporando abonado variable o semillas diferenciadas, en definitiva, adecuando los insumos a las necesidades de cada parcela. El estudio deja claro que es posible realizar el cultivo de una forma más eficiente desde el punto de vista de sostenibilidad sin reducir el rendimiento.

León es la provincia española en la que más superficie de maíz se siembra cada año, 73.811 hectáreas la última campaña.

La práctica

En Cabreros del Río (León), Héctor Llorente lleva utilizando tres años las últimas tecnologías tanto en el maíz como en el trigo, gracias a la cooperativa UCOGAL, y asegura que el rendimiento en su explotación se ha visto incrementado entre un 7 y un 8%.

Este agricultor realiza mapas de rendimiento que a la hora de sembrar o de abonar, le dan las indicaciones necesarias para realizarlo de manera variable. Además, en su explotación está anotado hasta el más mínimo detalle: «Tengo registrado el día que siembro, el nitrógeno que aporto, los tratamientos, los litros de agua en cada sector de riego, los litros y las horas, los consumos de gasoil cuando siembro, cuando abono, está todo controlado».

Llorente, que ha aportado sus datos al proyecto, explica que «la idea es que en el futuro se pague más por este maíz, si yo estoy bajando la emisión hay que recompensarlo».

Se muestra convencido de que estas buenas prácticas son más habituales de lo que pueda parecer, «estamos llevando las nuevas tecnologías al campo y las utilizamos al 100% ». Concluye con su ejemplo: «Obtengo más producción en variable que en convencional porque distribuyo según la textura del suelo para sacar más rendimiento».

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